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La Confederación del Ebro quiere aumentar la producción eléctrica sin nuevos pantanos

La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) prevé impulsar inversiones por valor de más de 100 millones de euros para mejorar el rendimiento energético de la red de embalses y centrales de su demarcación, parte de los cuales carecen de explotación hidroeléctrica.

La cuenca del Ebro soporta un parque de 456 centrales hidroeléctricas con una potencia instalada de 3.594 megawatios, cuya producción anual supera, en los mejores años, los 9.000 gigavatios. Eso supone que la demarcación genera algo más de la cuarta parte de la hidroelectricidad de España, lo que equivale a cubrir casi el 4 % de la demanda total sin emitir gases de efecto invernadero.

De todas esas centrales, que causan afecciones en cerca de un millar de kilómetros de cauce, solo hay dos reversibles, Moralets y Estany Gento -ambas en Lleida-; mientras unas pocas, como la de Ip, en Huesca, pueden turbinar varias veces el agua gracias a un sistema de bombeo. Por el contrario, algunos de los principales embalses, como Yesa o Rialb, carecen de turbinas.

“No son previsibles nuevos aprovechamientos”

Los responsables de la CHE están decididos a aumentar el rendimiento energético de la cuenca, aunque sin provocar más afecciones sociales y ambientales. “No son previsibles nuevos aprovechamientos hidroeléctricos tradicionales, sino reversibles, repotenciaciones, utilización de infraestructuras ya construidas y combinación con otras fuentes renovables”, señala el ETI (Esquema de Temas Importantes) del nuevo Plan Hidrológico del Ebro (PHE), aprobado el pasado viernes como real decreto por el Consejo de Ministros.

El PHE, de hecho, ha bautizado como programa de “nuevos aprovechamientos energéticos en infraestructuras existentes” al único apartado que su plan de medidas dedica a la producción de electricidad, en el que destaca el “incremento de potencia de saltos reversibles” en Moralets –66,9 millones de euros- y Estany-Gento -11,2- y la instalación de sendos nuevos aprovechamientos de ese tipo en los embalses de Mequinenza –el mayor pantano del Ebro- y de Ribarroja.

Esas cuatro actuaciones permitirían, prácticamente, duplicar la capacidad de producción energética de la cuenca del Ebro.

Instalar turbinas en pantanos

El documento también contempla equipar con turbinas los pantanos zaragozanos de Mularroya y La Tranquera, y el turolense de Lechago. Mejorar el aprovechamiento de El Grado III y estudiar la instalación de una central en La Peña, ambos en Huesca. Por último, plantea diseñar los “aprovechamientos energéticos de los desniveles ocasionados con el proyecto de abastecimiento a Zaragoza y su entorno”. Los dos últimos carecen de estimación de costes.

La CHE tiene abiertos varios frentes con las compañías eléctricas. El principal de ellos gira en torno a la obligación de entregar para fines sociales el 25 % de la energía que producen.

Otro se centra en la caducidad de las concesiones y la reversión de los saltos, que ha permitido al organismo de cuenca conocer de primera mano los costes reales de la generación hidroeléctrica.