El otro trasvase: así viajarán al Mediterráneo las renovables de Aragón
El despliegue de las renovables sugiere una revisión del mítico verso en el que La Ronda de Boltaña narraba el expolio de su País Perdido sobrarbense a manos de las compañías eléctricas. “Sobrabas país, /solo querían agua, / montañas y electricidad”, cantaban. Pero los tiempos cambian y la codicia energética ha mutado para ampliar sus tentáculos del monte al llano, donde secarrales, lomas, colinas y tozales se pueblan de aerogeneradores y placas solares con un creciente rechazo local; y todo, con la garantía del Estado.
El despliegue de las renovables, que tiene en Aragón una de sus principales áreas de desarrollo en España, comparte notables rasgos con el modelo energético de la energía hidráulica iniciado en los años veinte y consolidado durante la dictadura franquista y que tanto sufrimiento provocó en Aragón: la construcción de las doce principales presas de Huesca y Zaragoza obligaron a emigrar a más de 10.500 vecinos de más de 80 pueblos, incluido el abandonado proyecto de Jánovas y excluidos los de La Sotonera y Yesa, este último carente de central.
La instalación de parques eólicos, fotovoltaicos y termosolares en Aragón guarda claros paralelismos con los planteamientos que provocaron esas consecuencias en la montaña aragonesa cuando empresas vascas como Iberduero (antecesor de Iberdrola) y catalanas como Enher (absorbida por Fecsa antes de que Endesa se tragara a esta última) comenzaron a explotar los ríos aragoneses para abastecer de hidroelectricidad a las boyantes zonas industriales en las que tenían sus sedes.
Algunas de esas coincidencias acaban de ser puestas implícitamente de manifiesto por dos organismos estatales como Red Eléctrica, la empresa pública que gestiona la distribución de la electricidad en alta tensión por todo el país, y la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia), uno de los principales supervisores de la actividad económica.
Cuatro corredores prioritarios, todos de Aragón al este
El último informe de la segunda sobre los planes de la primera para renovar sus infraestructuras de transporte de energía en los próximos cinco años, en el que presta una especial atención al despliegue de las renovables y, dentro de ellas, a los corredores que comunican Aragón con Catalunya y la Comunitat Valenciana (y a los de Andalucía y Extremadura hacia Madrid), cita expresamente la ‘necesidad’ de reforzar tres corredores que enlazan a esos territorios para llevar a los segundos la renovable que se va a generar en los primeros.
La puesta en marcha de esas mejoras situaría en caso 5.500 millones de euros anuales la facturación del operador estatal en esos canales, algo que tiene relación con la desmesurada potencia que se está instalando en Aragón, donde a los 145 parques eólicos y 3.324 plantas fotovoltaicas existentes, que suman 5.824 megawatios, se les añaden otros 170 y 600 en tramitación en la DGA con 18.243 megawatios más y tres de competencia estatal con 350 Mw más. El problema es que menos de un tercio de lo proyectado, que triplica a la potencia actualmente operativa, cabe en la red.
Por una parte, el documento señala “cuatro actuaciones concretas con una inversión prevista de 463 millones de euros” en el próximo lustro cuya finalidad es “reducir el porcentaje de horas con elementos limitantes” en la red de distribución, todos los cuales se enmarcan en los corredores que parten de Aragón hacia el este.
Uno consiste en la apertura de un “nuevo corredor Aragón-Levante” dentro de los planes de “integración de renovables y resolución de restricciones técnicas”, que ofrece a Red Eléctrica una “rentabilidad asociada” de 1.248 millones anuales.
Otro, también para facilitar la circulación de la energía verde, prevé el refuerzo de las conexiones entre Aragón y la Catalunya central, algo que, al menos sobre el papel, “permite reducir restricciones de generación en situaciones de alta producción renovable en las que se producen elevados flujos” entre esos dos territorios. “Todo ello -añade- con una rentabilidad de 1.230 millones de euros y un coste de inversión de 125”.
“A priori y vistos en conjunto con el resto de las actuaciones incluidas en los distintos proyectos, parecen tener sentido económico”, señala el informe.
Cuando la “integración de las renovables” es un trasvase
Las otras dos actuaciones prioritarias se enmarcan en los mismos ejes, en ambos casos vinculadas a las conexión con Francia.
La primera de ellas “permite explotar de forma desacoplada la red de 220 kV, que transcurre paralela al Pirineo y que conecta Aragón y Catalunya, cuando la situación así lo requiera”, y paralelamente contribuiría a resolver algunos “elementos limitantes” a partir de la divisoria. A la segunda, con actuaciones en Zaragoza, Lleida y Barcelona, le atribuyen una rentabilidad de 459 millones anuales
Paralelamente, el capítulo del informe dedicado a “integración de renovables y resolución de restricciones técnicas”, abunda en la necesidad de un “refuerzo Aragón-Catalunya Sur” con varias actuaciones en tendidos de alta y media tensión, algo que generaría unas rentas de 867 millones de euros “sin que se presente una justificación que ampare estos resultados”, y también en lo apropiado de reforzar las conexiones entre Aragón y la zona centro de la comunidad vecina, en este caso con una expectativa de negocio de 1.230 millones anuales.
En total, la mejora de las líneas eléctricas que parten de Aragón hacia Catalunya, principalmente, y, en menor medida, la Comunitat Valenciana para facilitar el trasvase de la energía renovable producida en la primera hacia las segundas arrojaría unos ingresos anuales de 5.497 millones de euros a Red Eléctrica Española, según los datos del informe de la CNMC.
El documento de la CNMC, por último, abunda en las incertidumbres que genera el desmesurado despliegue de las renovables cuando advierte de que la propuesta de planificación de Red Eléctrica “considera por un lado, un contingente de generación renovable muy ambicioso, conectado principalmente a la red de transporte, pero con unas altas expectativas de penetración en la red de distribución, sobre las que no se tiene certeza de si finalmente serán implementadas o sobre cómo influirán en la operativa del sistema”.
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