El arte de volar

En 1949 Joseph Campbell publicó El héroe de las mil caras, una obra en la que explicó el mecanismo narrativo conocido como “viaje del héroe”. Un esquema sencillo, que se apoya en la estructura clásica de planteamiento, nudo y desenlace para analizar los diversos elementos que sirven para mantener vivo el relato. En concreto Campbell estableció doce etapas que configuran un circuito cíclico, una travesía en la que cada baldosa del camino supone un giro de los acontecimientos. Pruebas, rechazos, recompensas, aliados o enemigos componen esta particular montaña rusa cimentada en el esfuerzo y el sacrificio, valores inherentes al propio éxito de la marcha.

El héroe se lanza a la aventura con un entusiasmo que convive con la incertidumbre y las dudas ante lo desconocido, postura que puede llevar al rechazo y, en los casos más extremos, al abandono. Es en este punto cuando entra en juego una pieza clave: el maestro. Una figura experimentada y dueña del conocimiento necesario para que el aprendiz pueda lograr su cometido, hacer frente a las adversidades y regresar al punto de partida con la lección aprendida. En esta historia el maestro se llama Antonio Altarriba, y los héroes son aquellas personas interesadas en estudiar el cómic o utilizarlo como medio de expresión artística. ¿El título del cuento? Fundación El arte de volar.

Catedrático de literatura francesa en la Universidad del País Vasco, guionista, ensayista, novelista y crítico, el altruismo y generosidad que siempre han caracterizado al galardonado Premio Nacional de Cómic (2010) se han materializado en esta ocasión en la creación de una plataforma de apoyo a autores e investigadores que comienzan su trayectoria en el noveno arte. Recurre a uno de sus mayores éxitos, El arte de volar (2009, Edicions de Ponent) para dar sentido a su proyecto más personal, utilizando la metáfora del vuelo para explicar la importancia del despegue, las dificultades del ascenso y la satisfacción del aterrizaje: “Desde la Fundación el arte de volar nos encargaremos de dar ese primer empujón para saltar el muro, para salvar los obstáculos que nos impiden sacar la cabeza por encima de las nubes”. Becas, premios o exposiciones son algunas de las actividades que aporta la fundación al panorama del noveno arte nacional.  

Altarriba no camina solo, todo lo contrario. A la colaboración de entidades públicas y privadas (Universidad de Zaragoza, Asociación Aragonesa de Autores de Cómic o Norma Editorial) se suma el trabajo individual de profesionales vinculados con el sector, como Viviane Alary, Sergio García, Antoni Guiral, Luis Martínez o Julio Gracia, director y uno de los principales motores de la fundación. Con este material está claro que el relato va a tener final feliz, que los héroes volarán alto y que el viaje habrá merecido la pena. Y todo gracias a un cicerone de lujo: Antonio Altarriba y su Fundación El arte de volar. Porque en cuanto consigues separar los pies del suelo, lo demás es fácil.