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Una batalla ganada

Erika Sanz

Diputada por Podemos Aragón en las Cortes —

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Lo llevábamos en las entrañas. Cualquiera que haya sido interino/a en Aragón, sabe ponerse en la piel del compañero/a y hacer suyas sus dignas reivindicaciones laborales. La apuesta por una educación pública de calidad va más allá de sus pancartas verdes y relucientes, porque ellos y ellas hacen posible el sueño de la educación pública para todos y todas. ¿Quién si no abriría las puertas de esa escuela unitaria en el lugar más recóndito? Hay miles de historias personales que se mueven por el territorio al ritmo vertiginoso de los llamamientos a última hora, haciendo rueda o llenando la maleta los domingos por la tarde no sólo de ropa, de saberes, de ilusiones, de materiales artesanos, de libros mágicos, de juegos reinventados,  de un torrente de oportunidades para cargar la semana de un trabajo que nace de la vocación por ser enseñante.

El primer sentimiento ha sido de alegría infinita desparramada en el estómago cuando nos hemos enterado de la gran noticia. Si bien es verdad que también nos ha venido a la cabeza el rechazo del mismo PSOE a nuestra enmienda presentada en los presupuestos para el cobro del verano del personal interino. Aún así gran alegría. Cuando conoces la lucha sindical y social, sabes poner el foco en cada logro que suponen las movilizaciones, las huelgas, los encierros, las protestas.

Los docentes hemos sido duramente zarandeados por la gran oleada de recortes, especialmente los interinos, pero nunca se han dejado de abrir escuelas por nosotros, nunca hubo una clase muda a pesar de una contratación el mismo día de empezar el cole. Miles de sonrisas han vuelto cada curso a las aulas a pesar del verano en el paro, acompañadas de la tiza, de la bata, de la tablet, miles de sonrisas que tranquilizan a niños y niñas nerviosos por su primer día de colegio o de instituto.

No es recuperar el verano. Significa recuperar una vida de dedicación íntegra a la docencia. Significa dejar atrás la injusta diferencia salarial por hacer exactamente el mismo trabajo. Significa recuperar los derechos perdidos y denostados de unos profesionales que estos últimos años han visto reducida su jornada hasta el minijob incluso, hacer malabares para pagar sus hipotecas, preparar sus oposiciones, pagar por su formación, mantener a sus familias también en verano, el periodo justo antes de saber su nuevo destino, uno más como cada curso, sabiendo que tendrán que hacer un hueco en cada vez más sus raquíticos ahorros para pagar el alquiler de una casa allí donde tengan su escuela.

Luego viene lo político, señalar con el dedo a quienes no van a poder defender lo indefendible, porque la lucha por recuperar lo perdido nos demuestra y este es un ejemplo,  que es posible restituir los derechos perdidos, que no se puede meter en un cajón cerrado a cal y canto todo aquello que hemos logrado para mejorar nuestras condiciones laborales y tirar la llave. Hemos demostrado que sí una vez más, que se puede desechar esa maldita frase del “no hay nada que hacer”. Esperemos que el Gobierno refrende esta medida atendiendo a las condiciones previas a los recortes.

Desde Podemos seguiremos defendiendo una educación pública y de calidad, comprometiéndonos con toda la comunidad educativa y, dentro de ella también, reivindicando los derechos laborales del profesorado. En este sentido, todavía quedan demandas por atender como el agravio que supone no percibir los sexenios.

Lo llevábamos en las entrañas. Cualquiera que haya sido interino/a en Aragón, sabe ponerse en la piel del compañero/a y hacer suyas sus dignas reivindicaciones laborales. La apuesta por una educación pública de calidad va más allá de sus pancartas verdes y relucientes, porque ellos y ellas hacen posible el sueño de la educación pública para todos y todas. ¿Quién si no abriría las puertas de esa escuela unitaria en el lugar más recóndito? Hay miles de historias personales que se mueven por el territorio al ritmo vertiginoso de los llamamientos a última hora, haciendo rueda o llenando la maleta los domingos por la tarde no sólo de ropa, de saberes, de ilusiones, de materiales artesanos, de libros mágicos, de juegos reinventados,  de un torrente de oportunidades para cargar la semana de un trabajo que nace de la vocación por ser enseñante.

El primer sentimiento ha sido de alegría infinita desparramada en el estómago cuando nos hemos enterado de la gran noticia. Si bien es verdad que también nos ha venido a la cabeza el rechazo del mismo PSOE a nuestra enmienda presentada en los presupuestos para el cobro del verano del personal interino. Aún así gran alegría. Cuando conoces la lucha sindical y social, sabes poner el foco en cada logro que suponen las movilizaciones, las huelgas, los encierros, las protestas.