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Resulta que la discapacidad no vende. No gana votos. No abre portadas. Esto lo sabe el gobierno de Javier Lambán y por eso no ha traído todavía a las Cortes la Ley de Discapacidad, aunque el proyecto está redactado.
Como en verano no hay plenos ni comisiones, en Podemos nos dedicamos a avanzar trabajo. Un grupo de personas estamos leyendo el proyecto, preparando enmiendas y, en definitiva, buscando cómo mejorar la situación de las personas con discapacidad.
Sabemos por experiencia que las leyes sociales de este Gobierno suelen llegar vacías de contenido: son meros brindis al sol, declaraciones de intenciones. Pero lo de este proyecto de ley es demasiado, incluso para este Gobierno.
Como otros proyectos, llega con una loable declaración de objetivos, muchas promesas y muchos verbos como “fomentar”, que en realidad no aseguran nada. En una primera lectura, es una ley fantástica, como demuestran estos párrafos extraídos del título Fines (pero si uno se para a pensar, descubre que son palabras vacías):
Promover la participación activa de las personas con discapacidad en los diferentes ámbitos sociales, culturales, económicos y políticos. Fomentar la visibilidad, capacitación, empoderamiento y liderazgo de las personas con discapacidad
¿Cómo se va a promover la participación cultural o política? No lo dice.
Promover un aprendizaje inclusivo
Nada de garantizar, sólo promover. Naciones Unidas dijo hace unas semanas que hay “graves violaciones sistemáticas” en el sistema educativo, refiriéndose a los alumnos con discapacidad. Pero Lambán se contenta con “promover”.
Prevenir la discriminación en el acceso al empleo, incorporando actuaciones que faciliten la inclusión e integración transversal de la igualdad de oportunidades en el diseño, implantación y evaluación de las políticas públicas de empleo
Suena muy bien, hasta que uno se fija en que no dice mucho. En este sentido, un fin adecuado sería cumplir de una vez por todas con la ley que obliga a las empresas de más de 50 trabajadores a tener un porcentaje de personas con discapacidad en plantilla. Pero ya sabemos que hay leyes y leyes. El 80 % de las empresas no cumplen con esta ley, y aquí no pasa nada. ¿Qué sucedería si el 80 % de las personas con discapacidad incumpliera con una ley en concreto?
En realidad, no tengo claro que sea necesaria una ley aragonesa sobre discapacidad. Existen decenas de normas que el Gobierno de Lambán está obligado a cumplir porque Aragón forma parte de España, y España de la Unión Europea y de las Naciones Unidas. Pero no. Es mejor redactar una nueva ley y así, quizá al final de la legislatura, decir que ha hecho mucho por las personas con discapacidad.
Perdón, he escrito “redactar una nueva ley” y no es del todo preciso. Resulta que este Gobierno es tan ahorrador que ha querido ahorrar tiempo y esfuerzo en diseñar normas verdaderamente valientes y ambiciosas y ha preferido copiar la ley de Andalucía. Así de sencillo. Ha tomado el proyecto de ley, ha cambiado Junta de Andalucía por Gobierno de Aragón, y ha quitado algún que otro punto. La esencia, el orden de los títulos, muchos párrafos… son calcados. Claro, como Lambán dijo que Susana Díaz estaba, ejem, bendecida por los dioses del socialismo, ha pensado que su ley de discapacidad también estaba escrita por los dioses.
Pero no.
En ocasiones se ha acusado a Podemos de presentar iniciativas similares en diferentes comunidades: eso se llama trabajar de forma coordinada. Copiar y pegar una ley cambiando cuatro frases… es otra cosa.
Ésta es la primera legislatura de Podemos Aragón en las Cortes, pero ya no somos novatos ni nos gusta que nos tomen el pelo. Si el Gobierno se declara progresista debe demostrarlo con hechos. Y este proyecto de ley no lo es.
Esperaremos pacientes a que traigan el proyecto a las Cortes y trataremos de darle un toque aragonés, trataremos de que de estas Cortes salga una ley valiente, que suponga un cambio real en las vidas de las personas con discapacidad.
Si Lambán quiere un brindis al sol por la discapacidad, prefiero no levantar mi copa.
Resulta que la discapacidad no vende. No gana votos. No abre portadas. Esto lo sabe el gobierno de Javier Lambán y por eso no ha traído todavía a las Cortes la Ley de Discapacidad, aunque el proyecto está redactado.
Como en verano no hay plenos ni comisiones, en Podemos nos dedicamos a avanzar trabajo. Un grupo de personas estamos leyendo el proyecto, preparando enmiendas y, en definitiva, buscando cómo mejorar la situación de las personas con discapacidad.