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Las riberas del Ebro se llenan de tomadores de sol en cuanto el astro se digna asomar sus ribicundas mejillas. En la playa o puerto del club Helios, que celebra su primer siglo, coninciden los patos, habitantes fijos, y las personas que van a por la vitamina C y el placer de vivir.
Escenas que recuerdan al cuadro maravilloso Los placeres del Ebro, de Francisco Marín Bagüés (1934-38), que se puede ver en el Museo Provincial ahora en obras.
Todo está en obras, el Canfranero ya las ha cumplido, dos años, y podremos volver a subir al Pirineo en menos tiempo y con menos sobresaltos. Los AVEs se paran en Huesca, en toda España, pero en Huesca con más frecuencia. Hay que estudiar esta logística inversa del Estado en Huesca, cuya variante hasta Siétamo es el paradigma de la dilación extrema.
Entre el público del recital poético en Barbitania, en la plaza de la Catedral de Barbastro, algunos de los participantes: Manuel Vilas, Pilar Clau, Benjamín Prado, Arsenio Escolar, Aitana Monzón, Antón Castro o Juan Manuel de Prada. El acto lo presentó José Luis Esteban y la genial violagambista y cantante Pilar Almalé puso la música, acompañada, al igual que las y los poetas, por el crotoreo de las cigüeñas que viven en la torre y que de vez en cuando sobrevolaban este espléndido último acto de la cuarta edición de Barbitania, nombre de una comarca de Al-Ándalus cuya capital era Barbastro.
En el momento que recoge la foto recitaba sus poemas Luis Alberto de Cuenca, que los decía de memoria, con los ojos cerrados. La fuerza del sol hizo moverse a parte del público hacia la sombra de la torre de la catedral. La noche del sábado la velada poética se celebró en la capilla de Santa Ana, en la Plaza del Mercado, donde se rehabilita el edificio que fue de Almacenes San Pedro para la nueva biblioteca municipal. También se han instalado en esa plaza las estatuas de los Hermanos Argensola: los poetas Lupercio y Bartolomé. recitarán con frío o con calor delante de la biblioteca qu llevará, como la antigua, su nombre.
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