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Hunter S. Thompson está considerado como el exponente del periodismo gonzo, un estilo de reportaje donde el periodista forma parte de la historia e, incluso, puede influir modificando el relato con su participación. Sin llegar a los reportajes de Thompson, que todavía hoy se publican en libros, un reportero de The New York Times decidió experimentar en su propio cuerpo: se cortó el pelo y lo contó paso a paso en su periódico.
Con una máquina barata, Michael Gold, un editor de redes sociales, cortó su pelo en un pispás. Además, el reportero empleó el teléfono móvil como espejo para poder ver las partes más complicadas de su testa. Gold inició el trabajo desde el centro, pasando la máquina de la frente hacia atrás. Luego, acometió las sienes y, finalmente, eliminó el pelo que va desde el cuello hasta la coronilla. Con la ayuda del teléfono, realizó los correspondientes repasos. No obstante, en la pieza advierten de que si se tiene a una persona para encomendarle la tarea siempre puede quedar mejor.
El atrevido periodista contó con el asesoramiento de una peluquera de una barbería de Brooklyn. Tras poner sobre los hombros una toalla, Gold peinó su cabello y empezó la faena con destreza. Primero, colocó un peine del “3”. Luego, inició el recorrido con la máquina, como ya hemos explicado. Un consejo impagable es doblar la oreja para poder repasar la zona próxima a los pabellones auditivos.
Al inicio del confinamiento muchos amigos decidieron cortarse el pelo en sus casas. Por Whastapp comenzaron a llegar fotos de peladas sin piedad. La cosa se popularizó. Qué mejor momento para quitarse pelo si presientes que vas a estar en casa sin salir durante unas semanas. Un didáctico peluquero me explicó que hay que cortarse el pelo una vez al mes. Pero si decides apurar y cortarlo al 3 (9 mm) o, una vez puestos, optar por un 2 (6 mm), tal vez puedan pasar un par de meses hasta que el cabello empiece a molestar en el cuello.
Si algo tiene de bueno este confinamiento es que hemos dejado muchas tonterías atrás y ponemos el foco en las cosas más básicas y esenciales. En el mes de marzo, en Estados Unidos cayeron un 8,7% las ventas minoristas. Por sectores, el de la ropa fue el más perjudicado, alrededor del 50%. Los vehículos y el material deportivo bajaron en torno a un 25%. La compra de alimentos, por el contrario, subió un 25%.
Con las peluquerías cerradas, un corte de pelo sencillo, realizado por uno mismo o por otra persona (comprobando previamente que no esté enfadada en ese momento), es un pasatiempo que hace que uno se reencuentre con la comodidad de una buena pelada. Y si sale mal, ya se sabe: “Burro mal esquilado, a los siete días igualado”.
Ah, y no es imprescindible subir la foto del corte de pelo a las redes.
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