A cargar las pilas
Europa va a remolque, casi arrastras. Los coches se han dormido en la gasolina. China corre que vuela. Las baterías, las tierras raras y los coches buenos y baratos vienen de allí. Peligraba –y peligra– la industria del coche obsoleto, en Alemania Volkswagen cierra fábricas, etc. (Esa marca es la que hizo el timo de falsear la medición de los gases).
Los informes Draghi y Letta son tan populares como una canción. Trump sigue con los aranceles, la UE lo intenta. Los chinos son los nuevos amos de un mundo tripolar lleno de sorpresas.
Zaragoza y Aragón podrían salvar su factoría y su industria auxiliar para el automóvil con esta megafábrica de baterías. Replay las vallas interminables de la Avenida de Navarra que cercaban la fábrica de baterías Tudor, donde ahora está, en parte, el Centro Comercial Augusta. Y lo que costó sacar la tierra contaminada de esos terrenos.
La firma de esta fábrica nos hace un poco más chinos, asiáticos, orientales del lejano oriente, etc. La expo de la Colección Pasamar Onila en el Palacio de Sástago, DPZ, es una gozada absoluta a pie de calle en el puro Coso zaragozano, no hay excusa para no disfrutarla. Se titula “La mujer en Japón” y muestra maravillosas estampas de los siglos XVII al XX.
La pasión coleccionista estuvo en el Teatro Principal –225 años– en la obra “La colección”, de Juan Mayorga (la foto es de los aplausos del público el pasado lunes, último día y lleno total), con José Sacristán y Ana Marzoa. Sublime todo.
Sobre baterías, los vecinos de Samitier, en La Fueva, Reino de Sobrarbe, se oponen a la planta de almacenamiento de electricidad que quieren instalar en su término.
Celebremos que se haya firmado la fábrica de baterías china, que es pasado y es futuro: allí dónde se guarda la energía en cajas portátiles recargables, a fin de cuentas litio-ferrofosfato es la misma tierra que nos lleva.
Este verso del libro de Rafa Yuste “Las aventuras de Juan Lázaro” con ilustraciones de Ricardo Pedro Polo Cutando, de la editorial Pregunta, podría esculpirse en la puerta de la megafábrica de baterías:
Porque el deseo es una forma más de la energía
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