El Prismático es el blog de opinión de elDiario.es/aragon.
Las opiniones que aquí se expresan son las de quienes firman los artículos y no responden necesariamente a las de la redacción del diario.
A cualquiera que le satisfaga indagar sobre los porqués electorales le sorprenderán los resultados de la provincia de Huesca en las pasadas elecciones. Una confluencia entre Podemos y Alto Aragón en Común consiguió que la provincia de Huesca fuera la más pequeña en la que se rompió la hegemonía del bipartidismo. Podemos hasta ese momento había obtenido sus mejores resultados en zonas urbanas. Sin embargo, esta provincia es una de las menos pobladas y, además, cuenta con la tercera capital de provincia con menor población.
A diferencia de otras provincias de similar tamaño (Cuenca, Guadalajara, Teruel, Zamora...) Podemos se presentaba en Huesca en una confluencia. Sustentada con la plataforma ciudadana Alto Aragón en Común, superviviente provincial del gran movimiento de desborde que pretendía ser Ahora en Común (AeC) a nivel estatal y que se diluyó paulatinamente. Este hecho, que puede responder someramente a la primera pregunta, plantea otra cuestión: ¿Por qué perduró en Huesca Ahora en Común fiel a los inicios del movimiento confluyente?
Las provincias pequeñas se ven notablemente influenciadas por lo que sucede fuera de ellas. Al igual que sucedió en el resto del Estado, cuando se lanzó estatalmente Ahora en Común comenzaron a trabajar en Alto Aragón en Común decenas de personas. Se integraron personas provenientes de los movimientos sociales (15M, Stop Desahucios, mareas, sindicatos, medios de comunicación alternativos...) y también personas con vinculación en diferentes formaciones políticas; todas ellas a título personal. Estas personas experimentadas, ilusionadas y capaces, además de conformar una red trenzada entre ellas durante años de trabajo común, se convirtieron en figuras capitales para romper el bipartidismo. Un capital humano que cualquier movimiento político de base anhela para sí mismo.
Progresivamente, la actividad de AeC fue decayendo: el grupo promotor abandonó en Madrid, Equo también lo hizo a nivel estatal, AeC-Zaragoza acordó no confluir con Podemos... Pese a que en otros territorios se desdibujaba un escenario de suma de fuerzas, en el caso de la provincia de Huesca, que solamente elige tres diputados en el Congreso, la única posibilidad de conseguir representación radicaba en saber construir acuerdos amplios. Nunca se había roto el bipartidismo en la provincia, ni el de UCD-PSOE ni el de PP-PSOE. La situación se presentaba complicada: en los meses de septiembre y octubre, exponer la sencilla idea de sacar un diputado a la izquierda del PSOE era motivo de escepticismo. El trabajo de Alto Aragón en Común se centró en tender puentes para llegar a acuerdos amplios, que trascendieran la figura de partidos políticos y que generaran ilusión en la gente; exactamente esto último se hallaba en el ADN de Podemos y de AeC.
Alto Aragón en Común acordó por abrumadora mayoría presentarse en confluencia. Entre los múltiples acuerdos que se tomaron destacan los siguientes: se realizaron unas primarias abiertas a nivel provincial para elegir el primer y el tercer puesto de la lista del Congreso (el segundo saldría de las primarias celebradas por Podemos a nivel estatal); se desarrolló un programa específico para el Alto Aragón; se consiguió que el diputado de la confluencia tuviera derecho a voto en todo lo concerniente a Aragón y también en aquello que afectara a los movimientos sociales... Y todo esto en un tiempo récord y de manera asamblearia.
Se suplió la escasez de fondos económicos con el excedente de ilusión. De esta forma se consiguió el diputado más barato de la legislatura: 2.670 €. Escandalosamente lejos de los más de 100.000 € que costó de media cada diputado del PP y Ciudadanos, o de los 98.091 € que se gastó de media el PSOE en obtener un diputado. Es imposible cuantificar la ilusión y, por tanto, no se la puede comparar directamente, pero quizás sí indirectamente atendiendo a las diferencias económicas.
A pesar del importante trabajo realizado en los últimos meses no es justo pensar que eso fue suficiente. Dos pilares más facilitaron la consecución del resultado obtenido. Se trata de dos cuestiones ya apuntadas brevemente, pero que por su importancia merecen un refuerzo: el fenómeno Podemos a nivel estatal y una amplia red social a nivel provincial. Es indudable que sin el empuje que demostró tener Podemos en las anteriores elecciones esta ruptura del bipartidismo habría sido altamente improbable. Además, Alto Aragón en Común se ha sustentado en una amplia red provincial que asienta sus raíces en los citados movimientos sociales y que se ha alimentado de una ilusión que ha acercado a muchas otras personas que anteriormente no se habían involucrado en formaciones sociales ni políticas. Esto último tampoco habría sido posible sin la implicación en todo el Estado de miles de personas en los diferentes nodos de Ahora en Común; y por eso el resultado de Huesca pueden considerarlo también como propio todas estas personas que lo deseen.
Según analiza el antropólogo J. Dyamond en su ensayo Armas, gérmenes y acero, las sociedades son consecuencia de las características del territorio que habitan. Este solar parece tener la histórica virtud de brindarse a sí mismo y al exterior bocanadas de aire fresco con las que regenerarse. El Alto Aragón no parte de cero, aquí fue, paradojas de la historia, donde Costa analizó el sistema del Turnismo y le hizo frente con el Regeneracionismo. Y, sobre todo, especial mención requieren las miles de personas humildes de este lugar que en los años treinta enseñaron al mundo que los problemas que acosan a la sociedad deben tratarse colectivamente; siendo posible trabajar por y para el bien común a través del cooperativismo y la solidaridad...
Seguro que es justo citar también a Ramón Acín, a Galán y García, a Sender y a los Ascaso; y, por supuesto, a las miles de personas que dentro y fuera de la provincia y de Alto Aragón en Común han depositado sus ilusiones en procesos confluyentes, horizontales y asamblearios. El corolario es evidente: cuando se piensa en común en el Alto Aragón y en cualquier lugar del mundo, las personas nos empoderamos y nos ilusionamos.
*Javier Martínez Aznar, Olga Rafel Pardo, Christian Ortiz Ruiz y Pedro Bosque Riba (miembros de Alto Aragón en Común).
A cualquiera que le satisfaga indagar sobre los porqués electorales le sorprenderán los resultados de la provincia de Huesca en las pasadas elecciones. Una confluencia entre Podemos y Alto Aragón en Común consiguió que la provincia de Huesca fuera la más pequeña en la que se rompió la hegemonía del bipartidismo. Podemos hasta ese momento había obtenido sus mejores resultados en zonas urbanas. Sin embargo, esta provincia es una de las menos pobladas y, además, cuenta con la tercera capital de provincia con menor población.
A diferencia de otras provincias de similar tamaño (Cuenca, Guadalajara, Teruel, Zamora...) Podemos se presentaba en Huesca en una confluencia. Sustentada con la plataforma ciudadana Alto Aragón en Común, superviviente provincial del gran movimiento de desborde que pretendía ser Ahora en Común (AeC) a nivel estatal y que se diluyó paulatinamente. Este hecho, que puede responder someramente a la primera pregunta, plantea otra cuestión: ¿Por qué perduró en Huesca Ahora en Común fiel a los inicios del movimiento confluyente?