Esperando el misil

Hoy fue miércoles y decían que Rusia iba a atacar con todo, Biden le dio permiso casi póstumo a Zelensky para tirar misiles USA en el trozo de Rusia que ocupó Ucrania el pasado verano. Han cortado el cable submarino en el mar Báltico. Como aquel Nordstream. Los países de esa zona urgen a la población a que se prepare, Putin puede atacar en cualquier momento.

La Romareda, sin el Gol Sur, ya sajado, se ventila mejor: entran los cientos de vientos de la rosa de los ídems. Sobre todo el cierzo, rey de la Rosa, que baja del noroeste sin piedad.

Ha habido veranillo de san Martín, fiestas de un barrio de Huesca (Santo Domingo y San Martín), en la plaza de Lanuza está el estudio de Isidro Ferrer, que dibuja el mundo muy mejorado, sin burocracia.

Esperando algún misil ruso fabricado en Corea (del Norte) que se escape, un dron loco, una bomba atómica de cuando la primera guerra fría. Algunas obsoletas estarán programadas, o enfiladas, hacia Zaragoza, que tuvo la base aérea USA. Cuando lo de Cuba hubo jaleo. Las autoridades locales se pusieron a salvo, algunas en el Monasterio de Piedra, que ahora se lo ha llevado la Dana.

Gan Pampols dejará Valencia como nueva, y su serena capacidad de juicio y firmeza de mando hará temblar a los políticos pusilánimes que lo nombraron. Va a nacer un estadista. Políticos pusilánimes es un poco redundante.

Cae el año, mil y pico días de Ucrania, y estamos en la era Trump, que se ha ganado al populus imperialis, por eso motiva tanto Gladiator, para entrar en harina (sin gluten).

Gan Pampols puede ser como esos generales romanos que deponían a los emperadores incapaces, Roma estuvo cayendo mil años, aunque ahora va todo más rápido. Los chinos han colonizado las tierras raras y los bares, que es donde se forjan y al fin decaen los imperios. Han nombrado al prestigioso militar para que les rescate a ellos de la riada que se los llevará por delante. A estos lodos les podría encajar “La doctrina del shock” de Naomi Klein, que no ganó el Nobel.