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Se ha hablado mucho estas semanas de los fichajes de los partidos para las elecciones, tanto las generales como las tres del 26 de mayo. Fichajes. Como un club de fútbol o una empresa. Personas escogidas a dedo por alguien sin que importe su vinculación con el partido, sólo por su nombre o por haber estado antes en otra formación.
Hemos visto cómo el expresidente de la Comunidad de Madrid cambiaba el azul por el naranja y dejaba a los suyos en blanco. Hemos visto cómo la presidenta de las Cortes de Castilla y León también se pasaba a Ciudadanos y trataba de ganar las primarias mediante un presunto pucherazo. Hemos visto cómo Soraya Rodríguez, nerviosa por quedarse sin escaño, decidía irse también a Ciudadanos para su lista en las europeas. Parece que la organización que lidera Albert Rivera es más una empresa de colocación que un partido político al uso.
También aquí, en Aragón, ha hecho algunos fichajes. El más curioso, tal vez, es el número 3 a las Cortes de Aragón, José Luis Saz. Ciudadanos ha decidido incluir en sus listas al que fue consejero de Hacienda con Luisa Fernanda Rudi en los peores años de la crisis, ha colocado en puesto de salida a quien más recortó en Educación y Sanidad en Aragón.
Después de ser nombrado consejero de Hacienda, en 2012, dijo en una entrevista: “Es una gran responsabilidad. Llevo en este partido desde hace tiempo. Fui el fundador de las Nuevas Generaciones y el ámbito de la política me gusta mucho. Voy a tomar las medidas que considere adecuadas sin importarme el coste político que tengan.”
Saz se dio de baja del PP en enero y ahora está en la lista de Ciudadanos a las Cortes de Aragón como “independiente”. Otro fichaje, otra persona que va a formar parte de un grupo parlamentario sin haber trabajado antes en el partido.
Lo preocupante no es esto. Lo preocupante es que Rivera escoge a una persona que dejó Aragón en los huesos, con los mayores recortes en Educación y Sanidad de toda España. Se cerraron aulas y colegios públicos, se obligó a dar más horas lectivas y se despidió a miles de interinos. Se recortó dinero en lo que Rudi llamó “gasto social indiscriminado”, se paralizó la ley de dependencia y llegó a haber 14.000 personas con el derecho reconocido que esperaban y esperaban la prestación; algunas nunca la recibieron.
En Sanidad, se recortó el gasto en 400 millones de euros; eso supuso menos médicos, más listas de espera, menos aparatos médicos, desabastecimientos en centros de salud, colapsos en urgencias y estrés en el personal sanitario. Al mismo tiempo, se ofrecían deducciones a quienes contrataban seguros privados y se gastaban 300 millones de euros en contrataciones directas a la sanidad privada. Recortaba en lo público y, ante la evidente necesidad, se daba dinero a lo privado
Aragón se convirtió en la segunda comunidad que más recortaba en Sanidad y la tercera en Educación. Todo esto lo hacía cada departamento, pero obviamente bajo la dirección del responsable de Hacienda, José Luis Saz.
Mientras, decía que el exilio forzado de miles de jóvenes aragoneses no era malo, que debía “aprovecharse”, puesto que era una oportunidad para desarrollar unas habilidades, unos valores y unas aptitudes óptimas para el mundo laboral. Eso es reírse en la cara de todos los jóvenes que tuvieron que dejar familia en Aragón para buscar un trabajo digno en Inglaterra o Alemania.
Ya pesar de todos los recortes, a pesar de todo el sufrimiento causado a los aragoneses, no supo cuadrar las cuentas. La deuda de Aragón pasó de 3 mil millones de euros en 2011 a 6 mil millones de euros en 2014, según datos del Banco de España. Fue el motivo de su caída.
Saz es una de las pocas personas que han sido cesadas. Lo habitual, cuando hay un problema político en un Gobierno, es que a la persona en cuestión se le dé la oportunidad de dimitir y dar las excusas que prefiera. En este caso, no fue así. Luisa Fernanda Rudi cesó a José Luis Saz como consejero de Hacienda porque no cuadraban los números, porque el déficit se había disparado, pese a todos los recortes. Da una idea de lo desastrosa que fue su gestión.
Y este señor ha sido elegido por Albert Rivera para ocupar un escaño en las Cortes. Entiendo que Rivera conoce su trayectoria y está de acuerdo en lo que hizo. Más claro, agua. Si gobierna Ciudadanos, aplicarán estas medidas o similares.
El PSOE de Lambán criticó en su día todos estos recortes. Espero que no haya perdido la memoria y, si llega el caso, se niegue a gobernar con el artífice de tanto sufrimiento.
Se ha hablado mucho estas semanas de los fichajes de los partidos para las elecciones, tanto las generales como las tres del 26 de mayo. Fichajes. Como un club de fútbol o una empresa. Personas escogidas a dedo por alguien sin que importe su vinculación con el partido, sólo por su nombre o por haber estado antes en otra formación.
Hemos visto cómo el expresidente de la Comunidad de Madrid cambiaba el azul por el naranja y dejaba a los suyos en blanco. Hemos visto cómo la presidenta de las Cortes de Castilla y León también se pasaba a Ciudadanos y trataba de ganar las primarias mediante un presunto pucherazo. Hemos visto cómo Soraya Rodríguez, nerviosa por quedarse sin escaño, decidía irse también a Ciudadanos para su lista en las europeas. Parece que la organización que lidera Albert Rivera es más una empresa de colocación que un partido político al uso.