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La Fundación de Estudios de Economía Aplicada, Fedea, acaba de publicar un informe sobre la presión fiscal de las familias cuyas conclusiones son espeluznantes. El 20 % de las familias con menores rentas pagan prácticamente los mismos impuestos que el 10 % de las familias más ricas. Ese estudio, en el que participa el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Zaragoza, Julio López Laborda, está basado en datos de 2013. Me temo que el paso de los años haya incrementado esta injusticia absoluta.
Las conclusiones de los tres expertos que firman el informe no dejan lugar a dudas: el sistema fiscal español es injusto y castiga más a quien menos tiene. Un sinsentido, un mundo al revés que ha sido alentado durante estos cuatro años por el Gobierno de Rajoy y el Ministerio de Montoro. Una pareja que ha sido tibia con la evasión fiscal, que ha perdonado a los grandes defraudadores y que ha subido impuestos. Sí, ha subido impuestos. Y ya amenaza, por carta y en secreto, con hacerlo más si vuelve a gobernar. Mientras, públicamente presume de lo contrario.
De este modo, quien tiene rentas medias de 7.205 euros (una cantidad insignificante) paga prácticamente un 28 % de impuestos. Quienes superan los 165.000, pagan un 33 %. No hay que saber muchas matemáticas para apreciar la insostenible injusticia. El motivo es claro, el PP ha optado por aplicar la presión fiscal en el IVA y otros impuestos indirectos, en lugar de hacerlo en otro tipo de impuestos como el IRPF o el Patrimonio. El PP prefiere subir la barra de pan, la ropa de vestir o la cultura y mantener el oro, los yates o, si se tiene mucho dinero, mirar para otro lado y permitir una fuga vía Panamá. Inadmisible.
El argumentario del PP, egoísta e insolidario, critica subidas de impuestos de unos céntimos en la gasolina para quien no es profesional del transporte. Critica subidas de impuestos en Patrimonio o a las grandes empresas. Lo critica porque les afecta a ellos, mínimamente, y entonces duele. No hacen lo mismo cuando sube el IVA que afecta a todos por igual. Prefieren cargar sobre las clases populares que sobre quienes apenas notaron la crisis. Y critican las reformas fiscales que defendemos otros porque prefieren cerrar plantas de hospital o escuelas rurales que molestar a los grandes mercaderes o a quienes tienen atracado su barco en los principales puertos deportivos del país.
Los expertos del informe, ajenos a cualquier formación política, han denunciado el sistema fiscal español, injusto y defectuoso. Aseguran que no es redistributivo y que no ha contribuido a frenar la desigualdad. Es decir, además de la grave crisis económica, que afecta a quien menos tiene, las políticas impositivas contribuyen a agravar más la situación a las rentas más bajas.
Para sostener un sistema público de calidad, como el que todos queremos, los impuestos son imprescindibles. Pero es necesario que estos se cobren de forma justa y proporcionada. Es una premisa tan sencilla como obligada: que aporte más quien más tiene. Justo lo contrario a lo que defiende el PP. Habrá que tenerlo en cuenta.