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Hay un refrán que dice que cuando el sabio señala a la luna, el tonto mira el dedo. Hoy haré una reinterpretación libre de este refrán diciendo que quizás cuando no es un sabio sino un político el que señala a la luna con el dedo no hace falta que los demás seamos tontos para mirar el dedo, es que el dedo siempre señala para tapar la luna.
Sirva este “pequeño” giro del refranero español para ejemplificar lo que lleva sucediendo estas semanas en el panorama español en torno a másters, tesis, doctorandos y demás informaciones. El pistoletazo de salida, legítimo y justificado, lo dan Cifuentes y Casado con sus ilegalidades manifiestas y vergonzantes en torno a los que podríamos llamar ya los “no másters” de la Rey Juan Carlos.
Que te regalen un máster sin ir a clase, que las notas estén falsificadas y que ningún compañero te reconozca no es sólo razón para dimitir, sino también para estar callado, avergonzado y retirado de la palestra una buena temporada. Sin embargo, nada más lejos de lo que ha ocurrido en realidad.
¿Que hay que hablar de currículums? Pues a ello que nos ponemos, total, la vocación fundamental de unos y otros es que no se hablen de las cosas que sí afectan a la vida de la gente o hacen historia. El día 12 de septiembre España hizo historia al aprobar exhumar, 40 años tarde, los restos del dictador del homenaje particular que tenía desde la transición. Ese mismo día, además, el congreso aprobaba, y quizás esto también 40 años tarde, el paquete de medidas y fondos para luchar contra la violencia machista que contemplaba el acceso a ayudas también para aquellas mujeres que todavía no habían interpuesto una denuncia. Un cambio de paradigma para la legislación en torno a la violencia machista y sin duda un avance de los logros feministas.
Y mientras todo esto pasaba, España hablaba del máster y futura dimisión de Carmen Montón, un máster que sí que tenía TFM y trabajos presentados, pero al que la ministra había acudido muy pocas o casi ninguna tarde. Un trato de favor en la universidad se convierte en un escándalo y tapa dos de las noticias más esperadas del año.
Carmen dimite, Franco va a ser exhumado y la portada del medio más reaccionario del panorama español abre su rotativa con “Pedro Sánchez plagió su tesis doctoral”. Ahí, todo el dedo en la cara de la memoria histórica, de la reparación y de la justicia que implicaba la votación, con abstención mediante de la derecha, del día anterior.
Y aquí con la tesis comienza ya la fiesta, la deriva no frena con la supuesta copia, refutada por cualquiera que como ha sido mi caso se ha visto envuelta en la redacción de una aunque sea abandonada hace unos años, como el doctorado, por culpa de la vida política. Pero da igual, si la tesis no está plagiada, pues entonces decimos que es mala, que es pobre o que el contenido es mediocre. ¡Ojo al dato! media España convertida en tribunal de tesis juzgando el valor académico de un trabajo especializado sobre la diplomacia económica española del 2000 al 2012 como si de un trabajo de primaria se tratara.
Pero el espectáculo aún nos deparaba otro giro todavía más inesperado. Aquel que sacó el dedo para señalar la tesis y evitar que se hablara de su abstención a la exhumación de un dictador, abstención que avergonzaría a media derecha neoliberal europea, señalado por otro dedo. ¿Y cuál es la luna que esta vez que tapan tantos dedos? Pues muchas, quizás el debate en torno a frenar los precios del alquiler que sufrimos a diario, o la subida de la luz que estos últimos días alcanza valores de un 46 % más que el año pasado.
Quizás tape el voto negativo del Congreso a investigar la posible implicación del rey emérito en las tramas de corrupción que destapan los audios de Corina o quizás simplemente sirvan para que no discutamos sobre la venta de armas a Arabia Saudí, “armas de precisión”, otro precioso eufemismo para justificar que con nuestro trabajo se van a vulnerar derechos humanos sin pudor alguno.
¿Y la última? Usar la eliminación de los aforamientos sólo para ver si conseguimos que Casado dimita de una vez y cierre el fango en el que se está convirtiendo la política estas últimas semanas. Y mientras esto sucede o no, veremos seguro más cruces de dedos que taparán todas esas lunas que o bien harán historia o bien condicionarán y determinarán nuestras historias cotidianas. Entre tanto… disfruten de la fiesta.
Hay un refrán que dice que cuando el sabio señala a la luna, el tonto mira el dedo. Hoy haré una reinterpretación libre de este refrán diciendo que quizás cuando no es un sabio sino un político el que señala a la luna con el dedo no hace falta que los demás seamos tontos para mirar el dedo, es que el dedo siempre señala para tapar la luna.
Sirva este “pequeño” giro del refranero español para ejemplificar lo que lleva sucediendo estas semanas en el panorama español en torno a másters, tesis, doctorandos y demás informaciones. El pistoletazo de salida, legítimo y justificado, lo dan Cifuentes y Casado con sus ilegalidades manifiestas y vergonzantes en torno a los que podríamos llamar ya los “no másters” de la Rey Juan Carlos.