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RCEP: el gran acuerdo de libre comercio impulsado por China que debiera interesarle

Julio González García

Los Tratados multilaterales de Libre Comercio van a ser el instrumento fundamental para la política y la economía de los próximos años. Frente a las dificultades que está encontrando la negociación del TTIP, las que existen sobre la firma del CETA y la ratificación del TPP (las negociaciones sobre el TISA se desarrollan de forma lenta pero parece que progresan), el Sudeste asiático puede estar tomando una ventaja considerable sobre los restantes.

No podemos olvidar que la preocupación hacia el peso de Asia en las relaciones económicas deriva de que, en las palabras del Consejo Nacional de Inteligencia de Estados Unidos cuando prevé que «como consecuencia del declive de Occidente y del ascenso de Asia, de aquí a 2030 los Estados en vías de desarrollo habrán sobrepasado a los Estados desarrollados»

Ciertamente, si tomamos todos los acuerdos de libre comercio que se han venido firmando en la cuenca del Pacífico, podemos encontrar una situación un tanto caótica, como lo muestra este gráfico de la NBC:

Precisamente por ello, pasa a ser muy relevante las negociaciones que se están desarrollando para la firma del RCEP, que agruparía a este ámbito territorial:

En efecto, los países que están en el gráfico anterior, parece que tienen avanzadas las negociaciones sobre la siguiente vertiente de Tratado comercial, el Regional Comprehensive Economic Partnership, que agrupa a los países de ASEAN más aquellos con los que ya están suscritos acuerdos de libre comercio. Esto es, si las negociaciones fructifican estarán Australia, Brunei, Camboya, Corea del Sur, China, Filipinas, India, Indonesia, Japón, Laos, Malasia, Myanmar, Nueva Zelanda Singapur, Tailandia, Vietnam. Un acuerdo cuyosprincipios inspiradores fueron publicados en 2012 y del cual no se ha hablado demasiado en Europa, a pesar de que puede constituir el transfondo de las negociaciones del TTIP y CETA

Si quisiéramos plantear los datos centrales de esta agrupación económica, veríamos que agrupa al 40% del comercio internacional, el 45% de la población (más de 3000 millones de personas bajo su ámbito de influencia).

El RCEP está celebrando estos días en China su 15ª ronda negociadora, después de los avances que se produjeron en su reunión de Nueva Zelanda de junio, especialmente en eliminación de aranceles que llegaban al 80% sobre el valor actual.

En una primera aproximación, podríamos pensar que el RCEP resulta similar al TPP. Es, en este sentido, un tratado que tiene el objetivo de liberalizar y armonizar estándares, incluyendo regulaciones de bienes y servicios, pero también, protección de la propiedad intelectual (similar al que tiene el TPP, por petición japonesa) o un mecanismo similar al de protección de inversiones.

Ahora bien, a diferencia de otros tratados de libre comercio, éste tiene una pretensión de menor armonización y más preocupación por los aspectos relativos a la liberalización de los mercados de bienes y servicios. Está, por tanto, mucho más cerca de los acuerdos de libre comercio que hay suscritos en el sudeste asiático. Podríamos pensar, incluso, que dado que no están los EE.UU. no ha existido la preocupación del TPP en la protección de la industria farmacéutica o la de la protección de la información comercial, lo que está facilitando su negociación.

Este acuerdo forma parte de los importantes movimientos que se están produciendo en Asia en materia comercial. Movimientos que oscilan entre la creación de un gran área de libre comercio, que podría incluso incluir a todos los signatarios del TPP (esto es, incluso los EEUU) más Rusia menos la India. La creación de este espacio fue una opción en la que estuvo trabajando los EEUU antes de decantarse por el TPP. o la creación de acuerdos coo el RCEP.

En este momento, el RCEP es una solución para China, aislada del TPP y temerosa del TTIP; esto es, de los dos grandes acuerdos comerciales que ha impulsado la Administración Obama y cuyo objetivo ha sido delimitar las reglas del juego comercial sin la participación de China.

Por ello, este país ha tenido que hacer de la necesidad virtud e impulsar un gran acuerdo comercial que permitiera solucionar el aparente aislamiento al que le está conduciendo la política estadounidense con el TPP y el TTIP, que la deja fuera de los grandes bloques comerciales y, sobre todo, evita la entrada masiva de productos chinos en EEUU, la gran razón por la cual este país no prosiguió su participación en el gran acuerdo de libre comercio asiático. De hecho, existía un riesgo relevante de que China y Rusia pudieran hacer una pinza contra los intereses comerciales y políticos estadounidenses.

Ello no quita, sin embargo, para que el gran objetivo del Acuerdo de Libre Comercio del Pacífico haya dejado de ser un objetivo para China. Antes al contrario, recientemente, su Ministro de Asuntos Exteriores ha señalado que en la próxima reunión de ASEAN presentará una propuesta para iniciar las negociaciones que conduzcan a su firma.

Razones económicas pero también políticas. Un acuerdo comercial como el RCEP significa para China volver a estar en la punta de lanza de la discusión económica y comercial frente a los EEUU. Posiblemente, con un punto de ventaja frente a los estadounidenses: no hay la dificultad en la ratificación del Tratado que se encuentra la administración Obama y a la que he hecho referencia en otras ocasiones.

Pero, en segundo lugar, es una respuesta a aquello que preocupa a la Administración Obama y a la Unión Europea: No podemos olvidar que, para China y la India, el RCEP es especialmente importante por cuanto que se concentra en la liberalización comercial es y contiene reglas menos estrictas y metas de reducciones arancelarias menos ambiciosas. Resulta, en este sentido, preocupante la poca preocupación que tiene por la normativa ambiental o de protección de derechos de los trabajadores.

Al mismo tiempo, coloca a la Unión Europa en una situación complicada desde este planteamiento comercial si no es capaz de firmar y ratificar el TTIP y el CETA. Y, con ello, se producirá una presión añadida para su conclusión, obviando la presión popular en contra de la firma de ambos tratados. Y aquí, en el medio plazo, no podemos dejar de pensar en la posibilidad de que RCEP y TPP, China, India y EEUU puedan converger en la creación de ese gran Acuerdo de Libre Comercio del Pacífico, incluyendo además a Rusia.

Conviene hacer una pregunta a la vista de los acuerdos comerciales asiáticos que se vio al comienzo de este post ¿cómo se armonizará la presencia de algunos países en bloques cuyos principios pueden ser tener puntos de contradicción? ¿serán las ventajas comparativas de unos y otros los que terminen de diseñar la importancia cualitativa de cada uno? ¿Será por ello la convergencia CPEC-TPP la respuesta a medio plazo?

Last but not least ¿Y la Unión Europea? ¿Qué papel va a jugar en este nuevo mundo que se está creando día a día? ¿Va a resultar positiva para el Reino Unido la salida de la Unión Europea porque dispone de más instrumentos de negociación y más flexibles para incorporarse a bloques económicamente más importante? ¿Y que ocurrirá con la ciudadanía y sus derechos económicos, sociales y políticos?

*Artículo publicado en Global Politics and Law (@GPoliticsLaw)Global Politics and Law@GPoliticsLaw

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