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Trabajadores jóvenes, paganos de la crisis y del modelo actual de explotación

Sin duda recordarán aquello de “¡No es una crisis, es una estafa!”, pues bien el Banco de España lo acaba de constatar en un informe de 38 páginas. La Encuesta Financiera de las Familias 2014 documenta con membrete oficial lo que coreaban las plazas hace 5 años: el asalto a las rentas y la riqueza de las clases trabajadoras. Esta Encuesta, la quinta realizada desde 2002, analiza las rentas, activos, deudas y gastos de las familias en nuestro país correspondientes al periodo comprendido entre finales de 2011 y finales de 2014. En términos globales, la renta media de los hogares españoles sufrió una merma de un 15 %, de 36.100 a 30.400  euros. En términos de renta mediana (50 % de los hogares por encima de la renta señalada y otro 50 % por debajo), se pasó de 27.700 a 22.700 euros, un 18 %.

Si se profundiza en el informe se puede constatar que las disminuciones de renta se dan de forma acusada en aquellos hogares en los que el “cabeza de familia” es menor de 35 años. Si en 2008 la renta mediana de este grupo era de 29.200 euros, en 2014 cayó brutalmente a 20.900 euros. Pero si nos remontamos a la Encuesta de 2002, la renta mediana correspondiente al grupo de menores de 35 años, era de 23.200 euros. Es decir, un crecimiento entre 2002 hasta 2008 entorno al 26 % que se vio frenado a partir de ese año. La Encuesta de 2011 ya nos advierte de una disminución de esa renta mediana en jóvenes hasta los 26.900 euros. En este segmento de población se ha producido por tanto, una caída de renta entre 2008 y 2014 cercana al 28 %. En términos de renta media, la evolución porcentual es similar. De 34.300 euros en 2008 a 25.500 euros en 2014, una caída aproximada del 26 %.

Por contra, si tomamos el grupo de edad entre 65 y 74 años, la renta mediana en 2008 era de 19.600 euros, pasando en 2014 a 22.100. Con los datos de 2002, la renta mediana era de 16.500. Un paulatino crecimiento del 34% en 12 años. 

Estos datos se vuelven preocupantes si los cuadramos con los gastos medios del hogar, que publica el Instituto Nacional de Estadística. El gasto medio por hogar en el año 2015 fue de 27.420 euros, 382 más que en 2014. Siendo vivienda, agua, electricidad y combustibles, con un gasto medio de 8.710 euros, los gastos que absorben el 31,8% del presupuesto total del hogar.  

Si nos fijamos en los activos de las familias, en particular el más importante, la vivienda principal, comprobamos nuevamente la posición de fragilidad de los jóvenes. Entre 2011 y 2014 se produce una disminución en el porcentaje de hogares propietarios de su vivienda principal del 69,5 % en 2011 al 49,5 % en 2014. En la Encuesta de 2002 (página 59), el porcentaje de menores de 35 propietario de su vivienda principal era del 68,3 %, muy similar a la cifra de 2011.

En cuanto a las deudas, el volumen pendiente de pago representa, en la mediana, el 152,1 % de los ingresos anuales del hogar. Si aproximamos la lente a los datos referidos a menores de 35 años, comprobamos que a finales de 2014 la carga de deuda representa en la mediana el ¡402,7 %! de sus ingresos anuales. Si retrocedemos a 2011, la mediana era del 287,8 % y en 2002 del 133,9 % de sus ingresos. Por tanto, ha habido un paulatino incremento del desequilibrio entre ingresos y deuda, una deuda en el que el mayor peso se lo lleva la vivienda.

La conclusión es que los trabajadores y trabajadoras menores de 35 años han sido los paganos de la crisis y de las “soluciones” maquinadas para salir de ella, en particular de la contrarreforma laboral. La precariedad  y las cifras de paro explican estos datos. Sólo aquellos hogares en los que el cabeza de familia tenía más de 65 años vieron aumentar su renta, fraguada al calor de unas condiciones laborales y salariales mejores. El problema de la prestación futura por pensiones se vislumbra con  claridad.

Por otra parte, la dificultad de acceso a una vivienda por el segmento más joven de la población es fruto de esa incapacidad de generar rentas salariales dignas, pero también de una deficiente política pública, incapaz de sustituir al parasitario modelo de mercado donde imperan la banca y las constructoras. La propia Encuesta del Banco de España de 2014 (página 3) recoge que el Ibex 35 acumuló una ganancia del 20% entre finales de 2011 y de 2014. Un índice en el que predominan por  capitalización las entidades bancarias. Este poder económico tiene una réplica inmediata en las políticas públicas de todo tipo, con las catastróficas consecuencias que hemos visto.

Sin duda recordarán aquello de “¡No es una crisis, es una estafa!”, pues bien el Banco de España lo acaba de constatar en un informe de 38 páginas. La Encuesta Financiera de las Familias 2014 documenta con membrete oficial lo que coreaban las plazas hace 5 años: el asalto a las rentas y la riqueza de las clases trabajadoras. Esta Encuesta, la quinta realizada desde 2002, analiza las rentas, activos, deudas y gastos de las familias en nuestro país correspondientes al periodo comprendido entre finales de 2011 y finales de 2014. En términos globales, la renta media de los hogares españoles sufrió una merma de un 15 %, de 36.100 a 30.400  euros. En términos de renta mediana (50 % de los hogares por encima de la renta señalada y otro 50 % por debajo), se pasó de 27.700 a 22.700 euros, un 18 %.

Si se profundiza en el informe se puede constatar que las disminuciones de renta se dan de forma acusada en aquellos hogares en los que el “cabeza de familia” es menor de 35 años. Si en 2008 la renta mediana de este grupo era de 29.200 euros, en 2014 cayó brutalmente a 20.900 euros. Pero si nos remontamos a la Encuesta de 2002, la renta mediana correspondiente al grupo de menores de 35 años, era de 23.200 euros. Es decir, un crecimiento entre 2002 hasta 2008 entorno al 26 % que se vio frenado a partir de ese año. La Encuesta de 2011 ya nos advierte de una disminución de esa renta mediana en jóvenes hasta los 26.900 euros. En este segmento de población se ha producido por tanto, una caída de renta entre 2008 y 2014 cercana al 28 %. En términos de renta media, la evolución porcentual es similar. De 34.300 euros en 2008 a 25.500 euros en 2014, una caída aproximada del 26 %.