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El incendio que arrasa Zaragoza fue causado por los trabajos de una empresa de reforestación a gran escala

El incendio de Ateca (Zaragoza) es “muy grave y preocupante”, según ha informado este miércoles el presidente de Aragón, Javier Lambán, tras la primera reunión del día en el Centro de Coordinación Operativa. “Todas las alertas están encendidas y con todos los operativos dispuestos”, ha añadido. 

El fuego, que comenzó el pasado día 18, se originó en un proyecto de reforestación de la empresa Land Life en Bubierca, mientras una persona realizaba trabajos de restauración forestal. La misma empresa ha confirmado que fue una chispa de la excavadora la que originó el fuego y ha señalado estar “desolada”.  “Los trabajos de reforestación se estaban llevando a cabo de acuerdo con la normativa local y siguiendo estrictas medidas preventivas para hacer frente al aumento de riesgo por las condiciones extremas de sequía y calor”, han añadido. Land Life asegura en su página web que su trabajo es “ayudar a restaurar los 2 mil millones de hectáreas de suelo degradado en el mundo” y tiene proyectos en varios lugares de todo el planeta.

Pero no es la primera vez que la empresa protagoniza un incidente de este tipo. Ya ocurrió hace un mes. El pasado 20 de junio, realizando las mismas labores, Land Life causó otro incendio en la zona en el que ardieron 20 hectáreas. En esta ocasión, las estimaciones son que hay unas 14.000 hectáreas afectadas.

“Salimos de allí escopetados. Sentimos miedo. Es impresionante ver el fuego correr tanto”, cuenta Carlos López, miembro de Ecologistas en Acción y vecino de Moros, una de las localidades que ha tenido que ser evacuada. A pesar de los destrozos, agradece que su pueblo no se haya quemado, “porque es un pueblo medieval, todo de piedra”.

Descuido de los montes y despoblación

López achaca el incendio a varias causas. Primero, a que no se han hecho “unas labores de prevención correctas”. Opina que hay “un descuido generalizado del cuidado de los montes”, donde ha desaparecido el pastoreo y el cuidado de los cultivos a causa, entre otras cosas, de la falta de subvenciones y de la despoblación. “Si hubiera pastoreo o la mitad de los campos de cultivo no estuviesen abandonados, no se hubiera quemado tanto terreno, pero al haber rastrojo, el fuego ha ido recorriendo todo el término en muy poco tiempo”.

Pero también señala a Land Life y a la persona que contrató sus labores. “Es un señor que no nombran en ningún lado, que ha contratado a esta empresa para que trabaje en sus terrenos”, explica. Lamenta el “error de que una empresa privada gestione un monte con intereses públicos”. “Nadie en su sano juicio trasplanta árboles en julio, porque la época de trasplantar acaba en marzo. Y menos una empresa especializada en reforestación”, critica. La empresa, además, “dice que ha trabajado dentro de la ley, pero se ha saltado la recomendación de no hacer ninguna labor que no fuera imprescindible en estas fechas. Y reforestar ahora no es necesario”.

Algo parecido opina Javier Gimeno, coordinador de Izquierda Unida en Zaragoza, que señaló a la empresa en su cuenta de Twitter. En declaraciones a elDiario.es, Gimeno compara esa situación con las políticas del Ayuntamiento de Zaragoza en el Bosque de los Zaragozanos, “que es plantar árboles y decir que somos climáticamente neutros, en vez de reducir las emisiones de Co2”. “Bajo esa lógica, las empresas están haciendo el negocio”, opina. “Esta empresa ya tuvo un susto por incumplir las recomendaciones, que en otras comunidades son obligaciones, y aún así ha seguido con esa práctica”, añade.

Por eso cree que “lo que hacen este tipo de empresas es puro marketing”. “La idea de reforestar en sí está bien. El problema es que se convierta en un negocio donde lo primero es el dinero y lo segundo el medio ambiente, porque si se hace negocio con políticas climáticas que funcionen de verdad, pues bienvenido sea”, explica.

Un “problema medioambiental” y un “problema social”

José Luis Martínez, miembro también de Ecologistas en Acción de Zaragoza y especializado en emergencia climática cree que “es cuestionable en qué zonas se reforesta y con qué especies”. Hay algunas, como el eucalipto, que “arden fácilmente y muy rápido”.

Opina que las recomendaciones no son suficientes y debe haber prohibiciones. “Hay que tomar medidas muy serias que los ecologistas estamos aburridos de plantear”. Cree que los incendios y el calor “han venido para quedarse” y señala que esto supone tanto “un problema medioambiental como un problema social”. “En zonas con riesgo de incendios hay determinados momentos en los que no son horas de trabajar, tanto por el impacto en el territorio como por el que tiene en los trabajadores. La gente no puede estar poniendo en riesgo su vida con esas temperaturas, bastante arriesgan ya los bomberos”, afirma.

Ahora, a su compañero Carlos López, que está en Zaragoza a la espera de volver a su pueblo, Moros, le preocupa el futuro de sus vecinos. “El problema que hay ahora es que es una zona rural despoblada que vive de la fruta y, este año, probablemente ya no se pueda recoger la manzana, pera, melocotón... Porque, aunque hayan sobrevivido esos cultivos, el calor de las llamas hace que se vayan al garete. Son, además, personas de 50 o 55 años y yo intuyo que la administración prometerá ayudas que llegarán cuando ya estén jubilados. Probablemente la mitad de la economía del pueblo se haya perdido”, lamenta.

En Zaragoza, de momento, están a la espera de la evolución meteorológica y del cambio del viento, que será fundamental para controlar el fuego, aunque según se ha informado este jueves, su evolución es “favorable”. Hasta el momento se han desalojado unas 1.700 personas de cinco municipios que fundamentalmente han ido a destinos que han elegido ellos mismos, y unas 270 personas están alojadas en Calatayud. El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha prometido este miércoles “recuperar” los daños causados.

De momento, Land Life ha suspendido toda la preparación del terreno en las zonas de alto riesgo de incendio y asegura que “analizará e investigará qué normas y formas de trabajo pueden aplicarse”. “La seguridad de las comunidades locales y de las personas que trabajan en la restauración de la naturaleza es la primera prioridad”, añaden en el comunicado. Este medio se ha intentado poner en contacto con los responsables de Land Life en España por varias vías y en el momento de la publicación de este artículo no ha obtenido respuesta.