El pasado mes de marzo, la asociación Mayestros d’aragonés llevó a la institución del Justicia de Aragón una queja que denunciaba “el incumplimiento sistemático del horario destinado a las clases de aragonés en los centros públicos de educación primaria autorizados”. Recuerdan en la asociación que, según la Orden ECD/850/2016, de 29 de julio, por la que se modifica la Orden de 16 de junio de 2014, de la Consejera de Educación, Universidad, Cultura y Deporte, por la que se aprueba el currículo de la Educación Primaria y se autoriza su aplicación en los centros docentes de la Comunidad Autónoma de Aragón, el anexo III de la misma especifica que se deben dedicar 90 minutos semanales al área“.
El Justicia de Aragón ha instado a la Consejería de Educación a que se haga cumplir la legislación vigente, dotando al área de aragonés en los centros donde se imparte de los 90 minutos a la semana que establece la citada Orden. De esta forma, apuntan, “se finalizará con la discriminación que empeora las condiciones laborales de los docentes que imparten dicha asignatura, además de permitir que el alumnado y las familias que eligen dicha área reciban la oferta educativa adecuada según establece el currículo aragonés”.
Lamentablemente, dicen, “nuestra petición difícilmente se verá cumplida durante el curso 2019- 2020, ya que la Consejería ha esgrimido la situación de gobierno en funciones de estos últimos meses como causa para no poder cumplir con la demanda del Justicia de Aragón. No obstante, quedamos a la espera de una futura reunión con responsables del Departamento, en la cual podamos exponer las grandes dificultades y pésimas condiciones de desempeño de nuestra labor profesional como funcionarios públicos”.
La estabilización y mejora de la situación de las plazas de docente de aragonés en primer lugar garantizaría una mayor calidad de las clases. “Es bien sabido que esta lengua minoritaria está en grave peligro de desaparición. La transmisión generacional en las zonas de nuestra comunidad donde se usa como lengua nativa está prácticamente rota, y es necesario trabajar urgentemente desde los centros educativos para su recuperación. Destinando 30 o 45 minutos semanales, casos que se han dado el curso pasado, es un tiempo claramente insuficiente para la enseñanza de una lengua. A pesar de estas dificultades, varias personas de nuestra asociación, con gran esfuerzo e inversión de su tiempo personal, han puesto en marcha proyectos lingüísticos y proyectos de innovación educativa en sus centros”.
Igualmente, explican, “el poder contar con plazas estables facilitaría la implantación de proyectos de trabajo a largo plazo y ayudaría a fijar personal en los centros autorizados, que, por estar en zonas rurales, cuentan con un alto porcentaje de interinos que dificulta su funcionamiento. La inexistencia de una especialidad impide la convocatoria de oposiciones y genera un constante cambio de profesorado en los centros impidiendo una regularidad en los mismos”.
Por último, “la actual situación legislativa permite a algunos centros escolares situar las clases de aragonés como actividad extraescolar no evaluable. A ello hay que sumar casos en las que las plazas perfiladas por lengua aragonesa se convierten en meros subterfugios para que el docente dedique la mayor parte del tiempo a impartir otras áreas o realizar apoyos en lugar de trabajar en igualdad de condiciones con el resto del claustro como especialista en lengua aragonesa”.