Este 2021 se cumplen 100 años de la muerte del fundador de la paleontología en España, Lucas Mallada, que también fue geólogo, ingeniero y escritor regeneracionista. En su ciudad natal, no le habían olvidado, pero aprovechan el centenario para volver a recordar su trayectoria con un congreso científico, una exposición y un ciclo de conferencias. El profesor de Didáctica de las Ciencias Experimentales de la Universidad de Zaragoza Pedro Lucha (Zaragoza, 1977) impartirá una de ellas.
¿Qué destacaría de Lucas Mallada si alguien le dijera que nunca ha oído hablar de él?
Lo primero sería subrayar que fue un hombre muy polifacético. Es un contemporáneo de Ramón y Cajal. En comparación con otras figuras, como el propio Ramón y Cajal, Lucas Mallada es algo desconocido, pero tiene una posición destacada tanto en el ámbito de las humanidades -escribió varios escritos políticos publicados en revistas de la época-, como en el ámbito científico, donde ocupa una posición preminente: fundamentalmente, escribió obras de síntesis geológica que estuvieron vigentes durante mucho tiempo. A Lucas Mallada también lo suelen presentar como un regeneracionista, contemporáneo de Joaquín Costa; de hecho, se conservan unas cartas que se cruzaron, sobre todo, en relación con la revista que dirigía Costa. Tal vez, si hablas con un historiador, dirá que Lucas Mallada era un regeneracionista; si hablas con un científico, un geólogo o un biólogo, dirá que Mallada era un paleontólogo. Llama la atención que haya conseguido trascender en dos áreas de conocimiento tan poco solapadas.
¿Por qué se le considera el fundador de la paleontología en España?
Porque cuando ingresa en la Comisión del Mapa Geológico de España, que es una especie de instituto de investigación dependiente del Ministerio, se le encomienda que realice un catálogo de todas las especies fósiles que existían en el país. Previamente, había otro catálogo, pero Lucas Mallada multiplica por diez el número de especies inventariadas. Entonces, es la primera obra de síntesis de las especies fósiles de España y Portugal. Por ser tan amplia y exhaustiva, estuvo vigente durante muchos años; se le considera el padre de la paleontología en España por esa obra. Ocurre como con los enciclopedistas franceses, que es un trabajo tan exhaustivo que permanece vigente mucho tiempo.
Ese carácter exhaustivo de su trabajo recuerda a otro altoaragonés, a Félix de Azara...
Sí, sí. Son extemporáneos porque Félix de Azara es un poco anterior. También tienen trayectorias diferentes, porque Lucas Mallada procede de una familia humilde, emigra a Madrid, allí se incorpora como funcionario del estado y todos sus trabajos los hace como funcionario. Félix de Azara, aunque no conozco excesivamente su figura, vivió en el siglo XVIII, unos cien años antes y era un hombre de la alta burguesía, un naturalista a la usanza del siglo XVIII; diferente a los funcionarios del siglo XIX, que es el caso de Mallada.
Es curioso que abriera el campo de la paleontología en nuestro país alguien que no tenía ningún antecedente de familiar científico...
Así es, de hecho, últimamente se ha publicado bastante no tanto sobre su obra, sino sobre sus circunstancias personales. Tenemos un compañero en Huesca, José Antonio Cuchí, que ha publicado en la revista Lucas Mallada del Instituto de Estudios Altoaragoneses un artículo muy interesante con la relación de Mallada con el Alto Aragón desde una perspectiva muy personal; no tanto profesional, sino personal. Entonces, a pesar de que cada día, como digo, se saben más cosas sobre su contexto personal y social, todavía hay grandes lagunas. Por ejemplo, todavía no tenemos claro cuál era la profesión de su padre: unos biógrafos dicen que era trabajador del Ayuntamiento de Huesca, otros dicen que de la Diputación Provincial; otros dicen que hizo magisterio, que trabajó en Zaragoza, que trabajó en Madrid… No existe ningún documento que aporte pruebas sobre su padre y, por tanto, sobre los antecedentes que le pudieron a él conducir a seguir una carrera científica o ingenieril. Falta documentación que permita rastrear aspectos de la vida personal más íntima. A día de hoy, no hay pruebas más allá de lo que dicen sus biógrafos no sé sabe en base a qué.
¿Hay más lagunas sobre Lucas Mallada?
Pondría el acento en su relación con los familiares oscenses, de lo que ya digo que habla José Antonio Cuchí en su artículo de la revista Lucas Mallada. Sobre todo, nos faltan detalles de las personas de su entorno próximo, que le acompañaron tanto en Huesca hasta los 7 años, como en Zaragoza y en Madrid. Conocemos poco sobre su entorno personal. Aunque también es otro campo de investigación, sabemos más de su entorno profesional, de sus compañeros de trabajo y colegas.
¿Por qué cree que siguen faltando detalles de conocer sobre Lucas Mallada, frente a otras figuras mucho más estudiadas como Ramón y Cajal, al que mencionaba antes?
En primer lugar, un Nobel de Medicina hace trascender a cualquiera mucho más que cualquier otro mérito. El campo de la medicina es un campo con más difusión, con más proyección social. Pero, además, todos los biógrafos de Lucas Mallada siempre han destacado de él que siempre fue un hombre muy discreto. Como evidencia de esa discreción, podemos recordar que, a pesar de que era un hombre que al final de su vida tenía cierta reputación tanto en el ámbito de las humanidades como en el científico-técnico, al día siguiente de su fallecimiento no se publicó ninguna esquela en ningún periódico de la época. Era voluntad expresa de Mallada no publicitar el final de sus días. Entonces hasta una semana después no se publica en un diario una esquela dedicada por sus familiares. Debía de ser un hombre muy discreto y poco amante de las famas. Era un hombre muy concienzudo, muy trabajador. Aparte de la disciplina a la que se dedicó, ese carácter suyo introvertido y parco en palabras podría explicar que trascendiera menos que otros contemporáneos suyos.
Hoy en día, ¿se le ha hecho justicia?
Sinceramente, cuando se pregunta por un personaje, lo sencillo es decir que debería gozar de una posición más preminente en la sociedad. En Huesca particularmente, Lucas Mallada da nombre a una avenida, un instituto de educación secundaria… No creo que nadie no sepa aquí quién fue Lucas Mallada. Se le han hecho varios homenajes: el primero, ya en 1925, cuatro años después de su fallecimiento. Se le hizo otro, probablemente coincidiendo con el 150 aniversario de su nacimiento. En 2017, coincidiendo con el 175 aniversario de su nacimiento; uno más, con exposición en el Paraninfo y otra en Huesca. Recurrentemente es una figura que aparece en Huesca. Por eso, no diría que es una figura olvidada, sería caer en un vicio de todos los biógrafos. Quizá sí es verdad que no se conocen todas sus facetas; quizá solemos quedarnos en la faceta de paleontólogo, cuando era un hombre con una productividad enorme. Pero no creo que haya sido peor tratado por la historia que otros contemporáneos.