Mejor no ver nada

Mariano Gistaín

10 de noviembre de 2023 00:01 h

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Ya abren tiendas de espiritismo y magia y chamanería en Zaragoza, nuevos negocios, santería, exotismo, estampas, tallas, hay cadenas de tiendas en otras capitales, La Milagrosa por ejemplo, que tienen muchos clientes y santones que son como papas de otros credos y cultos, ríos de gente que va a que le limpien el halo, le laven el espíritu, mujeres lujosas hispanas que pasan una hora con el santón chamán o papa y salen con el aura nueva, cocimientos específicos individualizadas magias vuelve la fe por las vías más raras y la fe siempre ha sido también negocio todo cuesta las velas y si están consagradas más.

En el occidente individualista y devoto del santoral escondido donde aún suenan lejanas campanas a punto de oxidarse llegan nuevos cultos milenarios pasados por el plástico y el chip y los velones made in China y los gatos que mueven el brazo y han conseguido el mito del movimiento perpetuo vedado durante siglos.

En medio del caos y el orden precario y las luces de navidad que a veces se caen como en una peli de Álex de la Iglesia y con todo el suelo santo rupestre vendido para datacenters y alquilado a los molinos (y al hidrógeno y/o helio) y matar tocinos y las prisas por hacer algo rápido antes de que se descubra que es ilegal y contaminante en medio del caos y el orden vuelven los credos raros con dioses de plástico y estampas de la conquista que mezclan a los santos cristianos con los autóctonos mayas incas y otros sin nombre que da igual porque todos previo pago te llevan al cielo.

Lo demás va avanzando entre los estertores del globo y los esfuerzos variables para que no se le vaya la mano a alguno con la meta nuclear que siempre hay alguien enredando con el botón y menos mal que todo ha sido hackeado y solo quedan dos o tres masacres para que vuelva la paz entretanto mejor hacerse una limpieza de alma, que el cutis ya está pelado de tanta crema y tanta esmeril.