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No te mueras durante el fin de semana en el barrio zaragozano de La Cartuja

Plantación en el Cementerio de La Cartuja

David Chic

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El cementerio donde están enterrados el alcalde Caballero y el doctor Cerrada, zaragozanos ilustres, no admite muertos los fines de semana y los festivos. La falta de personal en la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ), la entidad que gestiona el espacio a través de una contrata de Tragsa, hace que los sepelios se tengan que retrasar (en ocasiones hasta tres o cuatro días si coincide con un puente) por la falta de empleados capacitados para realizar los trámites burocráticos y las propias inhumaciones.

Es una situación que los vecinos del barrio de La Cartuja Baja de Zaragoza llevan años denunciando. Sin embargo, tras la presentación de más de 400 firmas el pasado mes de noviembre, la paciencia empieza a agotarse. “Ni nos han contestado ni nos han propuesto una solución”, denuncian desde la asociación vecinal Jerónima Zaporta.

La asociación vecinal Jerónima Zaporta y la junta vecinal de La Cartuja presentaron el 29 de noviembre las 411 firmas recogidas en el barrio para solicitar la mejora del servicio del cementerio, propiedad de la DPZ. “No solo es el cementerio que está ligado a la vida cotidiana del barrio, donde enterramos a todos nuestros familiares, también es el primer cementerio de Zaragoza y un lugar de gran interés histórico”, señala uno de los miembros de la entidad vecinal, José Ignacio Vera.

En la campaña de recogida de firmas reclamaban a la entidad provincial que tuviera en cuenta estas peculiaridades, además de exigir que se realice un adecuado mantenimiento y conservación del camposanto, que se garantice la apertura suficiente en horario de mañana y tarde así como en fin de semana y que se garanticen los servicios personales y materiales necesarios para realizar inhumaciones a lo largo de la semana y en particular los fines de semana. “Las deficiencias en el servicio se vienen denunciando desde hace años pero ha sido en los últimos meses cuando se han producido situaciones indignantes para las familias: días esperando para poder realizar las inhumaciones o falta de personal y necesidad de que los propios familiares tengan que realizar la inhumación”, denuncian.

“Servicio público”

La también miembro de la asociación vecinal, Begoña Vera, comparte las reclamaciones. “Lo normal es que nos reciban y poder tratar este asunto con normalidad y ganas de llegar a acuerdos, creo que se están soliviantando mucho los ánimos”, indica, al recordar que el cementerio “es un servicio público que debe abrir todos los días”.

Por parte de la propia Diputación Provincial de Zaragoza indican que el pasado mes de octubre ya se produjo una reunión con el alcalde José María Lasaosa en la que estuvieron presentes el diputado delegado del cementerio, Luis Bertol, y técnicos de diputación. En ese encuentro se le explicó al alcalde ya que se habían tomado medidas para garantizar que en todos los enterramientos que se lleven a cabo en el cementerio haya personal suficiente para llevarlos a cabo. Con todo, el proceso para cubrir las plazas vacantes aún no se ha completado, pero indican que mientras tanto se contrata personal externo.

Sin embargo, hace tres meses se repitió de nuevo la complicada situación de que una familia tuvo que terminar el duelo en el tanatorio sin poder enterrar el féretro en el cementerio por la falta de personal. Una realidad más frecuente de lo que parece que en algunos casos se ha podido solucionar “tirando de contactos personales”, según reconoce José Ignacio. Desde la asociación vecinal explican que por un lado son precisamente los sábados y domingos cuando las personas disponen de tiempo libre para visitarlo y que por otro lado es necesario que cumpla su función de llevar a cabo los enterramientos, independientemente del día de la semana “ya que nadie puede elegir el día en que quiere dejar este mundo”.

En estos momentos, si se produce algún fallecimiento en viernes, por ejemplo, la inhumación debe posponerse hasta el lunes o martes. “Fundamentalmente estamos ante un problema burocrático que se podría solucionar fácilmente de forma telemática”, reconoce José Ignacio. Y tienen en cuenta que ante otros conflictos relacionados con el propio camposanto se han logrado acuerdos, como cuando se reclamó la construcción de 150 nichos y 70 columbarios para que pudiera proseguir la actividad en el recinto. Con todo, desde la entidad vecinal recuerdan que en el 2019 tuvieron que realizar (con motivo del día del Árbol) una plantación de cipreses y rosales para adecentar el espacio.

Titularidad de los nichos

“Sería necesario implementar algún sistema para que desde el propio cementerio se pudiese acceder a los datos de titularidad del nicho y así poder llevar a cabo los trámites previos a la inhumación con independencia de si está o no abierta la DPZ”, proponen a la espera de la reunión que ven necesaria. “De igual modo debería de existir un sistema de guardias para que en caso de tenerse que llevar a cabo una inhumación pueda haber personal suficiente, pues consideramos que existe una falta de previsión de personal por parte de la DPZ, que tendría que tener protocolos establecidos para solucionar cualquier incidencia laboral, como bajas, vacaciones, permisos”, consideran.

Otro de los asuntos pendientes para esta entidad rural tiene que ver con la colocación de placas solares para la creación de una comunidad energética de autoconsumo colectivo para viviendas y negocios. El proyecto del Ayuntamiento de Zaragoza, que tiene un presupuesto global de 312.500 euros para todos los barrios rurales, está previsto que se implante desde este verano hasta septiembre de 2025. Sin embargo, desde la entidad vecinal consideran que no se está avanzando lo suficiente y que no han recibido más información desde que se anunció su puesta en marcha.

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