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La población de osos en el Pirineo se sitúa en los 40 ejemplares mientras los ganaderos siguen pidiendo protección

En 2018, en el Pirineo, había tres osos menos que en 2017

Miguel Barluenga

Huesca —

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Pero, ¿cuántos osos hay en el Pirineo? Para los agricultores y ganaderos que se consideran perjudicados por su presencia, demasiados. Pero la cantidad exacta es de 40. Piros Life, asociación impulsada por la Generalitat de Catalunya para velar por la situación del plantígrado, fija este balance en el año 2018. Supone una cifra inferior en tres unidades a la de 2017, en la que se contabilizaron 43 ejemplares en el Pirineo de Aragón, Catalunya, Navarra y Francia.

Entre la cuarentena de ejemplares detectados en el 2018 hay cinco de primer año nacidos ese mismo año de las hembras Nheu (tres cachorros) y Chataigne (dos). Uno de los cachorros de Chataigne ha acabado muriendo. En total, fueron tres los ejemplares desaparecidos durante 2018: una cría de Chataigne, el oso Gribouille (sin rastros desde el 2016) y el macho Pyros. De este último no se tiene noticia desde principios de abril de 2017.

Pyros ha sido el macho dominante en el Pirineo durando más de veinte años. Sus descendentes suman 55 ejemplares, de los cuales 30 son hijos directos. Precisamente, “para romper con el dominio reproductor de Pyros y aportar variabilidad genética a la población de osos del Pirineo”, la Generalitat liberó al temido Goiat, un oso joven proveniente de Eslovenia autor de varios y feroces ataques en estos tres años.

Además de Goiat, hay tres machos no emparentados con Pyros: Neré (de estirpe eslovena, nativo del Aran, y que ha vuelto del Pirineo occidental), su hijo Canelito (de madre pirenaica, también proveniente del Pirineo occidental) y Cautxú (el único descendente conocido del macho Balou). El seguimiento de los osos del Pirineo es una de las acciones incluidas en el proyecto Piros Life de consolidación de la población en los Pirineos centrales.

En este sentido, se cuenta con un equipo de ocho personas que siguen los rastros biológicos (pelos y defecaciones) de los plantígrados, cogen muestras y las analizan, para valorar la evolución de la población con el apoyo de los agentes rurales. También realizan itinerarios para encontrar huellas y otros indicios. En estos itinerarios establecidos hay colocadas trampas de pelos para coger muestras sistemáticamente. También se hace seguimiento con sistemas automáticos de fotografía y video, con 39 cámaras en Catalunya, 45 en Francia y 22 en Aragón.

Todo este trabajo se tradujo el pasado año en 57 itinerarios realizados en Francia que sumaron 446 kilómetros recorridos, lo que permitió encontrar 1.186 indicios de oso. En Aragón se recopilaron 23 datos de osos, mientras que en Catalunya fueron 446 datos, así como 207 imágenes. La Generalitat coordina el proyecto Piros Life con la participación del Conselh Generau de Arán, Forestal Catalana SA, la Universitat de Lleida y la Fundación Oso Pardo.

80 colmenas destrozadas

Mientras, la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón, UAGA-COAG, ha denunciado que son ya 80 las colmenas destrozadas en lo que va de año por los ataques de osos en el Pirineo aragonés. Según la organización agraria, las heladas tardías y la sequía han provocado que los plantígrados busquen otras fuentes de alimentación, de ahí que esta campaña esté siendo más crítica para los apicultores que tienen sus colmenas en la zona.

En ese sentido, UAGA ha destacado que los apicultores no perciben ninguna indemnización por los daños sufridos por la acción del oso; se trata de “una realidad que hace que los apicultores se sientan desamparados por las administraciones públicas”. A la ausencia de indemnizaciones por los daños en las colmenas, se le suma “otro agravio”. El pasado 17 de julio, el Gobierno de Aragón publicó en el BOA la Orden por la que se convocaban subvenciones para la adaptación de la ganadería extensiva a los retos ambientales y a los desafíos socioterritoriales. Unas ayudas dirigidas a la protección de las explotaciones ganaderas extensivas en zonas con presencia del oso pardo o del lobo, y que subvencionaban la adquisición de vallados fijos o portátiles, pastores eléctricos y perros de raza mastín.

En ese sentido, UAGA ha destacado que “los apicultores se han sentido marginados porque la administración solo contempla como beneficiarios de estas ayudas a los titulares de explotaciones de ovino y caprino extensivo”. La preocupación por la presencia de osos en el Pirineo hizo que, el pasado 22 de agosto, muchos apicultores participasen en la movilización contra la reintroducción que se celebró en Aínsa.

Al finalizar la manifestación, los representantes de UAGA y de la Unió de Pagesos se reunieron con los apicultores para informarse de las reivindicaciones del sector. Por último, la organización agraria alerta del peligro que puede suponer, para la flora y fauna del Pirineo, que los apicultores trashumantes dejen de llevar sus colmenas a esta zona por miedo a los daños que les puedan ocasionar los osos. Las abejas son “imprescindibles en la polinización de las plantas con flores” y sin su participación “se rompería este ciclo tan importante para el medioambiente”.

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