La crisis abierta en Podemos tras las elecciones del 28 de mayo, en las que perdió cuatro de los cinco diputados que tenía, se agudiza. El secretario de Organización del partido, número dos en la lista de la provincia de Zaragoza, no ha asumido el fracaso electoral del partido y, a diferencia de lo que hizo la candidata Maru Díaz, no renuncia a tomar posesión este viernes como diputado.
Será el único representante de la formación morada y esta decisión personal ha vuelto a ser muy cuestionada por gran parte de la militancia y algunos excargos de Podemos, que consideran que Corrales debería haber dimitido y dar paso a la número tres de la lista, María Goikoetxea. Quienes así piensan y así lo han manifestado públicamente en las redes sociales, como la exdiputada y exconcejala Amparo Bella, el exconcejal de Fraga Alfonso Callejero o la expresidenta de las Cortes, Violeta Barba, denuncian que a la controvertida gestión del partido por parte de Corrales se le une el hecho de que las normas éticas de la formación señalan que si renuncia una mujer de una lista, debe ser sustituida por otra, en este caso Goikoetxea.
En Twitter, numerosos militantes y simpatizantes acusan a Corrales de “agarrarse al sillón” o ser “casta”, justo lo que él criticaba hasta hace ocho años, cuando pasó de ser un trabajador de Sarga a diputado en la primera legislatura de Podemos, cuando esta formación obtuvo 14 diputados. En la siguiente, en la que ya sufrió un batacazo electoral y pasó a cinco diputados, Corrales fue jefe de gabinete en la Consejería de Ciencia y Universidades que dirigió Maru Díaz. Ahora, pese a quedarse inicialmente sin escaño, entró de rebote tras la renuncia de Díaz, que asumió los malos resultados de la formación. En Podemos muchos creen que la responsabilidad es compartida por Corrales y pensaban que tomaría el mismo camino y daría paso a una renovación que creen imprescindible. Sin embargo, no ha sido así.
El patente malestar entre las bases de Podemos con Corrales, quien en muchas ocasiones ha sido cuestionado por sus formas a la hora de gestionar la organización del partido, viene de largo. Su propia entrada en la candidatura a las Cortes por Zaragoza fue motivo de extrañeza, ya que fue como número dos a pesar de que en las primarias salió elegido tercero. Gemma Sinués le superó en más de mil votos en esas elecciones, pero se cayó de la lista. No hubo ninguna explicación al respecto por parte de la dirección de Podemos, ni de la propia Sinués. Corrales, que además en las elecciones de 2015 obtuvo el escaño por la provincia de Huesca, en estas elecciones no solo ha entrado en las Cortes: también se presentó in extremis como candidato de Podemos por Tarazona, localidad natal de Maru Díaz, aunque sin obtener representación. Al final, a pesar de los malos resultados y una gestión tan cuestionada, el secretario de organización de Podemos se aferra al escaño para ejercer “una oposición responsable” y “estar vigilantes de que no se toquen los logros conseguidos hasta ahora”, según él mismo dijo tras reunirse con el aspirante a presidente de Aragón, Jorge Azcón.
La decisión del podemita llega en un momento en el que la formación morada está sumida en una profunda crisis de identidad que también se ha agravado tras perder mucho peso en la confluencia de las izquierdas para las elecciones generales del 23 de julio, Sumar. En este partido apenas tienen puestos destacados en las listas (salvo la cabeza de lista de Teruel, con escasas posibilidades de obtener escaño). Aunque apenas ha mantenido relación con el partido en Aragón, el anterior candidato, Pablo Echenique, fue vetado por la propia Yolanda Díaz, que ha cedido a CHA el principal protagonismo de la confluencia en Aragón