En noviembre de 2015, el presidente de Aragón, Javier Lambán, anunció que su intención era introducir contenidos de “memoria democrática” en el currículum educativo aragonés. Entonces, la portavoz de Ciudadanos en las Cortes de la Comunidad, Susana Gaspar, ya mostró sus discrepancias. Ahora Lambán ha confirmado que ya trabajan en una ley de memoria democrática y que, a partir del próximo curso, será materia de estudio en las aulas aragonesas. Y de nuevo la formación naranja se ha mostrado contraria.
En este caso ha sido el diputado por Zaragoza en el Congreso de los Diputados, Rodrigo Gómez, el que ha señalado que, “aunque hay que tener mucha prudencia y esperar a que salga el proyecto de ley, parece una normativa con un claro sesgo ideológico”. Temen, ha dicho Gómez a eldiario.es, “que se vuelva otra vez a los diferentes bandos, a enfrentar a las dos Españas, cuando debería ser algo que estuviera enterrado”.
El presidente de Aragón hizo este anuncio el pasado sábado en Caspe (Zaragoza), en el acto de homenaje a tres brigadistas que cayeron, entre los días 26 y 27 de marzo de 1938, en la segunda fase de la batalla de Caspe. Lambán indicó que los escolares aragoneses aprenderán memoria democrática dentro de la asignatura de Historia, poniendo “especial énfasis en el estudio de todo lo ocurrido desde la Segunda República hasta la Transición”. Ya el próximo curso tendrán contenidos relativos a esta materia en Geografía e Historia de 4º de ESO e Historia de España de 2º de Bachillerato.
Para Gómez, esto puede tener un segundo sentido. La historia ya se estudia, dice, “entonces, qué quieren decir, ¿que lo que se cuenta ahora en las aulas no es verdadero, no es objetivo?”. Están de acuerdo, resalta, en educar en valores democráticos y civiles, “en los valores que representa nuestra Constitución, pero volver a reescribir la historia no tiene mucho sentido. La educación española tiene problemas y retos más importantes”.
No remover el pasado
No es la primera vez que Ciudadanos, ya sea en la Comunidad o a escala estatal, se muestra contrario a articular medidas tendentes a recuperar la memoria histórica. En Calatayud, por ejemplo, se abstuvieron en la votación para retirar a Franco la medalla de oro de la ciudad. Gómez justifica aquel voto “porque era una condecoración vitalicia y con la muerte ya la ha perdido”.
No niega, empero, su creencia de que hay que pasar página ya de esa época de la historia: “Ahondar más en esto no tiene mucho sentido”. Esto no es óbice, afirma, para que la Ley de Memoria Histórica se cumpla y se dote convenientemente.