El Ayuntamiento de Zaragoza ha colocado cuatro placas con inscripciones en las calles de Agustina Simón y de Pedro Lázaro para realizar la resignificación de las mismas dentro de las propuestas expresadas en el Grupo de Trabajo de la Memoria Histórica y en cumplimiento de lo dispuesto en la Ley de Memoria Democrática de Aragón.
Agustina Simón fue una joven enfermera, de militancia carlista, que participó en tareas de apoyo a las milicias carlistas que llegaban a Zaragoza y que se unió de inmediato a la sublevación. Participó junto a los sublevados en la Batalla de Belchite; allí fue detenida junto a otros combatientes carlistas y finalmente fusilada. Por su parte, Pedro Lázaro fue el primer soldado muerto de la barriada de Escudero (Arrabal) como consecuencia de la Guerra y que fue significado como ‘primer soldado hijo del pueblo que murió en este glorioso movimiento’.
“Es indudable la vinculación de ambas personas con el bando franquista y, tal y como dice el Artículo 31 de la vigente Ley de Memoria Democrática de Aragón, tener calles dedicadas es contrario a los preceptos de la Ley y deben ser retiradas”, advierte Álvaro Sanz, Presidente de la Fundación 14 de Abril.
Desde la Fundación critican “la visión revisionista de la derecha” y aseguran que el Ayuntamiento de Zaragoza “se inventa una figura que no recoge la legislación, burlándose de la ley” y procede a resignificarlas, dicen, “manteniendo el nombre de las calles y añadiendo una placa ”en la que tratan de justificar que esas personas merecen aparecer en el callejero zaragozano“.
Resignificar dos calles de Zaragoza, analizar el cambio de otras dos y retirar un título honorífico
En el seno del Grupo de Trabajo de la Memoria Histórica se acordó estudiar once nombres de viarios, que correspondían a solicitudes presentadas por el Gobierno de Aragón, a expedientes iniciados por Zaragoza en Común y a solicitudes de la Fundación 14 de abril, con la posibilidad de que pudieran cambiarse. En junio de 2021, este órgano de carácter consultivo mostró su apoyo de forma mayoritaria, pero no unánime, a resignificar dos calles de Zaragoza, analizar el cambio de otras dos y retirar un título honorífico.
De este modo, hoy se ha procedido a descubrir las placas con inscripciones en las dos calles que debían ser resignificadas y cuyos textos han sido elaborados por uno de los asesores externos del Grupo de Trabajo, el catedrático e historiador Guillermo Fatás. En la calle de Agustina Simón se han descubierto dos placa donde se detalla: “La ciudad recuerda aquí a sus hijos e hijas que, como Agustina Simón, cayeron muertos al servicio de su vocación humanitaria y en el ejercicio de su piadosa labor de auxilio sanitario y consuelo anímico a las personas heridas en una terrible guerra entre españoles que no debe repetirse jamás”. Mientras que en Pedro Lázaro se han puesto otras dos placas que rezan: “La ciudad recuerda aquí a sus hijos que, como Pedro Lázaro, murieron en los frentes de una terrible y cruel guerra entre españoles que no debe repetirse jamás”.
Para estas dos calles se optó por el modelo de resignificación y no de cambio de nombre. Así se acordó tras los requerimientos de la Dirección General de Patrimonio Cultural de Gobierno de Aragón, quien propuso esta opción dado que “no consta sobre ellos apenas ninguna información”. En el caso de Pedro Lázaro, se apuntaba desde la DGA que “el hecho de morir en el frente no identifica a un soldado como franquista o defensor del bando sublevado si, como es probable, fue llamado a filas como soldado de quinta o reemplazo”. Mientras que en el caso de Agustina Simón, “enfermera de ideología carlista-tradicionalista”, menciona que “solo consta su acción humanitaria”.
Asimismo, los informes remitidos por la Dirección General Patrimonio autonómica ahondaban en el hecho de que “ambas calles son de poca trascendencia en el callejero” y que “habían pasado desapercibidas hasta la actualidad”, por lo que concluía proponer una resignificación “con una placa con una inscripción que lamente la pérdida de toda una generación de jóvenes sacrificada en una guerra civil, abogue por la paz y exprese la repulsa a toda confrontación bélica”.
La Fundación 14 de abril exige la eliminación de estos nombres del callejero
“El Ayuntamiento obvia decir que hubo un golpe de Estado fascista y una guerra motivada por la sublevación contra el legítimo orden constitucional que representaba el Gobierno de la II República”, afirma Sanz. El Presidente de la Fundación denuncia que definir la sublevación franquista como “una terrible guerra entre españoles” es adoptar la “equidistancia”, y que con ello “se pretende blanquear el fascismo, ya que equiparan a quienes defendieron la legalidad constitucional con quienes se sublevaron”.
En 2019, la Fundación 14 de Abril reclamó al Ayuntamiento de Zaragoza el cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática y pidió el cambio de nombre de estas dos calles, así como las del Arzobispo Domenech, Gonzalo Calamita y Allué Salvador que fueron señalados franquistas.
“A pesar de la Ley, que obliga a retirar menciones en calles y plazas públicas de personas que apoyaron el golpe fascista y se identificaron con la sublevación y con la dictadura que siguió, zaragozanos y zaragozanas seguimos sin ver nuestras calles y plazas limpias de esos recuerdos”, concluye Sanz.
Para Javier Gimeno, Coordinador de IU Zaragoza, “equiparar el bando fascista con quienes defendieron la legalidad democrática de la República evidencia cómo entiende la derecha la memoria democrática”. Gimeno apunta a que con esta iniciativa el Ayuntamiento está “blanqueando su apoyo directo al golpe de Estado”.
“Desde Izquierda Unida hemos solicitado al Gobierno de Zaragoza que cumpla con la Ley de Memoria Democrática de Aragón que en su artículo 31 prohíbe la exaltación del Golpe de Estado de 1936 y, más específicamente, las denominaciones de calles, vías o lugares públicos que rindan homenaje a militares o políticos afectos al golpe de estado o al régimen franquista”, afirma Gimeno.