Con normalidad y “muy positivamente” ha recibido Pablo Echenique el fichaje por Podemos del exjefe del Estado Mayor de la Defensa Julio Rodríguez. Lo que para muchos supuso una sorpresa es algo que no tiene nada de extraño para el líder de la formación violeta en Aragón.
Ha asegurado que es un honor contar en el partido con una persona que conoce muy bien “una de las instituciones más importantes de nuestro país y que defiende una renovación y una democratización del ejército”. En el haber del militar, según Echenique, también está el pretender que “los soldados tengan derechos laborales” y que el ejército “no esté tan cerca de las empresas del ministro Morenés.
La mayoría de las críticas recibidas por el partido tras el anuncio hecho ayer, se basan en que la llegada de Rodríguez a la candidatura por Zaragoza impedía confeccionar listas cremallera. Este es, ha comentado Echenique, el único punto negativo. A pesar de todo, “seguiremos trabajando para aumentar el nivel de paridad”. Como excusa ha dicho que las dos personas que encabezan la lista en Canarias son mujeres.
Respecto a la escasa relación que el nuevo integrante del partido tiene con Zaragoza, ha señalado que estudió la Primaria y la Secundaria en la capital aragonesa y que estuvo varios años destinado allí.
Críticas a la OTAN
Se le ha cuestionado también por cómo encajan las críticas a la OTAN, que en muchas ocasiones se han vertido desde su partido, con la incorporación de Julio Rodríguez. Para Echenique, ellos defienden que España cumpla los compromisos internacionales que tiene firmados.
Esto no es óbice, ha explicado, para decir que la OTAN es una organización “nacida en la lógica de la Guerra Fría, diseñada para una época que ya ha pasado. No puede ser que un gigante económico como la Unión Europea tenga supeditada su estrategia de defensa a Estados Unidos”. Y esto es “lo mismo que defiende Julio Rodríguez”, ha sentenciado.
A colación ha sacado el asunto de las maniobras de la OTAN que estos días se están desarrollando en diversos puntos de España, entre ellos, Zaragoza. Ha apuntado que se oponen a ellas porque no saben cuánto cuestan, hay una opacidad absoluta y “no son unas maniobras defensivas, sino de ataque”.