- El punto más destacado de la ley es la creación de una Oficina Anticorrupción, lo que provocó multitud de críticas desde el PP
La corrupción, mejor dicho, la lucha contra ella (tan en boca de todos, desgraciadamente, en los últimos tiempos) llegará también a las aulas de la educación aragonesa. Lo hará a partir de la Ley de Integridad y Ética Pública, cuyo proyecto se encuentra en trámite parlamentario en estos momentos.
Es del artículo 4 de la misma, ‘Educación en integridad y ética pública’, donde emergerá el mandato que hará que la corrupción pase a formar parte de la ordenación curricular en la Comunidad. En concreto, reza el texto, se incluirán “contenidos que incidan en el impulso de los principios informadores de integridad y ética pública de acuerdo con lo previsto en esta Ley”.
Se impulsarán, de igual modo, “acciones de formación específicas tendentes a sensibilizar al profesorado respecto a los derechos y obligaciones” que se incluyan en la futura normativa.
El tercer y último punto se refiere a las universidades: explica que los centros universitarios aragoneses “integrarán gradualmente en sus enseñanzas contenidos relacionados con la integridad y la ética pública para impulsar su difusión, conocimiento y seguimiento efectivos, incorporándolos a las guías docentes de asignaturas en titulaciones de grado o máster y a través de actividades académicas complementarias de carácter trasversal”.
Con esta ley, el Gobierno de Aragón (PSOE-CHA) pretende mostrar su apuesta contundente para luchar contra la corrupción. El aspecto más importante del articulado es la creación de la Agencia de Integridad y Ética Pública (Oficina Anticorrupción). Es uno de los puntos del decálogo firmado por los socialistas con Podemos para que estos apoyaran la investidura de Javier Lambán, y ha provocado multitud de críticas en las filas del PP.