La multitudinaria manifestación convocada por Teruel Existe el pasado 6 de mayo dejó de nuevo al descubierto las carencias de la provincia, y sobre todo, retrató a los partidos políticos con responsabilidades de gobierno: PP y PSOE. Ambas formaciones han reaccionado defendiendo su trabajo por la provincia, obviando las promesas incumplidas y destacando los deberes por hacer de las administraciones que no gobiernan. El retraso en la construcción de los hospitales de Teruel y Alcañiz, que impulsa la DGA (PSOE), y las infraestructuras de carreteras y ferroviarias, pendientes y dependientes del Gobierno central (PP), fueron las principales quejas el 6M de los turolenses, que están a la espera todavía de la firma del convenio del FITE de 2018 para recibir 60 millones de euros.
La convocatoria del 6 de mayo era “ciudadana”, como insistían desde Teruel Existe, con el objetivo de buscar la unidad social más allá de los partidos y mostrar juntos de nuevo las reivindicaciones de la provincia. Pero la coordinadora ha insistido desde el principio en que la movilización era una herramienta de fuerza para los representantes elegidos por los ciudadanos de Teruel, a la hora de llevar las reivindicaciones de la provincia a los despachos.
Parece que no todos lo han visto así, y la manifestación sirvió para retratar a los partidos políticos que, si bien apoyaron en todos los casos la movilización, han marcado distancias según sus responsabilidades de gobierno.
Así, en el Ayuntamiento de Teruel todos los partidos con representación a excepción del PSOE -PP, Ganar Teruel, Ciudadanos, PAR y CHA- firmaron el manifiesto de apoyo a la movilización y acudieron a ella. También asistieron los concejales del PSOE que, dijeron, compartían las reivindicaciones pero no las formas, con lo que ya marcaron distancias de inicio.
Pero las palabras del consejero de Presidencia del Gobierno de Aragón, el turolense Vicente Guillén, dos días después de la marcha levantaron polémica cuando tildó de “movimiento romántico” a Teruel Existe, a quienes reprochaba victimismo y pesimismo, mientras destacaba en rueda de prensa todas las inversiones y proyectos impulsados en la provincia.
En esa intervención, reafirmaba su compromiso con la construcción de los hospitales de Teruel y Alcañiz, a pesar de los continuos retrasos que acumulan, tal y como denunciaban los manifestantes, después de que en la anterior legislatura del Partido Popular también se retrasara la construcción.
Guillén reprochó al Gobierno central los incumplimientos en infraestructuras como el ferrocarril, la autovía A-68 por el Bajo Aragón o la segunda fase de elevación de aguas del Ebro a Andorra, mientras que el Partido Popular defendía las últimas inversiones precisamente en la línea de tren impulsadas desde el Ministerio de Fomento. Días después, la también consejera del autonómico y secretaria provincial del PSOE, Mayte Pérez, suavizaba la postura diciendo que “compartían las reivindicaciones históricas” de la provincia, respetando a los manifestantes y comprometiéndose a trabajar por los proyectos pendientes.
Por su parte, el presidente del PP en Teruel, Joaquín Juste, destacaba tras la concentración el anuncio de la extensión de la banda ancha a todo el mundo rural hecha por Mariano Rajoy, precisamente en Teruel, o las ayudas a la residencia en pequeños municipios y las propuestas de rebajas de impuestos para el mundo rural.
“A todos nos gustaría que llegase más inversión y más rápida” reconocía en un acto público pero “el Gobierno central, a lo que se ha comprometido lo está haciendo”, a diferencia del Gobierno de Aragón, que no ha cumplido, dijo, el compromiso de construir los nuevos hospitales o “arreglar la PAC”.
Firma pendiente
Y mientras tanto, el convenio para la convocatoria de 2018 del Fondo de Inversiones de Teruel (FITE) -que permite invertir 60 millones de euros cada año, aportados a partes iguales por administraciones- sigue sin firmarse a estas alturas del año, lo que nuevamente impedirá acometer las inversiones en plazo.
La consejera aragonesa Marta Gastón reprochó al Gobierno central días antes de la manifestación que el aragonés continuase esperando cada viernes el anuncio del visto bueno al convenio en el Consejo de Ministros, algo que, finalmente se produjo ayer, a la espera ahora de la fecha de la firma.