Lo que parecía un acercamiento para salvar in extremis la confluencia en Zaragoza, puede acabar siendo la separación definitiva (si es que esta no había llegado ya). Zaragoza en Común (ZeC) había emplazada a una reunión a Podemos, este lunes a las 19:00 horas en la sede de la formación, con el objetivo de lograr un acuerdo de última hora. Ese encuentro no se ha celebrado.
Nacho Escartín, secretario general de Podemos en Aragón, ha asegurado a eldiario.es que “es un farol”. El jueves, ha apuntado el líder de los morados, “me dijeron lo de la reunión, y les respondí que vale, pero que me mandaran una propuesta para valorarla. Y hasta hoy. Es una estrategia, juegan a intentar culpabilizarnos del desacuerdo”. Fuentes de la formación han concretado que, si se recibe una propuesta de Zaragoza en Común (aprobada por su Plenario) están dispuestos a retomar las negociaciones.
Ha señalado, además, que sí hay propuestas internas, “porque la gente de ZeC se está moviendo, pero el lunes pasado, en su coordinadora, aprobaron que no iban a hacer ninguna propuesta a Podemos”.
Por su parte, el alcalde de la capital aragonesa, Pedro Santisteve, también en declaraciones a este medio, ha indicado que “tiene que haber propuestas de ellos y nosotros para salvar la confluencia. Si en Aragón no se mueven, tendré que hablar con Iglesias, aunque confiaba en que Madrid intercediera”.
Esa conversación entre Santisteve e Iglesias ya se produjo la semana pasada, “porque yo se lo pedí a Iglesias”, ha dicho Escartín, “y después de hablar con el alcalde me dijo: ‘No hay nada que hacer’”. Santisteve, reacio (como ha reiterado en varias ocasiones) a un acuerdo posprimarias, ha afirmado que lo va a intentar “hasta el último momento. El interés hay que demostrarlo”.
Negociaciones rotas
Las negociaciones se acabaron de torcer en el Plenario de los comunes, celebrado el pasado 22 de febrero, en el que se debatió el documento marco que pilotaría la hoja de ruta en los próximos meses. Allí se rechazaron en bloque todas las enmiendas planteadas por Podemos: “Nuestras propuestas se han rechazado en bloque y muchas de ellas se podían haber asumido. Tenemos que evaluar lo que ha pasado hoy aquí”, decía en aquel momento el secretario general de los morados, Nacho Escartín.
Las enmiendas, principalmente, se referían a la forma de votar en las primarias de ZeC: Podemos solicitaba que los inscritos en su plataforma pudieran votar directamente en estos comicios internos sin necesidad de darse de alta en la plataforma de ZeC. Los comunes planteaban que estos se registraran (de manera telemática y gratuita) en su plataforma y participaran como el resto.
Otra de las medidas que no recibió el plácet es la que se refería a la limitación salarial: actualmente esta se establece en tres veces y medio el Salario Mínimo Interprofesional. Al subir este, Podemos solicitaba estatuir un límite menor. Pedían, por añadidura, que en las primarias se pudiera votar, por un lado, al cabeza de lista, y, por otro, al resto.
Podemos descarta las confluencias
El 2 de marzo, en el Consejo Ciudadano Autonómico de Podemos, los morados daban por rotas las negociaciones con IU para las elecciones autonómicas y descartaban presentarse a las primarias de ZeC en el plano municipal. El secretario general, Nacho Escartín, dejaba una puerta abierta a seguir negociando tras las primarias de ZeC. Pocos días después la cerraba el propio alcalde al afirmar que “el espacio de confluencia es Zaragoza en Común, no se entendería que alguien se saltara mecanismos. Queda tiempo para que se lo hagan de mirar”, decía irónico.
Un día antes, el bochinche creció cuando desde el sector crítico de Podemos Aragón se anunció que presentarían a candidatos en las primarias de ZeC. Finalmente, las dos cabezas de lista de la candidatura que perdió los comicios internos municipales de los morados (Isabel Vaquero y Esther Moreno) se presentaron a las primarias en el equipo de Pedro Santisteve. También Anticapitalistas presentó a su candidata, Julia Cámara.
El último movimiento (al menos en público) se produjo cuando ZeC decidió retrasar tres días el inicio de sus primarias, para, como reconocieron fuentes de la confluencia, tratar de lograr un acuerdo, que ya entonces de última hora.