Hablamos con Pablo Echenique (Rosario, Argentina, 1978) aprovechando un período del Pleno de las Cortes de Aragón en el que no tiene que intervenir. Interrumpimos la charla para la votación de la Proposición No de Ley de los ‘Ocho de Yesa’; Echenique vuelve comentando que sabe hablar en alemán. Resulta que un diputado popular, Fernando Ledesma, ha respondido en francés al podemita Nacho Escartín, que había reclamado en aragonés solidaridad con los ocho activistas acusados de resistirse a la autoridad durante una protesta en 2012 contra el recrecimiento del pantano de Yesa. Al final, la petición de Podemos y CHA recibe también apoyo de grupos partidarios de agrandar el embalse, como el PSOE. Incluso del PAR. Y Echenique evoca la película Blade Runner: “En esta Cámara parlamentaria, he visto cosas que vosotros no creeríais”.
¿Qué valoración hace de cómo está afrontando la negociación tras las elecciones la dirección nacional de Podemos?
Sobre todo, van demasiado lentas. Creo que hay mucha gente con problemas, familias, pequeños negocios, parados, dependientes… que no viven mejor mientras haya un gobierno en funciones del Partido Popular. La propuesta que hizo Podemos ya hace muchas semanas es viable numéricamente y coherente programáticamente. No entiendo muy bien por qué hemos tenido que esperar tanto tiempo a que el Partido Socialista tome una decisión que todavía ni siquiera tenemos claro que haya tomado. Hay urgencia en la ciudadanía, nos deberíamos haber dado más prisa.
En las formas, son unas negociaciones diferentes a las que Podemos Aragón mantuvo con el PSOE: aquí, Podemos exigió que los partidos designaran equipos negociadores, con encuentros retransmitidos por streaming. En Madrid, el PSOE pide reunión de equipos negociadores y Podemos reclama más encuentros privados entre Sánchez e Iglesias, ¿por qué?streaming
Si no me equivoco, Pablo Iglesias solo ha tenido una reunión con Pedro Sánchez y explicó acto seguido en rueda de prensa de qué habían hablado. En Aragón, emitimos por streaming las reuniones técnicas; creo que fue muy positivo y en el ámbito estatal hay algunas propuestas en este sentido. Pero yo también tuve reuniones a puerta cerrada con Javier Lambán. Pienso que el nivel de transparencia es aceptable hasta ahora; sobre todo, porque prácticamente no ha habido reuniones. Probablemente, cuando se definan equipos negociadores, se podrá plantear este tipo de condiciones.
¿Por qué no entran ya esos equipos negociadores?
Es una buena pregunta. Yo creo que la clave está en que no parece que el PSOE se haya decidido por una de las dos opciones posibles que hay encima de la mesa: un gobierno de gran coalición como pide el PP, Ciudadanos, la troika y algunos poderes económicos o un gobierno de progreso formado por el PSOE, Podemos e Izquierda Unida. No puedes estar negociando a la vez la conformación de dos gobiernos distintos e incompatibles entre sí. Lo lógico es que primero se defina de qué gobierno estamos hablando y que luego se hable de los detalles programáticos.
Esto, pensando en gobiernos de coalición, que ha sido una condición de Podemos. Sin embargo, Podemos Aragón se quedó fuera del Gobierno autonómico, ¿el modelo aragonés no sirve para La Moncloa?
Son filosofías compatibles. En la última legislatura del PSOE, vimos políticas que no figuraban en su programa electoral, incluso contrarias a lo que habían defendido en campaña. Eso crea una desconfianza natural; no tiene nada que ver con lo personal, sino con la hemeroteca. Por eso, intentamos poner mecanismos para que se cumplan los compromisos. En Aragón, pensamos que ese mecanismo podía ser el Observatorio Ciudadano que incluimos como primer punto del decálogo de investidura. El análisis que hace la ejecutiva estatal parte de la misma base, pero entiende que el mejor mecanismo de control en este momento es entrar en el Gobierno. El Observatorio aquí no ha servido para que se cumplan los compromisos, esperemos que la entrada en el Gobierno sí lo haga.
Entonces, ¿la exigencia de una coalición es consecuencia de la experiencia autonómica?
Quizá el análisis de la Ejecutiva estatal tenga algo que ver. En estos meses, hemos ido aprendiendo; estamos conociendo mejor cómo funciona el PSOE y si cumple o no. Aquí, en Aragón, fundamentalmente, no.
¿Le parece suficiente el acuerdo del PSOE con Ciudadanos en materia de lucha contra la corrupción?
Yo creo que más allá de la letra de los textos, hay que ver quién los defiende. Nos parece muy bien que Ciudadanos traiga medidas en contra de la corrupción. El problema es que Ciudadanos también está sujetando el gobierno de Cristina Cifuentes en Madrid, una de las federaciones más corruptas del Partido Popular. Para que las medidas de Ciudadanos tuvieran más credibilidad, deberían dejar de apoyar gobiernos que no parecen muy regenerados ni transparentes.
¿Ese acuerdo puede dificultar las negociaciones con Podemos?
En principio, si el acuerdo con Ciudadanos tiene que ver con medidas programáticas y no con formar un gobierno, no es ningún obstáculo. Lo incompatible es un gobierno con Ciudadanos y Podemos: lo ha dicho también Albert Rivera y el motivo fundamental es que nuestros programas económicos son como la noche y el día, estamos en las antípodas. Ahora, no solo el PSOE puede ponerse de acuerdo con Ciudadanos en leyes que no tengan que ver con política fiscal y económica; nosotros también.
Entonces, ¿el escenario ideal de pacto es PSOE-Podemos-IU y abstención de Ciudadanos?
A lo mejor ni siquiera hace falta la abstención de Ciudadanos. Por las declaraciones de los partidos que conforman el Congreso de los Diputados, aunque Ciudadanos y PP votasen en contra, hace falta encontrar solo cuatro votos más para que la investidura de Pedro Sánchez sea viable en segunda votación. Esos cuatro votos están disponibles en fuerzas como el PNV, que es una fuerza con la que el PSOE no ha tenido nunca problemas en pactar. No parece que sea tan difícil.
Parece más complicado que Pedro Sánchez convenza al propio PSOE de buscar apoyos entre partidos independentistas.
Claro, pero eso suena a táctica y a excusas porque el Partido Socialista ha gobernado en Cataluña con Esquerra Republicana, ha pactado en numerosas ocasiones con el PNV, con Convergència i Unió… Aquí mismo, en Aragón, gobierna con un partido que respetamos y que coincide en muchos puntos con nosotros, que es Chunta Aragonesista, pero que defiende el referéndum en Cataluña. Estas líneas rojas que hace unos meses el PSOE parecía no tener, inevitablemente, nos hacen pensar que a lo mejor los socialistas están construyendo un relato para acudir en mejor forma a unas elecciones anticipadas. Espero que no, que sea una manera de negociar para intentar conseguir lo máximo y que acaben tomando la decisión responsable de favorecer un gobierno de progreso en España, aunque sea con condiciones.
En el PSOE piensan que es Podemos quien quiere forzar las elecciones.
Sí, pero eso es incompatible con los hechos. En primer lugar, porque el PSOE defendía la consulta catalana hace dos o tres años. Resulta poco convincente que ese sea el escollo mayor. A lo mejor es otro: que no quieren prohibir las puertas giratorias o que no quieren derogar la reforma laboral. En una estrategia negociadora, a veces uno dice que el problema está en una parte para que no se vea que está en otra. La consulta es la opción de Pere Navarro y hace un par de años de Miquel Iceta. Puede que no sea su opción preferida en estos momentos, pero parece difícil que sea un tabú o un anatema.
¿Le preocupa que se esté hablando más de la consulta catalana y de si el gobierno es o no de coalición que de medidas contra la emergencia social?
Nosotros hacemos lo posible por evitarlo, presentando un documento de 100 páginas muy detallado, que da un papel primordial a las medidas de emergencia social. El otro día, después de que Pablo (Iglesias) lo presentara, veía al portavoz en el Congreso del PSOE hablando de “humillación”, de “chantaje”… Con escenificaciones así, creo que se está haciendo un flaco favor a la posibilidad de hacer políticas que ayuden a la gente en España. Ahora no toca marear la perdiz con quién llama a quién, si se mandan o no WhatsApps, sino sentarnos a trabajar. Pablo Iglesias ha dicho que está dispuesto a reunirse con Pedro Sánchez cuando él quiera; esa es la actitud adecuada.
¿Hay algún escenario en el que Podemos pudiera abstenerse?
En este momento, no se contempla. A priori, las opciones se quedan en dos: la gran coalición, a la que Podemos votaría en contra, o un gobierno de coalición PSOE-Podemos-IU-Compromís, que votaríamos a favor.
¿Es un todo o nada?
Nosotros creemos que es fácil que haya acuerdo, la aritmética da y las coincidencias programáticas son suficientes como para un acuerdo. En Aragón lo hubo y somos el mismo Podemos y el mismo PSOE.
Pero aquí en Aragón, ustedes no exigieron ese todo o nada; de hecho, acaban de apoyar un presupuesto que Podemos considera solo “gris con topos morados”... ¿No es demasiado riesgo frente a unas elecciones que pueden suponer más “negro” del PP?
Claro, por eso hemos redactado ese documento de 100 páginas y Pablo (Iglesias) tiene la agenda limpia para reunirse con Pedro Sánchez cuando quiera. Nos parecería una mala noticia repetir las elecciones; probablemente, no solucionaría nada. Y sería una tragedia otro gobierno del Partido Popular.