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Urriés, el pueblo que quería ser Concejo Abierto, es la última localidad aragonesa en constituir su ayuntamiento

El periplo político de Urriés, posiblemente el último pueblo de España que quedaba todavía sin constituir Ayuntamiento, ha llegado a su fin este sábado, 16 de septiembre, con la aprobación de una Comisión Gestora que se encargará de la gestión del Ayuntamiento de la localidad. Todavía quedan pendientes de constituirse Ayuntamiento en localidades a la espera de repetición de elecciones, pero pocas o ninguna localidad más de España estaba en la situación de impás vivida por la pequeña localidad de Urriés, desde hoy con Ayuntamiento, aunque regido por una Comisión Gestora. 

Este órgano de administración, que posibilitará el normal funcionamiento de la entidad local, está integrado por un presidente-alcalde; el concejal electo Armando Soria, y dos vocales elegidas por el criterio de “adecuada idoneidad y arraigo”. Así lo ha decidido este sábado el pueblo, a las 10:30, en el salón de plenos del ayuntamiento, en la última sesión asamblearia de la legislatura que comenzaba en 2019, coincidiendo con el segundo mandato del alcalde Armando Soria, ahora presidente de la Comisión Gestora del consistorio de este pueblo la Val de Onsella.

Urriés es un municipio de la comarca de las Cinco Villas, enclavado en la provincia de Zaragoza, aunque más próximo a los Pirineos, que linda con Navarra y que cuenta a día de hoy con 54 habitantes censados. En la última década ha experimentado un fenómeno atípico para un pueblo del rural profundo: el incremento de población, pasando de ser 36 vecinos censados en 2015 a los 54 con derecho a voto en las últimas elecciones municipales y autonómicas. Precisamente ese incremento de población de unos comicios a otros ha sido el detonante de la situación de “incertidumbre” en la que el pueblo se sumió tres semanas antes de la celebración de las elecciones municipales del 28 de mayo de 2023. 

La administración pública nunca notificó al pueblo de Urriés su paso de la fórmula de Concejo Abierto a la de Ayuntamiento con concejales“, insiste en aclarar el hasta ahora alcalde y hoy ya presidente de la Comisión Gestora del Ayuntamiento de Urriés, Armando Soria. Una notificación que, en cambio, ”sí recibieron otros municipios en la misma“ tal y como le consta a Soria. A partir de ese momento, una cascada de despropósitos se sucedieron: listas con candidatos fantasma, pugna de poderes en el seno de la institución comarcal y juegos de balance por parte de los otros dos partidos políticos representados en las listas del pueblo: PP y PSOE, culminaron con unas elecciones en las que uno de los vecinos, en su ejercicio de derecho a voto, introdujo dos papeletas que terminarían por romper la baraja representativa del escaso medio centenar de habitantes de este pueblo. El resultado final fue un municipio con un gobierno en funciones que ha tenido que esperar casi cuatro meses hasta llegar a una solución de gobierno democrático. ”No era la fórmula deseada, pero estar en funciones más tiempo nos tenía en la cuerda floja, y Urriés necesita sacar adelante proyectos, obras, el trabajo del día a día“, explican los integrantes de la nueva Comisión Gestora. 

Una Comisión Gestora sí, pero antes la vecindad

El objetivo de la movilización de los últimos meses en Urriés, no ha sido otro que la lucha por devolver al pueblo la soberanía diaria que el Concejo Abierto les ha brindado desde 1987 y que un Ayuntamiento con concejales les arrebataría. Por eso, dentro del nuevo escenario que se presenta ante el pueblo con una Comisión Gestora como herramienta para articular el proceder del Ayuntamiento de Urriés, los integrantes de esa Comisión “hemos buscado una solución al amparo de la Ley y hemos encontrado un resquicio que nos permite, en parte, mantener cierto poder en manos los vecinos”, apunta Armando Soria.

Así, en la última sesión plenaria, en la que ha quedado constituida la Comisión Gestora, sus integrantes han anunciado a la vecindad su “compromiso” de seguir tomando las decisiones del pueblo en Asambleas previas a la celebración de los plenos del Ayuntamiento. En esa Asamblea vecinal, al igual que sucedía cuando eran Concejo Abierto, cada vecino tendrá un voto y hará uso de él para decidir sobre todo lo que acontezca en el pueblo, el resultado se llevará al Pleno ordinario del Ayuntamiento, en el que estarán presentes el presidente y las dos vocales, y estos votarán a modo de refrendo lo ya decidido por la Asamblea. “De esta forma seguirán siendo los principales afectados, en positivo y en negativo, los que decidan sobre lo que quieren para su pueblo, para Urriés, como siempre ha sido, y como debe de ser”, añade el actual presidente Armando Soria. 

Cuando el poder de verdad reside en el pueblo: proyectos

La situación de parálisis vivida en el área de representación política de Urriés los últimos meses no ha llegado a afectar negativamente a algunos de los proyectos importantes en la agenda de este municipio, “aunque ha estado cerca”, apunta Soria. 

Para las localidades pequeñas, el hecho de no poder optar a una partida económica, o no poder negociar con las instituciones superiores por la falta de entidad que supone “estar en funciones” puede llegar a frenar el desarrollo de proyectos que son vitales para los vecinos, pero también para su entorno. En este sentido, la nueva Comisión Gestora ha expuesto este sábado a los vecinos algunos de los temas en los que se está trabajando ya para la mejora del pueblo: como las obras de remodelación del hostal o los trabajos de adecuamiento de las calles y calzadas del casco urbano. También ha puesto sobre la mesa el problema que está suponiendo la implantación de un parking para autocaravanas, principalmente por la falta de terreno que cumpla con los requisitos necesarios para su construcción, o los “interminables” trámites que está conllevando la puesta en funcionamiento de la estación de placas solares, ya montada y pendiente de conexión para su uso. Una actuación de la agenda verde con un alto beneficio para la localidad y sus vecinos. 

En la parte positiva de la lista de proyectos en pendientes, el presidente ha anunciado que Urriés optará a los fondos del 2% cultural, las ayudas del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana para la conservación o enriquecimiento de bienes. Un dinero con el que se podría rehabilitar el nevero de la localidad, así como su entorno, sumando así un área museística de gran valor para la zona. Otra de las obras que está previsto que comience “en breves” es la sustitución del depósito de 60 metros cúbicos con el que ahora cuenta el municipio, por la construcción de uno con capacidad de 1000 metros cúbicos, que dará servicio a las localidades de Urriés y Navardún. Una actuación muy esperada dados los problemas de suministro de agua potable con los que la zona ha lidiado históricamente, y que impedirían que, sobre todo en verano cuando la población se multiplica casi por cinco, se llegue al desabastecimiento. 

La localidad de Urriés finalizó este sábado un periplo administrativo y político complejo y convulso para todos los vecinos y vecinas, que han “sufrido” un cambio “inesperado” al que a partir de ahora se tendrán que “adaptar”, afirman. “Ya podemos decidir”, dicen, y lo harán “con la única fórmula democrática que la Ley nos deja”, confirma Armando Soria. Acaba la última sesión asamblearia y los asistentes se saludan y se felicitan en corrillos a la salida del edificio de piedra que alberga la casa consistorial. Se pone punto a la vivencia, esperando que sea punto y a parte y no un punto y seguido.