Un pueblo de Teruel apuesta por crear una comunidad energética rural: electricidad de kilómetro 0 que se consume donde se genera
Una comunidad energética rural de iniciativa ciudadana en Luco de Jiloca, un pueblo turolense de 60 habitantes. Esta es la propuesta de Carlos, Víctor, Carlos y María, “cuatro amigos de toda la vida” que, motivados por la situación energética y el modelo de generación y distribución de energías renovables, se propusieron demostrar que otro modelo es posible y “que la unión de la comunidad e instituciones públicas y privadas, pueden desarrollar proyectos de interés social, cercano, local y comunitario en el que los protagonistas sean los propios vecinos y vecinas”, explican.
La idea principal es constituir la primera comunidad energética de iniciativa ciudadana tanto en Teruel como en Aragón y, para ello, han constituido una sociedad cooperativa de consumidores y usuarios sin ánimo de lucro, a la que ya están asociadas 22 personas. Se va a instalar un huerto solar de unos 500 metros cuadrados, próximo a Luco de Jiloca, con unas 100 placas solares de las que se obtendrá 60 kW de potencia con la que abastecer en torno a 15 o 20 familias, edificios municipales y otras entidades.
Con esta premisa fueron casa por casa, explicando su idea y obteniendo algunos apoyos, aunque también reticencias. “Por parte de los vecinos hay muchas reticencias y desconocimiento porque es algo nuevo y muy poca gente sabe lo que es una comunidad energética. Les falta confianza, pero poco a poco a base de información y reuniones hemos ido limando ciertas dificultades y al final la gente se ha ido sumando, no todos porque muchos van a esperar a ver cómo funciona para luego poder unirse”, explica Carlos Ariñez, miembro del grupo tractor de Luco Energía.
“La idea surge a partir de la realidad que se está viviendo energética, tanto en Europa como en España, están llegando muchos fondos europeos y de recuperación que van a aportar dinero y el objetivo principal es que los ciudadanos se empoderen energéticamente y se lancen a generar su propia energía, igual que generan su propio tomate en su huerto”, cuenta Ariñez.
Actualmente el modelo de generación y distribución de energías renovables se basa en construir grandes parques eólicos, plantas fotovoltaicas e infraestructuras para el transporte de esa energía hasta hogares e industrias, que en muchos casos se encuentran a cientos de kilómetros del punto de generación. Estos fondos europeos están pensados para que se generen pequeñas instalaciones, “el foco de todos estos emprendimientos tiene que estar en la autosuficiencia a nivel colectivo y local, el objetivo es generar energía de kilómetro 0 que se consuma en el propio lugar donde se genera. No es el objetivo poner grandes parques de placas para que luego esa energía la lleven a cientos de kilómetros contando con la gran cantidad de pérdidas que hay, además de los costes de transmisión. La idea es comenzar a implantar esa idea de crear tu propia energía o en tu tejado o en la proximidad de tu casa”, explica Ariñez.
El huerto solar de Luco de Jiloca será conjunto y colectivo y la energía que se obtenga se suministrará a los contadores de los usuarios pertenecientes a la cooperativa. Para ponerlo en marcha, además de los fondos europeos, el pasado 9 de julio iniciaron un crowdfunding que ya ha conseguido casi el 90% del objetivo. Carlos asegura que se han quedado sorprendidos con la respuesta y que esta está aportando confianza a los propios vecinos y vecinas, “la gente más reticente del pueblo está viendo como hay un apoyo desde fuera, que aporta gente que no va a obtener ningún beneficio porque es una idea en la que creen”. Este es el proyecto inicial, del que confían que puedan surgir otras iniciativas medioambientales y sociales que generen actividad y luchen contra la despoblación.
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