La Asociación Somos Más, de mujeres sobrevivientes de violencia machista, ha organizado esta semana una charla sobre “Prevención de las relaciones abusivas”. La encargada de impartir la charla fue la presidenta de la Fundación Vicki Bernadet, una organización que trabaja en la atención integral y prevención de los abusos sexuales a menores cometidos en el ámbito familiar y el entorno de confianza de los niños y niñas. La propia Vicki Bernadet fue víctima de abuso sexual de los 9 a los 17 años. No lo reveló hasta los 34.
¿Cómo es una relación para que podamos considerarla abusiva?
Las relaciones de igual a igual son aquellas en las que uno puede opinar, se puede estar de acuerdo o no... En las relaciones abusivas hay una relación de poder, manipulación, amenazas o cualquier tipo de actitud que haga que la otra persona actúe involuntariamente o haga cosas que no quiere hacer.
¿Este tipo de relaciones son abusivas desde el principio?
Depende, normalmente es un proceso que empieza poco a poco porque si no, las personas tienen mecanismos para parar justo en el momento en el que la situación pasa a ser brusca. Normalmente, no lo ves venir. Primero, hay una etapa, por ejemplo, en el maltrato a las mujeres, se ha hablado muchísimo de que hay una etapa de noviazgo, pero te vas metiendo hasta que te das cuenta. Cuando eres niño o niña ocurre lo mismo: en los abusos sexuales en la infancia, en primer lugar, como el porcentaje más elevado se produce dentro de la familia y dentro del entorno de máxima confianza, también hay ese proceso de seducción, pero quizá es más rápido porque ya tienen ese acceso a los niños desde el primero momento. Ya son familia y, por tanto, ya hay una relación de cariño normalmente. Entonces, quizá, cuesta menos. Pero todavía, sí, hay un proceso de perversión hacia otra persona para conseguir lo que uno quiere.
Lógicamente, las víctimas no son conscientes en esos primeros momentos de que están entrando en una relación abusiva...
No, en los primeros momentos, te crees que está empezando una relación distinta, especial. Esa persona te está diciendo que te escoge para ser más amigos que otros. No hay un acto físico de abuso sexual, sino esa complicidad para intentar que ese niño o niña crea que lo que le va a pasar va a ser algo chulo, que tiene que sentirse orgulloso... Claro, también depende de los tramos de edad: cuando los niños son muy pequeños, evidentemente, ni se dan cuenta ni se darán en algunos casos; lo ven como algo distinto, raro, un juego, algo curioso... A medida que las edades van subiendo, las sensaciones son distintas. Con nueve años, ya te das cuenta de que es algo que no te gusta y que lo tienes que hacer porque la persona que está abusando de ti es alguien importante en tu vida. Y cuando son más mayores, cuando son adolescentes o preadolescentes, si el abuso empieza en ese momento, tienen esa sensación de no poder contarlo, de que no les van a creer, que van a pensar que quiero llamar la atención... Cada tramo de edad tiene sus características distintas en un proceso de abuso o violencia sexual.
En relaciones abusivas entre adultos, ¿los abusadores son conscientes?
Siempre. Sí, siempre son conscientes. Otra cosa es que se ponen auto excusas para justificar lo que están haciendo. Van a pensar que no es tan grave, se convencen a sí mismos de que esa mujer, ese niño o esa persona lo va a superar, que ha sido un impulso... Esa es la mentalidad que tienen hacia la justificación de ellos mismos. Muchas veces se dice que no era consciente... Esto, realmente, es una parte muy dolorosa para las víctimas: cuando se enfrentan con su agresor y les dice lo típico de que no eran conscientes de que no lo querían hacer o que no lo recuerdan así. A veces llegan a decir que, si fuera así, aunque no lo recuerdan de esa manera, si realmente molestó a la víctima, le piden disculpas. Esas frases retóricas de justificación hacia ellos mismo son muy dolorosas para las víctimas. Hablando claro, es como un cachondeo que intenten convencerte de algo que no.
¿Cuál es la mejor forma de prevenir no formar parte de este tipo de relaciones?
Si hablamos de abusos en niños y niñas, que la sociedad exija a quien le corresponda que exista en los colegios prevención y educación psicosexual de la infancia, que es la forma de empoderarlos y de darles herramientas para que sepan exactamente de qué estamos hablando. Los adultos tienen que educar a los hijos desde una perspectiva de género, educar a los niños, niños, para que tengan esa igualdad de género, que no se crean distintos. Tiene que ver con la educación en las escuelas, pero también en las familias. Cuando una familia educa a un niño en que puede ver la televisión mientras la niña tiene que quitar la mesa, estamos dando una base para que sean personas que se sientas distintos. Es una labor de todos, es un reto común. Tiene que haber leyes, por supuesto; las instituciones deberían tener programas de prevención en las escuelas, por supuesto. Pero hace falta una implicación de toda la sociedad en cambiar esto. O lo hacemos todos juntos o esto no cambia. Tenemos que despertar como sociedad. Todos deberíamos tener una visión más comunitaria del abuso: no deberíamos estar todos tan pendientes de proteger a nuestros hijos, sino que deberíamos ser protectores también de los hijos de los demás.
La Fundación Vicki Bernadet, que se dedica a prevenir los abusos sexuales a menores cometidos en el entorno de confianza de los niños, ha participado esta semana en una charla organizada por la Asociación Somos Más, de mujeres sobrevivientes de violencia machista. ¿En qué medida las relaciones abusivas entre los adultos están relacionadas con los abusos a menores?
Diría que los abusos sexuales a menores no tienen nada que ver con que un hombre sea agresivo y pegue a su mujer. Lo que sí va a ser un abuso a los niños y niñas es la violencia psicológica o incluso física. Un padre que es capaz de maltratar a su mujer delante de sus hijos, humillarla o insultarla, ¿va a ser un buen padre? Evidentemente, no. Claro que repercute, pero quizá no en abuso sexual, sí en abuso psicológico y físico.
¿Es más difícil que se cometan abusos a los menores en una familia en la que los padres tienen una relación saludable?
No va relacionado, porque el abusador puede ser el padre, el hermano, el abuelo, el tío, la hermana mayor… los abusos los cometen personas de dentro de una familia. Sí es verdad que el porcentaje de abusadores sexuales padres biológicos o parejas de la madre es superior, pero también ocurre entre hermanos, en la familia extensa o en el entorno de confianza: amigos íntimos de los padres, actividades extraescolares, equipos de fútbol… No va tan directamente relacionado con cómo se traten.
¿Y ser víctima de abusos sexuales puede llevar a volver a entrar en una relación abusiva en la etapa adulta?
Las niñas que sufren abusos sexuales, si no tienen ayuda de nadie, la tendencia es que lo externalicen haciéndose daño a sí mismas. En cambio, sí es verdad que los niños que sufren abusos, en la misma situación, suelen tener reacciones más externas, hacia los demás. Entonces, sí diríamos que los niños víctimas son personas de riesgo de cometer esta situación. No quiere decir que sea así siempre ni que sea la mayoría, pero sí que están en situación de riesgo de repetirlo.