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Alex Sierra: “Cada vez más familias en Aragón sacan a sus hijos del cole el día que se imparten talleres de sensibilización afectivo-sexual”

Alex Sierra, trabajador social de esta asociación SOMOS LGTBI+

María Bosque Senero

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En el año 2010 un grupo de aragoneses procedentes de distintas entidades decidieron unirse para poner en marcha una asociación con una metodología más horizontal y asamblearia, con la que llegar a acuerdos sin necesidad de votaciones. Con aquella intención nació hace ya 14 años SOMOS LLGTBI+ Aragón, que organiza actividades, asesora y ofrece información a personas del colectivo que lo demandan. 

El pasado día 28 de junio, SOMOS LGTBI+ Aragón no participaron en el acto convocado en Zaragoza ¿Por qué? 

Con nuestra ausencia quisimos enviar un mensaje: no estamos de acuerdo con las decisiones políticas que el ejecutivo aragonés está tomando y no vamos a compartir fotografía. Este es un tema muy serio. El día 27, el Partido Popular votó en contra de algo que para el colectivo era importante. No podemos participar de la fiesta, y salir en la foto si el compromiso real no existe. No asistir al acto convocado el día 28 con motivo de la celebración del Día del Orgullo fue nuestra forma de mostrar nuestro malestar y desacuerdo. 

¿Consideran que la Ley en Aragón responde a las necesidades del colectivo LGTBI+?

No, pero porque a la hora de poner en marcha todo lo que dicen las leyes falta compromiso real y claro por parte de los gobiernos, sea el que sea. En Aragón tenemos las Leyes 4/2018 y 18/2018, además de la Ley Estatal 4/2023, un texto bastante flojo, pero que incluyó la autodeterminación de género, y ese es un paso importante. Sin embargo, la Ley que nos rige sigue dejando fuera, por ejemplo, a las personas extranjeras. Con el DNI en la mano puedes ejercer tus derechos, pero para quienes no lo tienen y proceden de otros países, de facto es difícil, porque la ley reconoce el derecho, pero no explica cómo acceder a ese derecho. Una paradoja. 

¿Cómo se podría poner solución a esta situación?

Con compromiso real. Sobre papel hay avances, pero falta fondo y eficacia. En muchas ocasiones sentimos que asistimos a reuniones y observatorio en los que exponemos nuestra situación y las necesidades del colectivo. Pero queda en eso, en buenas intenciones. Nada avanza como debería.  

Y en la sociedad ¿Cómo se perciben sus demandas? 

Tras la pandemia hemos percibido un retroceso en muchos sentidos. No solo a nivel político que se traduce en un menor apoyo institucional, sino también en la sociedad. Por poner un ejemplo, detectamos cómo cada vez más familias no llevan a clase a sus hijos en Primaria o los sacan la hora en la que se van a impartir talleres de sensibilización afectivo-sexual. Es algo que no habíamos visto con tanta claridad años atrás. 

¿Qué se imparte en esos talleres y charlas?

Lo que pretendemos es trasmitir al alumnado que existe la diversidad afectivo-sexual, y sobre todo respeto. Es una forma de que vayan normalizando esta realidad, y de prevenir posibles agresiones y acoso en la Secundaria, cuando la manifestación de las preferencias sobre la sexualidad de cada persona se hace más evidente. Y bajo ningún concepto se intenta convencer sobre nada a nadie. 

Cuando alguien llega hasta su asociación ¿Qué es lo que les demandan?

Las casuísticas son tan variadas como las demandas. Las personas inmigrantes que salen de sus países porque en muchos de ellos están amenazados, buscan información sobre la forma de tramitar sus papeles y un lugar donde sentirse acogidos. Las personas trans buscan información sobre el acceso al tratamiento hormonal y cambio de documentación. Las familias llegan a nuestra puerta para compartir sus miedos y pedir orientación sobre cómo llevar una situación que es nueva y socialmente compleja para muchas de ellas. También hay familias que nos expresan su malestar y su desacuerdo, sobre todo las familias de personas trans, por la falta de un protocolo actualizado que no trate a estas personas como si tuvieran una enfermedad. 

¿A qué se refiere?

Actualmente el protocolo que se sigue en Aragón no es acorde a las necesidades de las personas trans, ni a la realidad social del momento. La persona que decide comenzar el proceso es, en primera instancia, remitida a salud mental en lugar de ser derivada a endocrinología. Esto estigmatiza a estas personas. Por eso desde la Asociación insistimos en que las leyes están bien, pero que es necesaria coordinación, protocolos y sobre todo medios y formación (a los funcionarios, por ejemplo) para que de facto podamos disfrutar de los derechos que la ley recoge y reconoce, pero que no podemos disfrutar en nuestro día a día. 

Hay una parte del colectivo que se acerca con especial cuidado: las personas mayores. 

Sí, y sorprende, porque mucha gente joven quiere participar en actividades organizadas por la asociación, pero cada vez hay más personas de avanzada edad que dan el paso de venir. Algunos de ellos han perdido a sus parejas, y buscan un círculo en el que poder sobrellevar su soledad y sentirse a la vez comprendidos. Les animamos a que participen, aunque a veces los foros estén integrados por personas más jóvenes, porque es importante que salgan, que socialicen, y creemos que esta es una buena oportunidad para ellos. 

En cuanto al mundo rural. Aragón es una comunidad en la que hay muchos pequeños pueblos ¿Llegan a ellos y a las personas del colectivo que puedan estar allí? 

La realidad de los pueblos sigue siendo complicada. Hay personas que se han ocultado toda la vida, y otros no son aceptados o no encuentran su lugar ante la carencia de iguales. La falta de referentes en este sentido es uno de los principales problemas. A pesar de ello, cada vez son más las iniciativas que surgen a nivel local, y como siempre decimos, es mejor que salga de dentro a que tengamos que llevarla desde fuera. Algo se está moviendo y cada vez son más los grupos que ven la luz. Por ejemplo, en Campo de Belchite y en Campo de Borja, también en la provincia de Teruel han surgido varias iniciativas, en Alloza, o en Alcorisa donde se ha celebrado el Orgullo este año. Falta recorrido, pero hay pasos hacia delante. 

¿Cuál cree que es uno de los principales valores que la Asociación SOMOS LGTBI+ Aragón aporta al colectivo?

Poner a su disposición entornos donde todas las personas que participan pueden sentirse ellas mismas al cien por cien. El mundo digital en el que vivimos tiende a aislar a las personas, y el impacto es todavía mayor en el colectivo. A veces solo existen los bares de ambiente o las aplicaciones de citas para conocer a otros iguales, dos espacios hipersexualizados. Esto es un problema, y teníamos que dar respuesta. Por eso ponemos en marcha actividades de todo tipo, para que, en un ambiente de ocio, de día y en espacios “corrientes” personas del colectivo puedan conocerse y que de allí surjan amistades, poder quedar para caminar o tomar un café. En definitiva, propiciamos espacios donde las personas que vienen pueden ser visibles al cien por cien.

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