En septiembre de 2018 siete niños y niñas comenzaron su educación infantil en la escuela bosque de Ulle, en la provincia de Huesca. Las familias buscaban ofrecer a sus hijos una educación alejada de las aulas tradicionales y en contacto con la naturaleza.
Álvaro de Andrés fue, junto a su pareja, el impulsor de este proyecto, cuya idea nació en marzo de 2018. “Lo lanzamos para buscar una salida laboral en el Pirineo, que es donde queremos vivir, y también porque no nos convencía la educación que veíamos en los colegios de nuestros alrededores para nuestros hijos”.
La Asociación Educativa Mochuelos se creó en mayo de 2018 para dar forma jurídica a la iniciativa de un grupo de familias de la Jacetania y el Alto Gállego cuyo objetivo era crear una Escuela Bosque para la etapa de educación infantil. De Andrés cuenta que la respuesta fue muy buena y el proyecto despertó el interés de siete familias. Hoy, cuatro años después, la escuela bosque de Ulle se encuentra al máximo de su capacidad con 15 niños y niñas de 2 a 6 años, cinco en cada curso de infantil.
Para llevarlo a cabo se arregló una antigua casa de aperos para que los niños tuvieran donde refugiarse ya que, aunque pasan la mayor parte de la jornada en el bosque, necesitan un espacio cubierto. Sin embargo, el refugio todavía necesita mejoras ya que la falta de tiempo y de recursos económicos no ha permitido a las familias llevar a cabo ese trabajo. Es por ello que han lanzado una recaudación de fondos en ideas de pueblo, para poder mejorar las instalaciones del refugio y homologarlo.
De Andrés asegura que el proyecto tiene una buena acogida y que “hay gente que incluso cuando nacen sus hijos nos intentan reservar plaza, aunque es una cosa que no hacemos, pero todos los años se llenan las plazas, es lo que permite que sea viable el proyecto”. Los niños y niñas acuden desde Jaca, Sabiñánigo, Canfranc o Villanúa. Recalca también que “hay bastante gente que no es de aquí y una de las razones de venir a vivir a la zona es tener una plaza en la escuela, hay gente que se ha planteado vivir en el Pirineo y que una de sus razones es este proyecto educativo”.
Este proyecto también ha recibido el reconocimiento de la Diputación Provincial de Huesca con el premio Félix de Azara, que le ha otorgado el accésit en la categoría de entidades sin ánimo de lucro.
Contacto con la naturaleza y juego libre
La mayor parte del tiempo los niños y niñas de la escuela bosque de Ulle están al aire libre. A las 09:30 llegan al refugio y van hasta la zona de juego escogida para ese día. Después, realizan una asamblea y almuerzan. “La parte central es estar al aire libre y la importancia del juego libre, una gran parte del tiempo que los niños están en el bosque disponen de tiempo para jugar a lo que ellos quieran sin juguetes, con los elementos que encuentran en la naturaleza, sin que sea un juego dirigido”, explica de Andrés.
Tal y como exponen en su página web, el objetivo central del trabajo pedagógico es el “desarrollo integral del niño. Para ello usamos una metodología en la que cada tema se aborda desde multitud de puntos de vista y utilizando muy diversos recursos: canciones, juegos, manualidades, actividades creativas, excursiones, libros y cuentos, además de a través de las propias experiencias en la naturaleza y de los sentidos”.
Estas actividades se llevan a cabo en Ulle, un pueblo de 35 habitantes a casi 1.000 metros de altitud a las faldas de la Peña Oroel. “Los alrededores de Ulle nos ofrecen un entorno magnífico para la Escuela Bosque. Se trata de un paisaje diverso con zonas de bosque, boj, campos de cultivo, arroyo con agua todo el año, etc. Además en el pueblo se mantiene la ganadería extensiva tradicional, por lo que los niños pueden tener contacto tanto con los animales como con las labores tradicionales del campo”, explican en su web.
El refugio se encuentra dentro del casco urbano y fue rehabilitado en el verano de 2018. Cuenta con mesas y bancos donde comen y realizan actividades. Además, “aquí nos resguardamos de la lluvia y de la nieve y nos calentamos en los días más fríos después de haber pasado la mañana en el monte”.
Dar el salto a la educación primaria
Desde septiembre de 2021 existe un proyecto de primaria en el que “las familias que han ido saliendo sus hijos de la etapa de infantil han querido crear otro proyecto para la etapa de primaria”. Esta iniciativa, A Bellota, también se sitúa en Ulle, en una era cercana al refugio de los más pequeños y, al ser educación obligatoria, necesita recibir la homologación del departamento de educación.
“Tanto en infantil como en primaria se sigue el currículo educativo del Gobierno de Aragón, lo que pasa es que la metodología es muy distinta, pero los contenidos y objetivos son exactamente iguales”, explica Álvaro. “El problema de la homologación viene de las instalaciones, porque los profesores están titulados y los contenidos cumplen, pero la instalación de nuestra escuela es el bosque, que no cumple con los criterios de una escuela urbana, tales como entradas adaptadas, baños separados, salida de incendios, despacho del director o polideportivo, son cosas que no tienen aplicación en nuestro ámbito”.
Para poder obtener esta homologación y mejorar las condiciones del refugio se está llevando a cabo una recaudación de fondos en la que se buscan recursos para sustituir la puerta de entrada para evitar la entrada de ratoncitos en otoño y dar más luz natural al espacio; construir un porche en la entrada con un baño seco; e instalar canalones para recoger el agua de lluvia del tejado y poder regar. También se necesitan otros recursos como material escolar, libros o instrumentos musicales.