Los ayuntamientos de Caspe (Zaragoza) y Valderrobres (Teruel) retirarán los símbolos franquistas

El 26 de diciembre de 2007 se aprobó la Ley de Memoria Histórica. En su artículo 15 se instaba a la administraciones públicas a tomar “las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura”.

Se emitía, por tanto, un mandato que parece muy claro. Casi ocho años después, sin embargo, son muchas las localidades españolas que siguen manteniendo en sus calles simbología franquista. Tras las últimas elecciones municipales y autonómicas han proliferado en los ayuntamientos las mociones instando a cumplir la ley. En algunos casos se aprueban, y en otros, siempre con el voto en contra de la derecha, se sigue sin respetar la legislación vigente.

El pueblo zaragozano de Caspe es de los primeros. La pasada semana se acordó en el Pleno retirar los emblemas preconstitucionales. La  moción partió de Aragón Sí Puede y contó con los votos a favor de los siete concejales del PSOE (partido de gobierno), del concejal de Chunta Aragonesista (CHA) y también del de Aragón Sí Puede. En contra se  mostraron los cuatro populares.

Se retirará un monolito en honor a José Antonio Primo de Rivera, que está en la plaza Ramón y Cajal; y 24 placas a los caídos y una cruz con símbolos preconstitucionales de las paredes de la Colegiata de Santa María la Mayor. El alcalde, Jesús Senante (PSOE), apunta que tendrán que hablar con la iglesia y que, además, han de decidir dónde se van a guardar los objetos retirados.

En Valderrobres se retirará la Cruz de los Caídos

La moción en esta localidad turolense fue presentada, de manera conjunta, por CHA y PSOE, y contó con los votos a favor de los tres concejales de CHA, del concejal del PSOE y también dio su consentimiento el del Partido Aragonés (PAR). Los seis concejales del PP se abstuvieron. A pesar de que hubo ciertas dudas, el hecho de que hubiera más votos a favor que en contra (las abstenciones no se cuentan como tal) posibilitó su aprobación.

Se retirará una Cruz de los Caídos que hay en una finca particular. El primer edil, Carlos Boné (PP), justificaba la abstención de su partido por dos razones: en primer lugar, dice, porque al retirar el monolito el espacio donde estaba ubicado volverá a ser de propiedad privada, ya que sus legítimos dueños solo lo cedieron para su instalación. Señala, además, que esta cruz nunca había provocado ningún tipo de discrepancia en el pueblo y que, con su retirada, “se va a generar una polémica que no existía”.