El Ayuntamiento de Benasque ha activado los trámites para una eventual reapertura del balneario local, que lleva cerrado al público desde el verano de 2019 tras varias décadas de decadencia y cuya puesta a punto requiere una inversión millonaria.
Sería, de materializarse esa reapertura, el tercer balneario operativo en el Pirineo oscense, junto con el de Panticosa y el de las Vilas del Turbón, y el duodécimo de Aragón, donde se mantienen activos tres en Teruel, los de Ariño, Manzanera y Segura, y seis más en el área de la Ibérica zaragozana: tres en Jaraba, dos en Alhama y otro en Paracuellos de Jiloca.
Los baños de Benasque, cuya reapertura como hotel (47 habitaciones) quedó descartada a finales de 2019 al dictaminar varios departamentos del Gobierno de Aragón que carecía de los requerimientos mínimos para operar como alojamiento turístico, disponen de las fuentes termales situadas a mayor altitud en la península ibérica, ya que está situado a 1.700 metros, aunque algunas de ellas llevan un tiempo secas.
Así lo recoge la resolución del Inaga (Instituto Aragonés de Gestión Ambiental) que concede al Ayuntamiento de Benasque la autorización para realizar en los próximos cuatro años, sin necesidad de someterlo a estudio de impacto ambiental pero sí con una serie de condiciones, dos sondeos para estudiar “el caudal del aprovechamiento del recurso minero-medicinal de las aguas de Baños de Benasque” con el fin de “determinar la viabilidad de aumentar” su captación.
Cinco fuentes que manan y tres secas
Ese aumento del caudal, fundamental como paso previo a la eventual reapertura del balneario para mejorar la oferta turística del municipio, tiene como condición el mantenimiento de “las características físico-químicas que sirvieron de base para la declaración de estas aguas como minero-medicinales” en 1967.
En la actualidad, el manantial de las piscinas tiene un caudal de 0,3 litros por segundo, el del Lavadero otro de San Victorián otro de 0,15 y el de San Cosme y San Marcial uno más de 0,41, mientras el de Las Bañeras dos de 0,59 y de 1,57.
Eso hace un caudal total de 3,02 litros por segundo, mientras que las fuentes de San Roque y San Iván, en la zona alta del complejo, y la de Las Opiladas carecen de surgencias a fecha de hoy.
La temperatura de esas aguas varía en algo más de un grado, con una máxima de 36,3 en Las Bañeras y otra de 31,1 en la fuente que abastece a Las Opiladas, San Cosme y San Marcial.
Los sondeos alcanzarán “una profundidad aproximada de 200 metros, con objeto de llegar a la fractura principal” del manantial, que inicialmente es la estructura que pudiera estar más carstificada“, es decir, con mayores posibilidades de que las galerías de caliza del monte sobre el que se asienta el balneario, en el que comparten nacimiento el Ésera y el Garona, pudieran generar drenajes.
En este sentido, una de las condiciones de partida consiste en “asegurar el cierre de la cabeza del sondeo, de tal forma que se eviten posibles afecciones a los actuales manantiales y teniendo en cuenta que el agua en la actualidad es surgente”.
Un aprovechamiento minero de difícil encaje en el Parque Posets Maladeta
El balneario, y la zona de las prospecciones, se encuentran dentro del Parque Natural Posets-Maladeta, integrado en la Red Natura 2000, forman parte de las áreas de protección del urogallo y del quebrantahuesos y en la zona no se descarta la presencia de especies faunísticas catalogadas, aunque “se considera muy poco probable” las de la nutria y el desmán del pirineo.
El estudio concluye que la mayoría de las afecciones susceptibles de ser provocadas por la ejecución de los sondeos serían de carácter bajo o moderado, aunque el Inaga establece una serie de limitaciones y condicionantes.
Entre ellas destaca la necesidad de obtener previamente el visto bueno del Parque Natural, cuyos responsables ya advirtieron durante la tramitación del expediente de que la consideración de “actividad minera” de los sondeos resulta incompatible con los planes de conservación del espacio.
La explotación del manantial se realizaba bajo la fórmula del “aprovechamiento de las aguas minero medicinales del manantial Baños de Benasque” como “derecho minero”, fórmula concedida el 28 de julio de 1983 por la Dirección General de Minas del Ministerio de Industria y Energía y de la que es titular el Ayuntamiento de Benasque, que está autorizado a desarrollarla en un “área de protección de 49 hectáreas asociada” al mismo.
En este sentido, la propia resolución del Inaga especifica que “se emite sin perjuicio de que se deban realizar todos aquellos actos administrativos necesarios para conseguir su compatibilidad con la ordenación del Parque Natural Posets Maladeta”.