La calidad del aire que se respira en Aragón continúa siendo precaria. En su balance sobre la contaminación del aire en Aragón durante 2024, Ecologistas en Acción concluye que, pese a una mejora “sensible” en los últimos años, la población ha respirado una vez más un aire perjudicial en lo que se refiere al ozono y a partir de los criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por su parte, fuentes del Gobierno de Aragón indican una tendencia de los datos “mejorada” y apuntan a que “en ninguna de las estaciones de la red autonómica se ha superado el umbral de información a la población y de alerta”.
Ecologistas en Acción ha recopilado los datos que componen su informe de 20 estaciones de control de la contaminación con condicionantes como la desconexión de cuatro de la red de la clausurada central térmica de Andorra (Teruel), por lo que ha disminuido de forma evidente la cobertura de la contaminación por ozono en el Bajo Aragón.
Durante 2024, los ecologistas señalan que el ozono de la troposfera, que puede resultar perjudicial para la salud en elevadas cantidades, ha afectado a todo el territorio aragonés. Sin embargo, los niveles de ozono han sido “sustancialmente” más bajos que en 2023 y los años anteriores a la pandemia, “en buena medida por la menor duración de las altas temperaturas y radiación solar durante este verano”, indican estas fuentes en su estudio.
La mejora de la situación ha resultado significativa en el Bajo Aragón y en el Valle del Ebro, con una disminución del número de días con mala calidad del aire de respectivamente el 71% y el 59% sobre la media del periodo comprendido entre 2012 y 2019 y con la influencia positiva del cierre en 2020 de la central termoeléctrica de carbón de Andorra. Por contra, en Zaragoza se ha mantenido el promedio de días con mala calidad del aire.
Más de la mitad de las estaciones aragonesas que miden este contaminante, según Ecologistas en Acción, han seguido registrando durante 2024 datos por encima de los 25 días de superación de la guía OMS, que es la referencia anual en un promedio de tres años establecida por la normativa para evaluarlo.
En síntesis, el informe muestra que la ciudad de Zaragoza se presenta como foco principal de contaminación, con el tráfico motorizado como principal causante. Los óxidos de nitrógeno, uno de los contaminantes precursores del ozono, que se emiten de forma más intensa en el área metropolitana de Zaragoza y, hasta su cierre, en la central térmica de Andorra, junto a las emisiones de hidrocarburos volátiles de la fábrica de automóviles de Figueruelas (Zaragoza), entre otras fuentes, “se transforman en ozono troposférico y elevan los niveles de este contaminante en la mayor parte del territorio aragonés, especialmente a sotavento de los grandes focos emisores de los contaminantes precursores del ozono”, concluye Ecologistas en Acción.
También se alude a las emisiones de hidrocarburos volátiles de la vegetación, como en el caso de los Pirineos; y a que las emisiones de metano de las explotaciones ganaderas industriales en las comarcas con alta concentración de granjas porcinas pueden tener una influencia localmente importante en las altas concentraciones de ozono.
Según el Instituto de Salud Global de Barcelona, la contaminación atmosférica ocasionó en Aragón 321 muertes atribuibles al ozono entre los años 2015 y 2017 por una exposición a niveles en conjunto superiores a los registrados en 2024. Y el pasado verano, el sistema de monitorización de la mortalidad diaria por todas las causas del Instituto de Salud Carlos III identificó en Aragón 137 fallecimientos atribuibles a las elevadas temperaturas y por debajo de las estimadas en años anteriores. Una situación agravada por la exposición al ozono durante las olas de calor.
Asimismo, y a partir de datos del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga), el tráfico urbano, las actividades industriales, y el uso de calefacción en los hogares son las principales fuentes de emisión de contaminantes atmosféricos en la comunidad autónoma. Además, el cambio climático y otros factores ambientales contribuyen a la variación estacional de los niveles de contaminación.
Una de las principales fuentes de la contaminación reside en el tráfico rodado, especialmente en las ciudades de Zaragoza, Huesca y Teruel. Los vehículos emiten dióxido de nitrógeno y partículas en suspensión, que son los contaminantes más relevantes para la salud humana.
La actividad industrial también es una fuente significativa de contaminación, particularmente en áreas cercanas a complejos industriales, como en el Valle del Ebro, donde se concentran fábricas y plantas energéticas. Además, la agricultura y la ganadería emiten amoníaco y otros compuestos volátiles que contribuyen a la formación de material particulado y ozono troposférico.