Aragón ha cerrado la campaña de prevención y extinción de incendios forestales con un 71% menos de superficie quemada por las llamas, con un total de 939 hectáreas, y un 11% menos de incendios durante el periodo comprendido entre el 1 de junio hasta el 30 de septiembre. Además, no se han producido grandes incendios forestales (ninguno ha superado las 500 hectáreas) y los de mayor tamaño se han concentrado desde mediados del mes de julio a mitad del mes de agosto. En cuanto a las causas de los incendios producidos durante todo el año, casi la mitad de los fuegos que se han registrado en la comunidad podrían haberse evitado.
De este modo, se han producido en esta franja de tiempo un total de 155 incendios frente a los 175 de la media histórica (un 11% menos) y se han quemado un total de 939 hectáreas frente a las 3.312 de la media (71% menos), de las cuales 634 han sido arboladas (1.913, la media histórica). Es decir, durante este año solo se ha quemado un 29% de la superficie que ardía en estas fechas.
Las razones de lo anterior hay que buscarlas en unas condiciones meteorológicas no demasiado adversas, así como en la eficacia de la respuesta de un operativo de incendios que además ha visto reforzada su labor por la colaboración ciudadana y de otras administraciones.
En lo que se refiere al nivel de alerta por riesgo de incendios, cabe destacar que durante esta temporada no se han dado las condiciones para declarar la situación de rojo plus, o riesgo extremo y el riesgo muy alto en todo Aragón ha estado muy concentrado en las dos últimas semanas de julio y las dos primeras de agosto.
El consejero de Medio Ambiente y Turismo, Manuel Blasco; la directora general de Gestión Forestal, Ana Oliván, y la jefa de servicio de Gestión de los Incendios Forestales y Coordinación, Maribel Ureta, han sido los encargados de presentar este jueves el balance de la campaña de incendios forestales de este año.
El incendio más relevante durante la temporada ha sido Biota (Zaragoza), el 3 de julio. Afectó a 460 hectáreas, de las cuales 150 fueron forestales, con lo que ni siquiera alcanzó la categoría de gran incendio (cuando supera las 500 hectáreas). El viento fuerte (cierzo) avivó las llamas en una zona agrícola, propagándose rápidamente. Se activó el nivel de protección civil 1 y el núcleo de Farasdués fue confinado de manera preventiva.
El incendio de El Pueyo de Araguás (Huesca), el 23 de julio, quemó 134 hectáreas de superficie forestal. Fue necesario evacuar Araguás y Torrelisa debido a la evolución del fuego. La orografía dificultó el acceso para la extinción, aumentando la dependencia de medios aéreos y la complejidad de las labores de coordinación de los mismos.
En el de Luesia (Zaragoza), siete días más tarde, el fuego se desató de madrugada y afectó principalmente campos de cereal y terrenos forestales, con un total de 132 hectáreas afectadas. El viento cambiante dificultó las labores de control, pero los medios lograron detener el avance de los focos secundarios.
El 11 de agosto tuvo lugar el incendio de Corbalán (Teruel), con 192 hectáreas forestales afectadas y cuando más rápidamente se propagaron las llamas debido al viento. Corbalán fue confinado y se cortó la carretera A-226. Las labores de extinción fueron complicadas por la orografía y la presencia de explosivos de la Guerra Civil.
En esta campaña hay que destacar además el buen funcionamiento del operativo a todos los niveles. La calidad del trabajo realizado ha merecido el agradecimiento de ayuntamientos y comarcas afectados, como son la Comarca del Sobrarbe, el ayuntamiento de Corbalán y el ayuntamiento de Montalbán, que coinciden en señalar la buena coordinación durante los trabajos de extinción.
Balance de todo el año
En lo que va de año, tanto el número de siniestros como la superficie forestal afectada continúan mostrando valores por debajo de la media histórica (2005-2023). Así, entre el 1 de enero y el 30 de septiembre se han producido 266 incendios (212 de ellos conatos) que han calcinado 1.476,1189 hectáreas forestales (326 en la provincia de Huesca, 846 en Zaragoza y 304 en la de Teruel). La media histórica es de 368 incendios, de los cuales 282 corresponden a conatos, con una superficie forestal quemada media de 3.815,75 hectáreas. Es decir, el número de incendios ha descendido un 27% y la cifra de superficie forestal quemada es un 61% menor que la media de los últimos años.
El incendio de Batea (Tarragona), que se produjo fuera de la época de mayor peligro, sigue siendo el que más superficie forestal ha calcinado este año, con 392 hectáreas afectadas.
Globalmente, la mayor parte de los incendios fueron causados por rayos (causas naturales), representando el 26% del total. Los incendios intencionados constituyeron el 24%, siendo otra causa significativa. Los accidentes y las negligencias representan el 20% cada uno. Y los de causas desconocidas o en investigación se estiman en un 10%. Es decir, se podrían haber evitado al menos la mitad de los incendios forestales (intencionados y negligencias) que se han producido en Aragón a lo largo de todo el año.