Canfranc: a la espera del impulso definitivo de los gobiernos español y francés para su reapertura

Paso a paso, la reapertura de la línea ferroviaria entre Zaragoza y Pau por Canfranc va convirtiéndose en realidad. En 1970, la rotura de un puente en el lado francés precipitó su cierre. Ahora, y a falta de que los gobiernos español y francés den el impulso definitivo, avanzan las obras y se establecen plazos que el calendario se resiste a desmentir. En la localidad pirenaica, además de recuperarse el edificio principal, se van a establecer numerosos servicios: un hotel de cien habitaciones, restaurantes e incluso un albergue de peregrinos del Camino de Santiago.

Pero la pregunta que todos se hacen es cuándo volverán a circular trenes. Y cuánto dinero costará. El plazo estimado es 2021 sobre un presupuesto global de 500 millones de euros, aunque para ello habrá que vencer algunas resistencias. El Gobierno de Aragón tiene sobre la mesa varios estudios técnicos sobre carga de viajeros e infraestructuras y hay otros pendientes acerca de la carga, la electrificación y la señalización o el impacto socieconómico que la reapertura tendrá en la comunidad autónoma.

También se va a solicitar a la Unión Europea que financie unos estudios sobre el túnel internacional.

La remozada estación de Canfranc presentará un vestíbulo de uso público. Las obras las está llevando a cabo una Unión Temporal de Empresas (UTE) que será la concesionaria de su explotación durante 69 años, si bien esta seguirá perteneciendo al Ejecutivo aragonés bajo la fórmula del arrendamiento. Ya en 2007, muchos antes de que la Unión Europea se comprometiese a reimpulsar el proyecto, se realizaron unas obras para consolidar la estructura y la cubierta de un edificio que recibe miles de visitantes al año.

La playa de vías para mercancías ya está terminada y siguen las obras para los viajeros. Al otro lado de la frontera se ha limpiado el túnel helicoidal del Canfranc en la parte francesa, que se había cerrado el 27 de marzo de 1970 y permitirá el uso de trenes de mercancías y de pasajeros. También se acondiciona el futuro tramo de 33 kilómetros entre la localidad gala de Bedous y Canfranc. Más de un millón de euros cuestan las labores de desbrozado y la preparación de la vía ferroviaria.

La Comisión Europea financia el 50 % de los 15 millones con los que se dará inicio a la reconstrucción de la línea dentro de dos años. En Francia, las obras han de ser aprobadas por los habitantes del valle del Aspe en una encuesta pública y, asimismo, lograr la financiación de los 400 millones que el Gobierno de Macron se compromete a invertir, 100 para el lado español. El Gobierno español prevé una inversión plurianual de 75 millones con cargo a los Presupuestos Generales del Estado hasta 2021.

El pleno del Parlamento europeo aprobó hace unos días la ampliación hasta un 15% a la línea del Canfranc por 430 votos a favor, 146 en contra y 31 abstenciones. Se une esta medida a una red general de actuaciones en los tramos Zaragoza-Teruel-Valencia del corredor Mediterráneo, Zaragoza-Navarra-Logroño-Bilbao del corredor Atlántico y Pau-Canfranc.

Seis nuevas paradas

También a nivel local se dan pasos en firme. Renfe ha aumentado el servicio que presta el tren que une Zaragoza con Huesca y Canfranc añadiendo seis nuevas paradas facultativas en el tramo comprendido entre la capital altoaragonesa y el final de recorrido junto a la antigua estación internacional con cuatro servicios al día, dos por sentido.

Atañe a las localidades de Riglos, Santa María y La Peña, Anzánigo, Caldearenas, estación de Castiello-Pueblo y Villanúa. Se podrán recoger viajeros tanto a la ida como a la vuelta hacia la capital aragonesa siempre que haya demanda, que será la que determine que el convoy se detenga o no en ellas.

La Comisión Europea ha incluido la comunicación ferroviaria entre Pau y Huesca en la lista de proyectos preseleccionados para que figuren en los presupuestos para redes transeuropeas en 2020. En el lado español, la acción propuesta también cubre el acceso a las plataformas logísticas Plaza en Zaragoza y Plhus, en Huesca, para servicios de transporte de mercancías.

Crefco, la plataforma que reivindica desde hace un cuarto de siglo el regreso de esta infraestructura, valoró en palabras de Benjamín Casanova que “cumplir 25 años es bueno, pero también es una mala noticia porque nacimos con la idea de morir cuanto antes, y eso significará que los trenes pasan por el túnel”.

El balance de los últimos movimientos resulta “moderadamente optimista” puesto que “la UE no solo dijo que ve el Canfranc como una línea europea, sino que financiará su reapertura. Solo falta la decisión de los gobiernos de París y Madrid, que han de apostar de una vez por que es una línea de futuro”.