Una cooperativa zaragozana que lucha por una salud sexual plena: “El clítoris sigue sin salir en muchos libros”

Desde el año 2010, cada 4 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Salud Sexual. Una jornada que reivindica la importancia de este ámbito de la salud en todas las personas, así como sus derechos, justicia y placer.  Este año, en concreto, la temática se ha centrado en las relaciones positivas. Porque la salud sexual va más allá del uso del preservativo para combatir una ETS.

“Cuando hablamos de sexo, la gente piensa en prácticas sexuales y solo además de un determinado tipo. Cuando las sexólogas hablamos de sexo, nos referimos a una dimensión de todo ser humano que nos atraviesa desde la infancia hasta que nos morimos y que incluye muchas cosas; empezando por la construcción de nuestra identidad, que tiene factores de género que dependen de esa educación sexual entendida de manera amplia”. Así lo advierte Victoria Tomás, una de las sexólogas que conforman la cooperativa de salud sexual zaragozana ‘Desmontando a la Pili’. Este centro sexológico, reconocido por el Gobierno de Aragón, trabaja en pro de la salud sexual de la sociedad aragonesa bajo una perspectiva de género: “Hay que entender que muchas cuestiones tienen que ver con una estructura patriarcal, machista y que nos deja en un segundo lugar a las mujeres. Entonces, nosotras visibilizamos y ofrecemos herramientas para combatir esas cosas”.

Desmontar a la Pili 

“La Pili representa todo aquello que está en las creencias sobre una/o misma/o y que impide vivir el sexo de un modo libre y alegre”, puntualizan en su web. La personificación de miedos, tabúes, inseguridades… relacionados con el sexo y de la que aseguran que “todas tenemos una Pili dentro”. Un naming que, por otro lado, no es casual. Además de ser un nombre neutro, hace un guiño a la Virgen del Pilar “como pilar de la sexualidad”, símbolo de Zaragoza y patrona de la hispanidad. Esta Pili también busca desmontar “el imaginario colonial”.

Sus tuppersexs, “una fórmula lúdica que permite aprender y echar unas risas con las amigas”, son en realidad mini talleres de sexualidad. Estos “espacios seguros” a los que mayoritariamente acuden mujeres se convierten en lugares íntimos donde incluso surgen confesiones. “Hacía falta una perspectiva feminista en la sexología. Que como todas las ciencias está hecha por señoros y le faltaba aportaciones del feminismo”, explica Tomás.

Desde ‘Desmontando a la Pili’ ofrecen un servicio de asesoría y terapia sexual, individual o en pareja. Además, han sido durante ocho años la asesoría sexológica del antiguo CIPAJ: “Había casi un mes de lista de espera. Si lo han cerrado, no es porque no hubiera demanda. Era un servicio gratuito y para gente joven”.  

En las aulas

“Es imprescindible hacer educación sexual en los colegios: en infantil y primaria. Por otro lado, si al profesorado jamás le has ofrecido educación sexual, como profesionales no se les puede exigir. Hasta donde sabemos no tienen nada de educación sexual, ni un triste cuatrimestre en toda la carrera. Depende mucho de la voluntad personal, pero eso no puede ser”, resalta Tomás. 

Estas sexólogas trabajan con alumnado desde segundo de primaria hasta la ESO, donde destacan una importante falta de información: “El clítoris sigue sin salir en muchos libros. Si el maestro o la maestra tienen a bien tratarlo bien, pero si no… pues nada. El cómo se hacen los bebés a veces no les queda claro. A ese nivel estamos”, sentencia.

Por su parte, Ana Mata, sexóloga también de ‘Desmontando a la Pili’, comenta el poder nocivo de las redes sociales en los adolescentes, donde ciertos influencers relacionan indebidamente “términos espantosos” como “hombre de valor”, “macho alfa” u “hombre de éxito” con la testosterona. “Alguna vez en institutos desde primero de la ESO, o sea 13 años, he oído a chicos que decían me doy baños de agua fría en los testículos para aumentar la testosterona”, alerta. Sin olvidar, por supuesto, la pornografía: “Una cosa que me marcó muchísimo, y ya me ha pasado en dos coles distintos en sexto de primaria, es que dos niños se definieron a si mismos como exadictos al porno”. 

Aunque Mata explica que no todos los niños y adolescentes -chicos- están interesados, y señala que algunos sí que están controlados desde casa: “Ellos mismos reconocen que no les hace sentir bien. No están preparados, porque son temáticas e imágenes súper explícitas que les desagradan”. En cambio, las chicas consumen menos este tipo de contenido; al igual que siguen manteniendo ciertos tabúes: “Una pregunta bastante generalizada, y que pensaba que estaba más en el olvido, es si las mujeres se masturban”. La especialista añade que si se pregunta por masturbación masculina “siempre hay alguno que hincha el pecho”, mientras que la respuesta de ellas “sigue siendo bajar la cabeza”. Pero aún con todo, declaran que existe una evolución, sobre todo, en diversidad sexual.

Derechos sexuales

Tú no puedes decir que estás en contra de que existan personas homosexuales o transexuales. Existen y punto. ¿Les quieres negar sus derechos? Pues no se puede, lo siento. Vivimos en un estado democrático, hay una convención de derechos universales reconocidos y los derechos tú no los tienes que conceder como si fueras el rey feudal”, subraya Tomás. 

A pesar de la evolución, recalca que “muchas formas de placer siguen estando silenciadas”. El placer, según la sexóloga, se encuentra recubierto de muchas capas que no le pertenecen y que lo perjudican. Porque para alcanzar una salud sexual plena, es necesario conocer “cuáles son tus necesidades y deseos en cada momento, yendo más allá de esa obligación de que solo hay ciertas prácticas sexuales”. Además, concluye que es esencial ser “honesto u honesta con tus propios deseos y sentires, porque el cuerpo va cambiando y no siempre está igual”.