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El delegado del Gobierno en Aragón responsabiliza a la última víctima de violencia machista de su asesinato

“Lo lógico en estos casos es que si la mujer hubiese detectado que él podía venir a Zaragoza lo hubiera comunicado a la Policía para poner un mecanismo de protección y evitar ese acercamiento a menos de 500 metros”. Son, según Europa Press, palabras textuales del delegado del Gobierno en Aragón, Gustavo Alcalde. Se refiere a la mujer asesinada este lunes en la capital aragonesa, que eleva a once el número de casos de violencia machista en el marco de una relación sentimental en lo que llevamos de año.

Las declaraciones de Alcalde no han tardado en recibir respuesta. El líder de Podemos en la comunidad, Pablo Echenique, ha dicho en su cuenta de Twitter que, de ser ciertas, espera que “sea cesado inmediatamente”.

Ya este lunes, en la concentración organizada por la Coordinadora Organizaciones Feministas Zaragoza, se pidió la dimisión de Alcalde porque, tal y como indican en su Facebook: “No protegió a una mujer en peligro. Si tiene vergüenza, dimita D. Gustavo Alcalde”. Y esta misma mañana IU se ha sumado a las voces que exigen su dimisión porque “este asesinato machista podría haberse evitado de haberse puesto en práctica las medidas de protección adecuadas”.

Hace 20 días esperó a ella y a su hijo con una pistola

Hace aproximadamente 20 días, según explican personas cercanas a la mujer asesinada, su expareja, un hombre de 41 años que responde a las iniciales de M. R. M. P., espero a esta y a su hijo de seis años en casa con una pistola y dijo: “A tu madre me la voy a llevar a un viaje muy largo del que no va a volver”.

Soraya denunció a la Policía y, a tenor de las declaraciones del delegado del Gobierno, se le asignó un policía de referencia con el que poder comunicarse, vía telefónica, si había algún problema. También se le impuso una orden de alejamiento, pero, como el asesino vivía en Medina del Campo (Valladolid), a 400 kilómetros de Zaragoza, se decidió que fuera solo de 500 metros porque se supuso un “riesgo mínimo”.

Las mismas fuentes aseguran que, desde que sucedieron los hechos, acompañaban cada mañana a Soraya al bar en el que trabajaba y que este lunes, cuando fue asesinada, fue el primer día que no fueron con ella.

Las organizaciones feministas han vuelto a poner sobre la mesa la necesidad de garantizar la protección de las víctimas de violencia de género y alertan de que insistir a las mujeres en que denuncien debe ir acompañado de seguridad y apoyo durante todo el proceso.