El constante crecimiento de la cabaña ganadera en Aragón en los últimos años está generando un notable incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero, especialmente de metano, cuyo volumen ya se acerca a las 400.000 toneladas anuales con un avance de 46.300 desde 2013, al mismo tiempo que aumenta la generación de otros residuos como el nitrógeno, cuyo volumen (más de 540.000 toneladas por ejercicio) comienza a ser incompatible con el equilibrio de los ecosistemas fluviales.
Las 378.307 toneladas de metano que, en un cálculo a la baja basado en las estimaciones de las autorizaciones ambientales integradas del Inaga, lanza cada año a la atmósfera la ganadería aragonesa colaboran en el proceso de calentamiento global tanto como lo harían seis millones y medio de automóviles circulando por carretera durante todo ese mismo año.
Los datos facilitados por el Gobierno de Aragón revelan, por otro lado, cómo el sector ganadero está experimentando un proceso de concentración en la comunidad, donde el aumento de la cabaña corre paralelo a una reducción del número de explotaciones.
Censos en crecimiento
Los censos ganaderos del Departamento de Desarrollo Rural señalan cómo la cabaña de porcino de cebo ha pasado desde 2013 de 5,07 a 5,81 millones de cabezas mientras el número de granjas caía de 3.098 a 2.780, mientras la de cerdos de cría aumentaba de 1,67 a 1,84 mientras desaparecían 22 de las 1.022 granjas. Eso significa que la emisión de apenas 300.000 toneladas de metano ha pasado a acercarse a 350.000.
El vacuno ha seguido una evolución similar: la cabaña de cebo ha crecido un 25% al pasar de 191.391 plazas autorizadas a 240.731 mientras perdía 43 cuadras (de 2.056 a 2.099), mientras el número de cabezas lecheras y de cría crecía de 107.493 a 116.902. 15.242 a 18.239. En este caso, el lanzamiento de metano se ha disparado en casi un 20%, de 15.200 a 18.200 toneladas anuales.
La cabaña de aves ha tenido también un crecimiento notable: de 26,22 a 28,89 millones de cabezas de carne y de 5,85 a seis millones de ponedoras de las distintas especies. Este sector suma 3.204 explotaciones, con 21 granjas menos. El peso de este sector en las emisiones ganaderas es mucho menor que el de los dos anteriores. Ha pasado de lanzar 246 toneladas a emitir 268.
Más de 43 millones de animales
La intensa actividad ganadera que se desarrolla en la comunidad aragonesa, cuya cabaña alcanza los 43,57 millones de unidades ganaderas repartidas en 7.081 granjas, genera otros residuos de efecto invernadero como el amoniaco y el óxido nitroso, además de nitrógeno, que se está convirtiendo, junto con los sulfatos procedentes de la actividad agrícola, en uno de los principales problemas ambientales de la cuenca del Ebro.
Las 6,99 millones de cabezas de ganado porcino generan al cabo del año más de medio millón de toneladas de este residuo líquido, mientras las más de 350.000 reses bovinas producen más de 35.600. La gestión de ese volumen de residuos líquidos requiere una superficie de campos de más de 25.000 hectáreas; es decir, más de la mitad del territorio de la comunidad (45.000) incluidos montes, terreno urbano y cauces fluviales.