La mitad de los vecinos de Zaragoza reciben un nivel de transporte público que es directamente deficiente. Así lo constata un informe del Observatorio de Acción Climática (OAC) que, en colaboración con siete de las principales ciudades españolas, analiza estas urbes para caminar en la senda de la descarbonización. El documento destaca la importancia que tendría la línea 2 del tranvía para la capital aragonesa para paliar estos problemas, dado que contribuiría a mejorar un eje este-oeste que en la actualidad tiene una cobertura insuficiente.
En concreto, el informe 'Carbon Integrity Index: Ciudades Españolas. Año 2024', del OAC -fechado el pasado 30 de octubre-, pone el acento en el “alto nivel de servicio” que genera la línea 1, “con buenas frecuencias de norte a sur”. Frente a esto, el eje este-oeste tiene un nivel de servicio muy limitado. “Se trata -señala el documento- de un ejemplo donde un proyecto como la línea 2 de tranvía, en planificación desde hace tiempo, permitiría mejorar el nivel de servicio de las zonas actualmente deficientes”. El Observatorio de Acción Climática incide asimismo en el “bajo nivel de servicio alrededor de la estación de tren del AVE”.
El desarrollo de la segunda línea del tranvía, recuperada por el PSOE en la última campaña electoral, ha estado en el debate público desde hace años. “Es imposible técnicamente y económicamente”, adujo el entonces alcalde, Jorge Azcón. “No tomen el pelo a la ciudadanía”, añadió la candidata Natalia Chueca.
Con un coste superior a los 200 millones de euros, el tranvía serviría para unir las dos zonas con peor cobertura de transporte público de la ciudad, sobre todo en relación con el número de vecinos que residen en ellas. Precisamente el proyecto lanzado en campaña por la socialista Lola Ranera llegaba hasta la estación Delicias -con lo que mitigaría las carencias de servicio en ese punto- y al aeropuerto. La línea daría cobertura a barrios como Delicias, San José y Las Fuentes. La iniciativa fue liquidada hace cinco años por Jorge Azcón, al rescindir el contrato con la UTE encargada del estudio de viabilidad, el anteproyecto y el proyecto.
En 2023, la línea 1 del tranvía registró cerca de 30 millones de desplazamientos, solo una tercera parte de los 87 millones de viajes que asumió toda la red de autobuses públicos.
Siete ciudades
El informe detalla la situación en las siete ciudades que han sido seleccionadas por la Unión Europea para formar parte de la Misión de Ciudades Inteligentes y Climáticamente neutras de aquí a 2030: Madrid, Barcelona, Valencia, Valladolid y Vitoria-Gasteiz, además de la capital aragonesa. En concreto, pone en una balanza 27 indicadores dentro de 10 metas muy heterogéneas, desde movilidad sostenible a resiliencia urbana o pactos y alianzas, y puntúa al final cómo quedan las siete urbes.
En el resultado final, Zaragoza es quinta (5,41), por detrás de Madrid (6,79), Barcelona (6,77), Vitoria-Gasteiz (6,54) y València (6,05), pero por delante de Valladolid (5,38) y Sevilla (4,83). Sin embargo, en el aspecto analizado que más directamente afecta al día a día de los vecinos, la movilidad, la localidad aragonesa saca de lejos los peores resultados. Casi 375.000 zaragozanos tienen un nivel de transporte público deficiente, casi tantos como Madrid pese a que le quintuplica en tamaño y cerca del doble que Barcelona. Solo Valladolid se acerca algo, aunque se queda a diez puntos por debajo (un 41% de vecinos con transporte deficiente).
Suspenso en carriles bici y electrolineras
En cuanto a infraestructuras para bicicletas, la calificación (4,03) es la segunda más baja por delante únicamente de Madrid (2,56). Valencia (10), Barcelona (9,54) y Vitoria (8,30) doblan la puntuación zaragozana, donde apenas hay un kilómetro de carril bici por kilómetro cuadrado de superficie. En este apartado, sin embargo, a Zaragoza le 'penaliza' su amplia área poblacional, de 115 kilómetros cuadrados frente por ejemplo a los 85 de Barcelona.
Mientras, la capital aragonesa también suspende en cuanto a estaciones de carga eléctrica, apartado en el que se sitúa a la cola con apenas 72 electrolineras frente a un parque automotriz de 272.000 vehículos. Fuera de las dos grandes ciudades, el resto de urbes doblan a la zaragozana en número de electrolineras.
Por todo ello, Zaragoza saca una nota de 4,07 en movilidad sostenible, lejos del resto de localidades analizadas.
Más cerca de la media se sitúa en cuanto a su parque automotriz sostenible, aunque aquí la intervención municipal es muy limitada. La capital aragonesa tiene un 3,99% de vehículos con etiquetas Cero y Eco, en línea con Sevilla, Valencia, Valladolid y Vitoria y por detrás de Madrid y Barcelona.
Tal y como señala el Observatorio de Acción Climática, este organismo trabaja “para acompañar a los ayuntamientos junto con las entidades públicas, privadas y ciudadanos para alcanzar la efectiva descarbonización”. “La Comisión Europea ha anunciado las 100 ciudades que participarán en una misión de la UE para ser ciudades inteligentes y climáticamente neutras de aquí a 2030”, apunta esta entidad. Entre ellas está Zaragoza. “Pese a este escenario, aún son pocas las ciudades que realizan una contabilidad de su huella de carbono que integre la componente las activiades económicas y el propio consumo de los hogares. El primer paso en toda acción de mitigación es determinar correctamente los impactos. Todo objetivo de neutralidad que no parta de este análisis es un objetivo sin cimientos y abocado a expectativas no realistas”, apunta.