Itxaso Cabrera: “¿Cuánta salud mental se lleva el sector del juego para pagar al año 46 millones en impuestos en Aragón?”

Las VII Jornadas organizadas por Asociación Aragonesa de Jugadores de Azar en Rehabilitación (Azajer) -organización sin ánimo de lucro cuya labor está centrada en la ayuda y tratamiento de la ludopatía en Aragón- junto con el Ejecutivo autonómico se han celebrado este mes de noviembre y han reunido a expertos, autoridades e instituciones implicadas a nivel nacional, autonómico y municipal. Esta edición se ha centrado en el juego como problema de salud pública y las conclusiones se pueden consultar en la web azajer.com. La prevención sigue siendo el foco de trabajo más importante, pero esta edición también se ha hablado de la importancia de visibilizar el papel de la mujer en la ludopatía, del inicio en el juego a edades más tempranas y del riesgo de la tercera edad. Entrevistamos a Itxaso Cabrera Gil, psicóloga clínica -y exdiputada autonómica de Podemos, para conocer la situación de la adicción al juego entre la población aragonesa.

Prevención y abordaje multidisciplinar. ¿Podría ser este un eslogan para sintetizar los objetivos de la lucha contra el juego?

La prevención es fundamental, si no hay juego no hay riesgo. Y el enfoque multidisciplinar y la participación de profesionales con distintos conocimientos es la mejor manera de dar respuesta a un problema que se considera de Salud Pública porque nos afecta a todos. El juego afecta a las familias, al trabajo, a las finanzas, a la educación, a toda la sociedad, en definitiva. Por eso en las jornadas hemos contado con la participación de profesionales de la psicología, la medicina, la educación, instituciones públicas y la seguridad, que han compartido su experiencia y conocimientos con el fin de encontrar la fórmula más adecuada para abordar el problema del juego desde todas las perspectivas, dando una respuesta integran a los usuarios, a las familias y al sistema.

Uno de los sectores de la población que más preocupa son las mujeres. ¿Qué peculiaridades tiene el juego y su forma de manifestarse en ellas?

Tradicionalmente las mujeres han asumido el papel de cuidadores, son las acompañantes en los casos de ludopatía que llegan a terapia. Pero ellas también juegan, aunque su forma de hacerlo es más invisible y menos impulsiva que en los hombres. El juego se convierte en una forma de evadir la realidad, su forma de jugar es más solitaria, lo que conlleva aislamiento social. Los profesionales nos planteamos una pregunta: ¿las mujeres no juegan, o las mujeres no dicen que juegan? Para obtener una respuesta real, es necesario abordar la problemática del juego desde la perspectiva de género, porque cuando estas mujeres llegan a terapia, muchas se sienten invisibles, porque ha sido tradicionalmente enfocada a las necesidades y problemas de los hombres.

Entre los jóvenes, ¿cuál es la primera experiencia?

Empieza con algo tan sencillo como echar las monedas de las vueltas de un café en una máquina. Pequeñas acciones que están normalizadas, como participar en una apuesta. Gestos que se consideran inocentes y que se rodean de frases peligrosas como “juega con responsabilidad”. Apostar nunca es un juego. El peligro de una adicción comienza con el primer euro que se apuesta o que se introduce en una máquina. La investigación que estamos llevando a cabo desde la Universidad de Zaragoza, revela que el 25% de los jóvenes de entre 16 y 25 años tiene riesgo de caer en el juego. Es decir, uno de cada cuatro jóvenes puede desarrollar una problemática de juego en el futuro. Además, la mitad reconocen haber jugado en algún momento.

Antiguamente jugábamos al bingo en Navidad en familia, pero las nuevas tecnologías han cambiado la forma de apostar y de jugar. ¿Cuáles son en este momento las formas de interacción con el juego que más tentación suponen?

Todos son una tentación. Hay juegos online, que permiten jugar desde el ordenador o el teléfono móvil. Siguen existiendo las máquinas tragaperras en algunos los bares. Pero también están los locales de apuestas. Aunque la Ley de 2023 en Aragón prohíbe que se abra un local de estas características a menos de 500 metros de un lugar frecuentado por menores; ya sea un colegio, un centro cívico o una biblioteca, por ejemplo, los que estaban ya en funcionamiento no se pueden cerrar. Y los estudios revelan que la proximidad de estos locales de juego a un centro educativo baja el rendimiento escolar. Otra de las nuevas formas de juego que, aparentemente es inocente y socialmente aceptada, son las apuestas deportivas, pero son igualmente peligrosas. En momentos como unas Olimpiadas, que actúan como resortes, este tipo de juego se dispara, y con él, la solicitud de información en la asociación.

Como profesional que ve tantas vidas afectadas gravemente por la adicción al juego, ¿qué piensa cuando ve anuncios en televisión o mensajes positivos subliminales que provienen del propio sector del Juego?

No se puede decir a las personas “juega o bebe o fuma con responsabilidad”. No puede ser. Hay un dato revelador. El negocio del juego paga en concepto de impuesto al año 46 millones de euros en Aragón, es un dato que ellos mismos han hecho público. Yo me pregunto ¿Qué beneficios tendrán a costa de la vida de las personas? ¿Cuánta salud mental se tiene que llevar por delante el sector del juego para tener que pagar semejante cantidad en impuestos?

Desde el mundo de la educación, ¿cuáles son los peligros de los que alertan?

La encuesta sobre uso de drogas en Enseñanzas Secundarias en España, ESTUDES, publicada por el Gobierno de España, señala que el 12,7% de los menores de entre 12 y 13 años ya han jugado o la propia Universidad de Zaragoza alerta sobre que un 23,9% de los jóvenes está en riesgo de padecer juego patológico. Datos que tenemos que tener muy en cuenta, por eso es fundamental que haya una buena comunicación dentro de las familias, y que los responsables de los menores estén al tanto de los juegos que se descargan. El 56% de los juegos para móviles contienen Loot Boxes, una fórmula de gambling dentro de un juego dirigido a menores que parece inofensivo, pero que en realidad esconden la iniciación a las apuestas y el juego a través de cajas recompensa. De esta forma se inicia una familiarización temprana que conlleva un aumento de riesgo de hacer apuestas en la edad adulta.

El juego no distingue de edades, pero tampoco de clase social. ¿Es esto cierto?

Sí, la adicción al juego puede desarrollarse en jóvenes, personas de mediada edad, hombres y mujeres. La tercera edad preocupa, sobre todo porque el juego puede convertirse en una forma de evadir situaciones de soledad. Personas de todas las clases sociales pueden caer en esta y otras adicciones, la diferencia es que los ricos tienen mayor facilidad de acceso a terapia que las personas con menos recursos. Por eso es tan importante el trabajo que llevan a cabo asociaciones sin ánimo de lucro como Azajer presencialmente en la calle de Rioja, 9, de Zaragoza, donde ofrecemos terapia individualizada, grupal, atención a las familias, y todo lo que están en nuestra mano para que la persona consiga superar su adicción y reinsertarse en la sociedad y en su propia vida. Estamos presentes además en centros educativos para trabajar la prevención, y también en otras instituciones, como las penitenciarias. Donde se requiera nuestra presencia, allí estamos.

Usted, como psicóloga, ¿qué es lo que ve en terapia?

El juego es la punta del iceberg. Se convierte en la vía de escape a problemas emocionales, a la inestabilidad, problemas de acceso a la vivienda, el trabajo, problemas en casa. En los adolescentes vemos cada vez más casos de adicción a las pantallas, chicos y chicas que pueden llegar a pasar hasta 12 horas en Tik-Tok o Instagram. Quitar el móvil no es la solución, hay que profundizar, trabajar en el fondo del problema, porque estos comportamientos son, en muchos casos, la antesala de un cuadro de depresión.

La prevención es muy importante, pero una vez que el problema ya es una realidad. ¿La terapia es una opción que funciona?

En Azajer tenemos un 80% de casos de éxito. Yo creo en la terapia, pero en la terapia bien hecha. Si durante un periodo de un año y medio o dos años, la persona se compromete, también su entorno, y asiste a las sesiones individuales, a la terapia grupal en la que yo tengo mucha fe, y la familia es capaz de seguir las normas que se les aconsejan y de ser guiados por profesionales, las posibilidades de que la persona adicta consiga superar su adicción y reinsertarse, son muchas. Hay que tener en cuenta que el problema del juego es una adicción como otras, que lleva consigo un problema mental que debe abordarse profundizando en la persona y su situación particular para que la terapia sea efectiva y pueda tener resultados positivos. El juego de azar es un problema de salud pública, y es muy duro, pero se puede salir.