El Gobierno de Aragón está estudiando el endurecimiento de las sanciones a los ciudadanos de la Comunidad autónoma por no llevar mascarilla, hacer botellón o superar el número de personas en una reunión. Así lo ha manifestado el presidente del Ejecutivo aragonés, Javier Lambán. Ha señalado que van a activar las sanciones puestas en marcha por el Departamento de Sanidad “endureciéndolas al máximo, pensando, por ejemplo, que en determinadas circunstancias, no llevar mascarilla pueda suponer una sanción de 3.000 euros o pensando, por ejemplo, que la organización de un botellón pueda suponer una sanción de 60.000 euros”.
A su entender, “en general los aragoneses se están comportando. Ahora bien, es obvio y evidente que hay sectores de la población que están actuando con una manifiesta irresponsabilidad, poniendo en riesgo su salud y la de los demás”. El dirigente autonómico ha explicado que en los últimos días, en el número de nuevos contagios por coronavirus, se está viendo reflejado el efecto de las 'no fiestas' de los municipios de la comunidad autónoma.
“Ya sabemos que se prohibió la celebración de las fiestas patronales de todos los municipios aragoneses, pero se están organizando de manera espontánea actos, coincidiendo con las fechas de las fiestas, que están produciendo brotes indeseables, que eran perfectamente evitables, y que nos van a hacer tomar medidas en algunos municipios de la Comunidad”, ha apuntado.
Dichas medidas, ha indicado Lambán, “se aplicarán lo más rápido posible. De lo que se trata es de endurecerlas”. “Se trata de que se penalicen estas conductas no de forma testimonial, con 100 euros, sino de una forma muchísimo más dura. Esta ha sido mi recomendación a los servicios jurídicos del Gobierno a la hora de modular el formato de las nuevas sanciones”, ha concluido.
En este sentido, “no nos va a temblar la mano para aplicar este tipo de sanciones, porque a estas alturas sabiendo lo que supone la difusión del virus, el dolor que está ocasionando a muchas familias y el trastorno que está suponiendo para la vida educativa y económica, ese tipo de conductas son absolutamente reprobables”, ha añadido.