La jaima es una típica tienda de campaña usada por los pueblos en el desierto y 'frig' es un conjunto de familias y sus jaimas, etimológicamente “equipo”. En 2016 se fundó en la Universidad de Zaragoza la Asociación Juvenil Colectivo Saharaui LEFRIG con el fin de acompañar y asesorar “a la población saharaui, especialmente a aquellas que se encuentran en situación de vulnerabilidad física, psicológica, social, económica, educativa o cultural”, explican desde el colectivo.
En sus primeras etapas, la asociación universitaria firmó un convenio con el rector de la primera Universidad del Sáhara Occidental, la Universidad de Tifariti. LEFRIG se encargó de fomentar prácticas en campamentos saharauis para estudiantes de cualquier disciplina. En el Proyecto Talha participaron estudiantes de fisioterapia y terapia ocupacional para dar soporte a niños y niñas refugiados saharauis con diversidad funcional. Las prácticas pusieron en valor la necesidad de seguir trabajando en el terreno con cooperantes de forma continua y el proyecto sigue vigente en la actualidad.
LEFRIG también organiza charlas, programas de Educación para el Desarrollo y la Ciudadanía Global (EpCDG) y labores de acompañamiento y asesoramiento legal para la regularización administrativa de jóvenes migrantes extutelados sin programa de emancipación. Un ejemplo es 'Apátrida', un proyecto de acompañamiento durante el proceso de reconocimiento del estatuto de apátrida. Otro fue el ciclo formativo 'Sáhara Occidental: Periodismo por los Derechos Humanos', un curso de formación sobre el conflicto del Sáhara impartido de enero a marzo. Este año también se mandará un camión, adaptado como sala de terapia ocupacional rumbo a los campamentos en Tinduf (Argelia). Cualquier persona interesada en formar parte de algún programa puede acercarse a preguntar información al espacio que LEFRIG tiene habilitado en la Plaza de las Armas en Zaragoza.
Desde el colectivo señalan que es importante no solo dar valor a su trabajo, sino a las causas por las que lo hacen. En el derecho internacional el Sáraha Occidental es un territorio no autónomo y España sigue siendo la potencia administradora de iure del territorio, ya que la descolonización sigue pendiente.
Pese a que en 1961 la Asamblea de las Naciones Unidas reconociera a los pueblos originarios el derecho a la autodeterminación, el referéndum ha sido constantemente negado al pueblo saharaui. Marruecos propone en su lugar un plan de autonomía que Pedro Sánchez abrazó como “la base más seria y creíble para la resolución del conflicto”, tal y como afirmó en una carta enviada al rey marroquí, Mohammed XI. Desde Lefrig consideran que “se está dando mucho bombo y campaña a la carta de Sánchez para alinear la opinión pública y sacralizarlo como un hecho, cuando no es un hecho jurídico ni político”.
Resulta llamativo cómo en seguida se tiende a caer en el abandono y el paternalismo. Y es que abandono y olvido son conceptos que los medios de comunicación frecuentemente unen al Sáhara Occidental. Pero el conflicto sigue latente. Desde 2020, la lucha armada se ha intensificado y el Frente Polisario prevé una “guerra popular” de desgaste y larga duración contra Marruecos. El pueblo saharaui sigue sin territorio. Al menos 200.000 personas viven en los campamentos de refugiados de Tinduf, en Argelia. Otros viven bajo la ocupación del régimen de Marruecos y otros, en la diáspora. Los saharauis no han olvidado ni abandonado la lucha por sus derechos. “El Sáhara no es el último territorio abandonado por Franco, no cierra una etapa de dictadura, el Sáhara es el primer fallo en la democracia española y no se debe olvidar” concluyen desde LEFRIG.