“María Andresa Casamayor de la Coma fue un faro en la oscuridad del siglo XVIII”

Ana Sánchez Borroy

Zaragoza —

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Este lunes se cumplen 300 años del nacimiento de la primera mujer en escribir un libro sobre ciencias en España, María Andresa Casamayor de la Coma. Hasta hace poco más de un año, era una figura casi completamente desconocida: ni se conocía su nombre correcto ni su fecha de nacimiento. La investigación de Julio Bernués (Huesca, 1964) y de Pedro J. Miana consiguió desvelarlos en 2019.

300 aniversario del nacimiento de María Andresa Casamayor de la Coma. Es una fecha redonda, pero, además, todavía es una de las primeras veces que podemos conmemorar este aniversario... 

Sí, porque la fecha de nacimiento de María Andresa Casamayor de la Coma no se descubrió hasta el año pasado, que es desde cuando también supimos que nació en 1720. Había más cosas que no se sabían. Durante 300 años, a María Andresa se le ha llamado María Andrea, por un error de transcripción. Ella había publicado su libro con un nombre de varón, Casandro Mamés de La Marca y Araioa. Lo que pasa es que, con ese nombre, ella juega con el lector, porque es un nombre muy extraño que resulta ser su verdadero nombre con las letras cambiadas de orden. Félix Latassa, en su Enciclopedia, ya informaba de este juego, pero nadie se había fijado de que faltaba por colocar una letra y que esta mujer tenía que llamarse María Andresa en lugar de María Andrea.

Todo esto, ¿por qué lo sabemos ahora?

Porque el año pasado, una productora aragonesa, Sin Tregua, dirigió un documental de esta persona, de María Andresa, María Andrea en ese momento. Entonces, nos encargaron la investigación histórica al Instituto de Matemáticas. Fuimos a los archivos: al archivo del Pilar, a los protocolos notariales, a los archivos del Ayuntamiento... a la documentación original. De allí salieron las poquitas noticias que sabemos.

Hasta ese momento no se sabía el nombre correcto de María Andresa Casamayor, tampoco su fecha de nacimiento... ¿Qué importancia tiene su figura?

Hay varios aspectos. Lo más llamativo es que es una mujer, en el siglo XVIII, en Zaragoza, con lo que eso supone en la época. Escribió un libro de matemáticas, para aprender las cuatro reglas, con el objetivo, según ella misma dice, de que llegue a mucha gente. Ella quiere que los niños y las niñas aprendan las reglas aritméticas. Sólo esa frase ya es novedosa para 1738, que es la fecha en la que publica su libro. Los ilustrados sí proponen una enseñanza pública, pero las normativas para extender esa enseñanza no se realizan hasta la segunda mitad del siglo. María Andresa Casamayor de la Coma, en la primera mitad del siglo, ya están pensando como una ilustrada, en enseñar a todo el mundo. Por otro lado, como decía, es mujer. Entonces, en esa época, obligatoriamente enseñaría a niñas y no a niños. En ese momento, la enseñanza a niñas, tanto la pública como la religiosa, iba dedicada a coser, a ser buena cristiana y a las labores de la casa. María Andresa está hablando de enseñar operaciones aritméticas; para eso, primero hay que saber leer y escribir. Estamos hablando de algo completamente avanzado para lo que existía en su entorno. Ese es el primer argumento que engrandece a su persona: ser un faro en una oscuridad, aunque su pensamiento se hará popular en España muchas décadas después. 

¿Por qué cree que tuvo esa visión tan adelantada a su época?

Ella era hija de comerciantes de ascendencia francesa; ese detalle es importante: había una población francesa numerosa dedicándose al comercio, con una manera de pensar algo distinta. Eso le ayudó, sin duda. Debía ser una niña muy espabilada para las matemáticas y veía las necesidades que había a su alrededor, la importancia de las cuentas. En su entorno, para su familia, suponía comer. Por eso, da tanta importancia a las matemáticas. De hecho, tanto su primera obra como la que después dejó sin publicar están centradas en el comercio, que era de lo que vivía su familia; es lo que existe en su entorno. Cuarenta años después del primer libro de María Andresa, los ilustrados, la Gran Sociedad Económica de Amigos del País y todas las instituciones ilustradas, justamente harán hincapié en la enseñanza orientada al comercio.

A pesar de ser una adelantada, ¿esta mujer no llegó a disfrutar de gran prestigio en vida?

Es hija de comerciantes ricos, pero justo el año que publicó el libro muere su padre, que era la fuente económica de la familia. No había hijos varones, ella se quedó literalmente sola. No se casó, no entró a la Iglesia. Vivió de su trabajo, que era también algo bastante inusual en la época; fue maestra de niñas. Al quedarse sin el aporte económico de la familia, el siguiente manuscrito que pudo haber publicado, simplemente, no llegó a ver la luz. La educación de niñas no estaba precisamente reconocida como una actividad de prestigio en la Zaragoza de la época. 

Es sorprendente que María Andresa Casamayor de la Coma haya sido una figura tan desconocida tantos años y, sin embargo, sí sepamos ahora dónde vivió... 

Sí, fue muy sorprendente. Era impensable que una casa del siglo XVIII pudiera estar en pie. Vimos la anotación, tuvimos la suerte de que la noticia de dónde vivió aparecía en el censo que hace Zaragoza en 1766: ahí sale el apunte de una casa en la calle Palomar, en el barrio de la Magdalena, donde vive Andresa Casamayor. Con la localización exacta del censo, fuimos a ese lugar y, para nuestra sorpresa, allí sigue la casa. 

¿Por qué no se había interesado nadie por ella antes?

Aparecía un apunte sobre ella en la Enciclopedia de Félix Latassa, lo que nos hace pensar que en su momento sí era conocida en la ciudad; además era hija de comerciantes y una maestra. Tenía que ser excepcional; su personalidad no era frecuente para nada en ese momento. Estoy seguro de que Latassa tenía que conocerle a ella y a su familia. Él, efectivamente, da la noticia poco después de su muerte, en su Enciclopedia. A partir de entonces, lo único que sabemos que se ha hecho es recoger la noticia y volverla a mencionar en otras publicaciones. Hubo intentos hace algunos años, pero la investigación histórica no se ha interesado por la participación de las mujeres en ciencias y en matemáticas hasta recientemente. Han estado típicamente invisibilizadas. Recientemente, ha habido algunas aportaciones, pero no ha sido hasta las últimas investigaciones del año pasado cuando hemos descubierto las informaciones que comentaba. María Andresa es mujer; no es fácil que aparezca en la documentación, las científicas están ocultas. Tuvimos algo de suerte.

¿Qué merecería María Andresa Casamayor de la Coma?

Este año hemos intentado celebrar su 300 aniversario reeditando su obra. El Instituto de Matemáticas ha realizado una edición facsímil de su obra, el Tyrocinio arithmético. El único ejemplar publicado que existía hasta ahora está en la biblioteca Nacional. Ahora, lo hemos reeditado, acompañándolo de un estudio de la Zaragoza de la época, la educación, las mujeres, un estudio del libro, de su biografía. Hay varios autores que colaboran en la edición y se publica la semana que viene. También, el primer sello de la serie “Mujeres en la ciencia” de Correos ha correspondido a María Andresa Casamayor de la Coma como pionera, primera mujer autora de un libro científico. El documental al que me refería al principio, de Sin Tregua, “La mujer que soñaba con números”, se estrenó a principios de este año en la Biblioteca Nacional. Estamos llamando insistentemente al Ayuntamiento de Zaragoza para intentar poner una placa en la casa en la que vivió. Todo, con el objetivo de sacar a la luz a una persona muy especial. Es un personaje con una fuerza muy importante, es muy singular.