La Consejería de Educación del Gobierno de Aragón ha recomendado a los centros escolares que, “en la medida de lo posible, retiren el panga de sus menús” o, “en todo caso, limiten su uso todo lo posible”, ante “el recelo social al sistema de cría de dicho pescado”, según indica una circular del Servicio Provincial de Huesca.
El ejecutivo toma esa decisión al considerar que ese recelo “puede ser un condicionante muy importante” para servirlo en los comedores escolares a pesar de que los informes del Departamento de Sanidad y de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (Aesan) “respalda que el consumo de panga no afecta a la seguridad alimentaria”.
El consumo de este pescado, uno de los más baratos del mercado, provoca periódicamente polémicas mediáticas por sus métodos de producción masiva en piscifactorías de Vietnam y otras zonas del sudeste asiático, desde las que se distribuye la mayor parte del mismo a todo el planeta.
Más de 30.000 toneladas anuales en España
Solo los países de la Unión Europea importaron más de 170.000 toneladas en 2007 tras haber triplicado con creces la demanda en solo dos años, mientras España superaba las 33.000 hace tres años. Básicamente, por su bajo precio -apenas cuatro euros el kilo- y su poder nutritivo, similar al de la merluza.
Sin embargo, la masificación de la producción ha provocado problemas ambientales en el delta del río Mekong, uno de los más contaminados del planeta por metales pesados como el arsénico y donde la explotación alcanza las 300 toneladas por hectárea mientras los productores solo logran certificar la producción sostenible del 28% del género.
Eso ha llevado a federaciones de asociaciones de padres de alumnos de varias comunidades a solicitar su retirada de los menús escolares, apoyada por la Asociación Española de Pediatría, que recomienda consumir otros pescados blancos, mientras algunos expertos llaman la atención sobre los elevados niveles de arsénico y de antibióticos en su carne.
“No se indentifican problemas de seguridad”
La Consejería de Educación aragonesa decidió consultar a la de Sanidad sobre los eventuales riesgos que podría tener el consumo de panga para los niños “ante la preocupación manifestada por las familias de usuarios del servicio de comedor escolar en colegios públicos”.
Sanidad remitió un informe en el que citaba una nota informativa emitida hace unas semanas por Aesan, según la cual “se puede concluir que no se identifican problemas de seguridad alimentaria para los consumidores, incluidos grupos vulnerables de la población como los niños”.
Aesan basa sus conclusiones en los controles que efectúan sus técnicos sobre las partidas importadas y “los análisis realizados sobre la presencia de posibles agentes contaminantes”.