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La Policía Local critica a los antisistema y defiende las bofetadas en un instituto de Zaragoza

Como cada año, el jefe de la Policía Local ha dado una charla en el IES Juan de Lanuza de Borja (Zaragoza). Fue hace unas semanas y llevaba por título 'Prevención del gamberrismo y convivencia'. Es algo normal en este centro escolar (y en varios más en España), “y nunca había pasado nada”, resalta el director, Joaquín Pérez de Mezquía.

En esta ocasión, según denuncian tres de los seis tutores que estaban presentes en el acto, el agente emitió varios opiniones personales “que guardaban poca relación con el título de la charla”, como, por ejemplo, que los 'grafitis' que son legales no le gustaban o que “las personas que fuman porros tienen el cerebro hecho agua y a ver quién les iba a contratar cuando fueran mayores”. Los tutores que han destapado estos hechos leerán una carta -a la que ha tenido acceso eldiario.es- el próximo miércoles, 27 de enero, en el Consejo Escolar.

Otros comentarios, explican estos docentes, “chocan por completo con el espíritu educativo de un centro escolar”, tales como que “antes los padres les daban una bofetada si se portaban mal, y ahora, al no ser así, eso causa problemas de gamberrismo y convivencia”. Recuerdan los autores de la carta que, en horas de tutoría, trabajan “por una educación basada en la resolución de conflictos pacífica y ordenada, que poco tiene que ver con estas ideas”.

En una línea similar, el policía afirmó que “los antisistema son gente con odio, por eso pintan y rompen las sucursales bancarias, aunque después tendrán que ir a ellas para pedir una hipoteca”. Los maestros califican esta afirmación de “totalmente inadecuada”. “No procede para un centro escolar en donde se valora y fomenta la capacidad de pensamiento crítico”, señalan.

El arma en un lugar visible

También reprochan que el jefe de la Policía Local diera la charla con su pistola a la vista del alumnado. Este asunto, explican, “ya fue tratado en el Consejo Escolar y en la reunión de tutores para evitar que entrara con ella en el centro educativo”.

Desde el centro se envió una carta a la atención del ponente (con posterioridad a la realización de la charla), preguntando si era posible que no accediera con el arma al instituto. El director asegura que desconoce si un agente en horas de servicio puede desprenderse de su pistola.

“Es un enfoque erróneo de la educación”

Más allá de las opiniones, más o menos acertadas, que el policía ofreció en su charla, los profesores censuran el hecho de que sean las fuerzas de seguridad las que den, en muchos casos, este tipo de ponencias. Sergio de Castro, uno de los firmantes, apunta que es “un enfoque erróneo de la educación y que contiene unas connotaciones pedagógicas muy negativas”.

La función policial, explica el docente, “es hacer cumplir la ley, no enseñar, y lo hacen de manera autoritaria; lo que representan no es compatible con una pedagogía crítica que busque la responsabilidad individual y social de alumnos y alumnas”.

Dispareja es la opinión del director: Pérez de Mezquía estima que las charlas son buenas, “vengan de quien vengan, y la Policía no es un agente desautorizado. Todo lo contrario”. Aduce que es bueno que las fuerzas de seguridad hablen a los chicos y chicas acerca de los efectos negativos de las drogas, “porque es algo que conocen de primera mano”.

El director se muestra sorprendido porque algún docente se haya sentido molesto y resta envergadura al asunto: “Yo pregunte a los profesores que asistieron, algunos apreciaron frases negativas y otros no. No le di mayor importancia”.