- Sobre los hermanos Lapeña: “A Franco que lo saquen y lo tiren dónde quieran, pero hay que sacar a los nuestros de allí. Tenemos una sentencia firme, por lo menos intentar buscarlos. Son ya tres años”
Miguel Ángel Capapé Garro (Casetas –Zaragoza–, 1958) es el presidente de la Asociación por la Recuperación e Investigación Contra el Olvido (Arico) desde 2012. Con más de 25 exhumaciones a sus espaldas, recuerda que todo empezó en octubre de 2007, cuando, como voluntario, acudió a una exhumación que la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) estaba realizando en Alhándiga. Allí, rememora, nos conocimos unas cuantas personas de Zaragoza que, después, coincidimos en otras exhumaciones.
La idea de crear una asociación en Aragón surgió de la necesidad: “Desde ARMH nos dijeron que para ellos era imposible venir a Aragón y hacer todo lo que había que hacer, así que nos animaron a montar algo nosotros”. En diciembre de 2007 nace Arico. 12 años después, el mayor obstáculo sigue siendo el mismo: el dinero.
¿Por qué involucrarse tan a fondo con la memoria histórica?
Yo no tengo ningún familiar que fuera asesinado, pero mi mujer sí. A mi suegro le mataron a su padre y a su tío, que son los hermanos Lapeña, y, por parte de mi suegra, a su padre y a un hermano con ocho años los mataron en Baena (Córdoba). En casa siempre lo habíamos hablado y cuando comenzó a hacer exhumaciones la ARMH, en 2002, empezamos a comentarlo más y al venir a Zaragoza me decidí a hablar con ellos y a empezar a acompañarles.
Siempre se ha comentado que uno de los principales obstáculos es el escaso apoyo de las instituciones, ¿cuál es la situación actual?, ¿ha cambiado algo desde que empezasteis?
Cuando se aprobó la Ley de Memoria Histórica con Zapatero había subvenciones que no estaban mal, sobre todo viendo de dónde veníamos y cómo está ahora. Después vino Rajoy y no se pudo hacer absolutamente nada. Nosotros hicimos alguna exhumación con campañas de crowdfunding y luego otra en Paniza (Zaragoza), que la pagó directamente la familia.
Posteriormente empezaron a sacar ayudas las diputaciones de Zaragoza y Huesca. En Teruel, como la diputación no saca ayudas, pues no se puede hacer nada. Y luego está lo del Gobierno de Aragón, que es de vergüenza, casi mejor que no sacaran nada. Lo máximo que dan son 10.000 euros por exhumación, y eso cuando lo pagan. Porque ya ha pasado dos años que aprueban las ayudas y luego no las pagaron.
¿Por qué en España se cuida tan poco la memoria histórica?
En el resto de los países, cuando acaba la Guerra, ganan los aliados y se empieza a recuperar todo el tema de memoria y restauración. Aquí, cuando acabó la Guerra, nos llegaron 40 años de oscuridad. Son muchos años. Tú vas a hablar con gente mayor y todavía tienen miedo de hablar. Esos 40 años no nos los hemos quitado de encima todavía.
¿Qué opina de la Transición?
Creo que no era lo que había que hacer en ese momento, que se podían haber hecho las cosas mucho mejor. Pero, en todo caso, siempre se puede reparar lo que se hizo. Si está mal hecho se cambia. Lo que no puedes hacer es dar carpetazo a todo y decir: “Vamos a ser todos amiguitos y aquí no ha pasado nada”. No, porque hay mucha gente que ha sufrido mucho y sigue sufriendo. Nosotros en ninguna exhumación hemos oído nada en contra del Gobierno, ni pedir venganza… No, la gente no pide nada de eso, solo quiere poder enterrar a sus muertos. Así que eso que dicen de reabrir heridas lo tienen que decir para justificarse por no hacer las cosas.
¿Y cómo ven ahora la llegada a los parlamentos de la extrema derecha?
No pinta nada bien, es algo negativo para todos los ámbitos de la vida: será un retroceso en seguridad, sanidad, educación, bienestar social… Y, por supuesto, en la memoria histórica, yo creo que ya nos podemos olvidar de seguir trabajando.
¿Cree que en el futuro será aún más complicado seguir trabajando por la memoria histórica?
Es complicado, siempre hemos dicho que esto debería ser algo que hiciera el Gobierno, es decir, un Estado no puede dejar todo este trabajo en manos de las familias o las asociaciones. El problema es que el Estado ya sabemos cómo trabaja: si lo que van hacer, por ejemplo, es darle una contrata a una empresa de arqueología, que lo único que va a buscar es el rendimiento económico, va a hacer dos agujeros allí, otros dos allá, van a decir “no están” y ya está. ¿Y el trato con las familias?, ¿va a haber trato directo con ellas? Porque a nosotros nos gustan que estén las familias allí delante, que nos ayuden, que nos cuenten cosas.
El Gobierno, hasta ahora, no sé si es cobardía, ideología, falta de ideología o falta de querer hacer las cosas, pero es que no se pueden poner tantos problemas. Ya que no lo hacen ellos, al menos que no pongan tantos problemas.
¿Cuáles son los mayores obstáculos que se encuentran?
El principal el dinero, claro. Nosotros no cobramos nada por esto, somos una asociación sin ánimo de lucro, al revés, nos cuesta mucho dinero. Cuando había ayudas del Gobierno central te daban el 100 % y te lo daban antes de hacer la exhumación. Al acabar, si te habías pasado del presupuesto, problema tuyo, si te sobraba dinero lo devolvías.
Pero ahora lo que hace el Gobierno de Aragón y las diputaciones es que te dan el 80 %, pero después de hacer el trabajo. O sea, yo tengo que pedir un préstamo personal para pagar esa exhumación y luego esperar a que te lo paguen. Imagínate el lío que te hace el Gobierno de Aragón cuando no te lo paga.
En la pasada legislatura se aprobó la Ley de Memoria Democrática de Aragón, ¿qué opinión le merece?
No nos ha afectado nada porque no se ha cumplido nada de lo que se aprobó. No se ha puesto en marcha el banco de ADN, no hay ayudas –que este año aún no han salido convocadas–. Lo primero que nos dijeron es que no hay dinero, pues entonces no podemos hacer nada.
¿Cómo es el proceso desde que se inicia una investigación hasta que se lleva a cabo la exhumación?
Ha habido exhumaciones que nos han costado cuatro o cinco años. Casi siempre son a petición de la familia. Algún familiar se pone en contacto con nosotros, le pedimos todos los datos que tenga y luego empezamos a investigar: en archivos, en los ayuntamientos los nacimientos y defunciones… Con todo eso reconstruyes lo que pasó. Siempre hay alguien que se encarga de ponerte en contacto con el resto de familiares. Además, trabajamos con antropólogos forenses, arqueólogos, una historiadora, una genetista…
Desde que empezaron hasta ahora, ¿han percibido un cambio en los familiares?, ¿recurren más a ustedes al ver que se consiguen cosas?
Siempre hay gente interesada y posibilidades de investigar. También tienes un poco que saber elegir cuál puedes hacer. Los recursos son pocos y, si no estás seguro, no te puedes lanzar a la aventura. No puedes gastar la subvención de un año si no tienes un porcentaje alto de posibilidades de que puedan estar. Es que salimos a proyecto por año. Ahora hacemos más porque sumamos con otras asociaciones como Charata o el Batallón Cinco Villas.
De todas formas, yo creo que todavía hay mucha gente que no sabe lo que se está haciendo y lo que se puede hacer en memoria histórica. Pero es que tampoco se le da mucha importancia mediática. Hemos estado en exhumaciones en las que había más televisiones extranjeras que españolas.
Quienes hablan de no reabrir heridas también dicen que en los pueblos siguen enfrentados y que es mejor no intervenir. ¿Se han encontrado con gente en los pueblos que proteste o en contra de hacer lo que hacen?
No, puede haber alguno que pregunte por qué lo hacemos. Pero nunca hemos tenido problemas ni con vecinos ni con los ayuntamientos, fueran del partido que fueran.
Sí parecen tener problemas algunos ayuntamientos para cumplir la Ley de Memoria Histórica y retirar ciertas nomenclaturas de calles y plazas
Ahí la culpa sí es más de los alcaldes. Yo he hablado con alcaldes de izquierdas para que retiraran la placa de la iglesia y me decían: “Es que la gente se me echa encima”.
Pero se trata de cumplir una ley
Esto de las leyes me parece a mí que es un poco relativo. Nosotros tenemos una sentencia firme del Valle de los Caídos desde hace tres años y pico para la exhumación de los hermanos Lapeña y no se ha cumplido.
¿Cómo está ese asunto?
No tenemos ni idea. Es que ya no sé cómo calificarlo, pero otra vergüenza más. Ahora solo se habla de sacar a Franco, a nosotros no nos interesa Franco (que lo saquen y lo tiren dónde quieran), pero hay que sacar a los nuestros de allí. Tenemos una sentencia firme, por lo menos intentar buscarlos. Son ya tres años. Eres un Gobierno, tienes una sentencia firme, cúmplela, ¿no?